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Parana » Informe Digital
Fecha: 14/06/2025 06:27
La prolongada saga sobre las dietas de los senadores y la posibilidad de desvincularse del último aumento autorizado -vía decreto- por la vicepresidenta, Victoria Villarruel, ha deteriorado aún más la relación del pleno con la titular de la Cámara alta, quien pasó de mantenerse al margen del asunto y asegurar que no intervendría más en el tema a exponer a legisladores de diferentes bloques en las últimas horas. Lo paradójico es que aquellos que acepten la suba el próximo mes -menos de $500.000 en bruto- podrán donar -si así lo desean, mientras que los demás deberán decidirlo en función del salario actual, que excede levemente los $9 millones en bruto y, aproximadamente, en mano, se sitúa entre $6,8 y $7,2 millones. ¿Cómo se pasó de un inicio de semana tranquilo en el Senado a un viernes con una gran parte del recinto aún más molesto con Villarruel? El lunes se hizo pública una resolución -firmada el miércoles anterior- en la que Villarruel reconoce el impacto de la reciente paritaria para los empleados del Congreso -1,3% retroactivo para marzo, abril y mayo, respectivamente, para cada mes- e invita “a los senadores de la Nación a ejercer la opción de ajustar o no, total o parcialmente, sus respectivas dietas, informándolo por nota a la Presidencia, en virtud de las facultades que les son propias”. Desde abril del año pasado, los legisladores han vuelto a ligar sus haberes con los aumentos de los trabajadores. No hubo una batalla entre oficialismo y oposición; todos fueron aliados. El plazo límite, según una normativa interna, era hasta este viernes. A partir de ese momento, comenzó una carrera para determinar qué senador presentaba su decisión más rápido y cómo comunicarlo para no quedar en el punto de mira del Gobierno y de una parte de la sociedad. Cabe destacar que la diferencia consiste en una dieta actual de $9,1 millones frente a $9,5 millones, todo en bruto, a partir del próximo mes. Hasta las 19 horas de ese día, Infobae confirmó que al menos 30 legisladores presentaron notas para desvincularse del último aumento. Lo que quedó claro desde el principio es que el Frente de Todos, tal como se anticipó en este medio semanas atrás, no se movería más en relación a esta cuestión. Todo cambió a las 20 horas del viernes, cuando apareció la lista completa: 35 senadores de la oposición dialoguista -UCR, PRO y un puñado de provinciales independientes- junto a todo el oficialismo, además del riojano Fernando Rejal, que pertenece al interbloque kirchnerista. Por ende, casi todo el peronismo y tres dialoguistas decidirán -por ahora- mantener la suba en sus haberes acordada a recibir en algunas semanas. En medio de esto, algunos argumentaron la necesidad de no renunciar a la cifra en cuestión y redirigirla al hospital Garrahan, como propuso la neuquina Lucila Crexell. Por su parte, Rejal habría considerado un hospital en su provincia, mientras que el radical Flavio Fama solicitó que se destine a una universidad de su distrito. ¿Cuál es el problema? Al igual que en ocasiones anteriores sobre las dietas, los senadores no pueden instruir a las autoridades sobre a dónde destinar parte de sus haberes. Por ello, hay quienes, al momento del cobro, optan por donar una parte. Es evidente que algunos han aprovechado este mecanismo para crear supuestas ayudas sobre las que nunca rinden cuentas, lo que convierte el debate en uno ya tedioso y alejado de la realidad. Ahora, todos los que presentaron una nota no podrán acceder al diferencial de la polémica. Un mensaje enviado por Villarruel a jefes de bloque fue recibido con desagrado en varias bancadas. “¿No era que no se iba a involucrar más? ¿Ahora nos resulta incómoda y apresura? Una cacería inútil. ¿Por qué no habla sobre los numerosos nombramientos que realizó en las últimas semanas? Además, podría aprovechar la oportunidad para explicar por qué algunas resoluciones no aparecen. ¿A quién oculta?”, señalaron a Infobae desde un despacho al borde de la ebullición. Desde otro piso también faltó cordialidad: “Estamos lidiando con un ‘papelonazo’ institucional después de haber perdido, en solo un mes, al secretario administrativo, que era un amigo de ella. No es difícil entender el nervio principal. Victoria suele no cumplir con su palabra, es tan sencillo como eso. Te regalo las consecuencias. Ni quiero imaginar, con la renovación de diciembre próximo, lo que podría suceder al manejar la ‘Casa’. Quienes desean intervenir y despojarla del poco poder que tiene aquí ya están haciendo fila.” “Lo más lamentable de todo esto es que el Senado está muy estancado. Con suerte se tratan los pocos temas que se pueden de la agenda del Gobierno y algún proyecto opositor proveniente de Diputados. ¿Dónde quedó nuestra agenda?”, se lamentaron desde la jefatura de una bancada dialoguista. Ni siquiera la semana próxima, casi sin actividad en la Cámara alta, podrá aportar algo de sensatez a la convivencia. En medio de esto, las pocas personas racionales y capacitadas que, prácticamente por milagro, logran mantener el vínculo entre la vicepresidenta y los bloques, así como el avance de leyes. La Casa Rosada, por supuesto, se regocija.
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