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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 14/06/2025 16:35
El precio internacional del barril de crudo frenó la suba, pero no volvió a bajar a su nivel original (EFE) Durante la noche del jueves, Israel lanzó una serie de ataques sobre territorio iraní, apuntando a centros y figuras estratégicas vinculadas, según sus servicios de inteligencia, al desarrollo de armamento nuclear. Irán respondió con el lanzamiento de unos 100 drones hacia Israel, aunque medios internacionales reportaron que la mayoría fue interceptada antes de alcanzar sus blancos. Pese a que las alarmas iniciales se disiparon hacia la madrugada del viernes, las tensiones geopolíticas siguen encendidas y el mercado energético global ya siente las consecuencias. Si bien Irán produce unos 3,3 millones de barriles de petróleo diarios, un 2% del total global, su capacidad de dañar al mercado petrolero es mucho mayor si bloquea el estrecho de Ormuz, por donde pasa el 20% del comercio mundial de petróleo, unos 12 millones de barriles de crudo por día, que se estiran a 20 millones si se incluyen productos refinados. Según Jorge León, jefe de análisis geopolítico de la consultora Rystad Energy, el bloqueo del estrecho, que controla conjuntamente con Omán, es improbable, porque si Irán lo intentara enfrentaría una fuerte resistencia internacional, en particular de los países del Consejo de Cooperación del Golfo y de un aliado clave, China, que se vería duramente afectada por el aumento de los precios del petróleo. Se trata de un evento improbable, pero por las ING Barings calculó hasta cuánto podría llegar el crudo en tal caso: nada menos que USD 150 el barril, algo que conmovería la economía mundial hasta sus cimientos. Por eso es que, aún con chances bajas de ocurrencia, esa posibilidad hizo que los precios del petróleo subieran rápidamente, a causa de la “prima de riesgo”. De hecho, según un informe de la consultora argentina Outlier Economy & Finance, los precios del petróleo reflejaron la volatilidad: el crudo WTI trepó rápidamente desde los USD 68 hasta rozar los USD 78 por barril, aunque luego retrocedió y se estabilizó alrededor de los 74 dólares. En el mismo sentido, el Brent superó los USD 75, marcando su valor más alto en los últimos dos meses. Este rebote interrumpió la tendencia bajista que se había impuesto en el año, marcada por las tensiones comerciales y una mayor oferta por parte de los países de la OPEP+. El impacto en Argentina La evolución del precio del crudo es especialmente relevante para la economía argentina, por su impacto en diversas variables sensibles. Por un lado, una suba sostenida puede presionar al alza los precios internos de los combustibles, que venían registrando una desaceleración en los primeros meses del año. El mejor ejemplo fue la baja del 4% aplicada por YPF en mayo, cuando el valor internacional del crudo había retrocedido. Ahora, ese panorama podría revertirse si persiste el nuevo escenario internacional. También hay implicancias fiscales. Si el aumento del petróleo se traduce en mayores costos energéticos, el Gobierno podría verse forzado a destinar más fondos a subsidios para contener los precios de las tarifas, en momentos en que busca reducir el déficit fiscal como parte de los compromisos de la gestión de Javier Milei. A esto se suma la Revisión Quinquenal de Tarifas, que ya contempla incrementos graduales en el valor de distribución y transporte de gas y electricidad. No se descarta un aumento de los precios en las estaciones de servicio de todo el país (Reuters) En el plano externo, los efectos podrían ser mixtos. Argentina tiene una posición destacada como exportador de hidrocarburos no convencionales, especialmente a partir del desarrollo de Vaca Muerta, donde la producción de shale oil ya representa el 58% del total de crudo extraído. En el primer cuatrimestre del año, el país registró un superávit energético de 2.684 millones de dólares, y un repunte del precio del petróleo podría fortalecer aún más esa balanza, siempre que la producción y la capacidad de exportación acompañen. Por otro lado, la situación también afecta las importaciones energéticas. Aunque se avanzó en una estrategia de autosuficiencia, Argentina sigue dependiendo del ingreso de productos refinados como el gasoil. Una suba en los precios globales implicaría mayores costos para abastecer al mercado interno, especialmente durante los meses de mayor demanda. Desde el punto de vista empresario, la volatilidad del mercado puede repercutir en las acciones de las principales firmas del sector. En el caso de YPF, un repunte en los precios del crudo podría traducirse en una mejora en sus márgenes, algo que se vuelve especialmente relevante considerando las inversiones realizadas en 2024, que totalizaron USD 12.830 millones, gran parte de ellas destinadas a proyectos en shale oil y shale gas. Según el informe de Outlier, los precios también incorporaron una prima de riesgo adicional vinculada a la posibilidad de que las represalias entre Israel e Irán afecten la infraestructura energética. Aunque hasta ahora no hubo ataques directos sobre instalaciones petroleras, el solo riesgo de un bloqueo en el estrecho de Ormuz —clave para el tránsito de petróleo en la región— ya elevó un 15% los costos de fletes marítimos. Ese encarecimiento logístico también podría impactar sobre los exportadores argentinos de crudo. El riesgo de bloqueo del estrecho de Ormuz ya elevó 15% el costo del flete del crudo (Reuters) JPMorgan Chase advirtió que, en caso de una escalada mayor o una interrupción del flujo a través del estrecho, los precios podrían escalar hasta los USD 130 por barril. Por ahora, los mercados operan con cautela, calibrando los riesgos geopolíticos y sus consecuencias económicas. Mientras tanto, Estados Unidos intentó desmarcarse del conflicto. El secretario de Estado, Marco Rubio, aseguró que no participaron en los ataques y que la acción fue una decisión autónoma de Israel. Desde Irán, sin embargo, apuntaron tanto a Washington como al expresidente Donald Trump, a quien acusan de avalar la ofensiva. Pese a este cruce de declaraciones, la reunión sobre el nuevo acuerdo nuclear prevista para el fin de semana sigue en pie, lo que podría ofrecer una ventana para desescalar la situación. La Argentina, observadora de esta crisis desde el plano energético y comercial, podría encontrar tanto riesgos como oportunidades. Todo dependerá de la duración y profundidad del conflicto, y de cuánto logre amortiguar sus efectos internos en un año atravesado por la búsqueda de estabilidad económica.
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