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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 14/06/2025 04:55
Flotación sin intervención implica que la política monetaria se mantenga neutral frente a las condiciones y variaciones del tipo de cambio (Foto: Shutterstock) En términos generales, se entiende por atraso cambiario que el tipo de cambio real (TCR) está sobrevaluado: es decir, a la cotización vigente del peso nacional en dólares, los precios internos se vuelven más altos respecto de los similares extranjeros, lo que hace que los productores pierdan competencia. Flotación sin intervención implica que la política monetaria se mantenga neutral frente a las condiciones y variaciones del tipo de cambio. Las principales monedas que permiten la flotación de sus tipos de cambio se enfocan en objetivos políticos internos independientes, como la tasa de interés o el nivel de empleo. Las principales monedas que permiten la flotación de sus tipos de cambio se enfocan en objetivos políticos internos independientes, como la tasa de interés o el nivel de empleo Milton Friedman, recordado profesor en la Universidad de Chicago, sugería un ritmo constante de crecimiento monetario, por ejemplo, un 2% anual sostenido. En sentido estricto, esa sería la condición para que el banco central se abstenga de intervenir en el mercado cambiario. De este modo, en contra de ciertos preconceptos, la flotación pura otorga a las políticas nacionales mayor independencia que los regímenes cambiarios controlados, que son más dependientes de los movimientos externos. Así, en un régimen de flotación pura, el tipo de cambio se determina exclusivamente por la oferta y la demanda, sin intervención del Banco Central. El tipo de cambio libre se ajusta de manera inmediata y precisa a las condiciones económicas (balanza comercial, flujos de capital, inflación diferencial, entre otros) (Foto: EFE) El tipo de cambio libre se ajusta de manera inmediata y precisa a las condiciones económicas (balanza comercial, flujos de capital, inflación diferencial, entre otros). ¿Podría entonces haber atraso cambiario en flotación pura? En teoría, bajo un régimen de flotación sin intervención, el tipo de cambio se ajustaría en todo momento, evitando desequilibrios persistentes, ya que el mercado reflejaría los fundamentos económicos. No obstante, en la práctica, pueden presentarse situaciones que generen cierto atraso, como ingresos masivos e inesperados de capital por expectativas de inversión. La “enfermedad holandesa” se observa cuando un país experimenta un auge en recursos naturales (gas, minerales, u otras exportaciones), provocando una apreciación repentina de su moneda y la pérdida de competitividad en industrias manufactureras o de servicios intensivos en empleo, más allá de lo que justificarían los fundamentos a largo plazo. Pueden presentarse situaciones que generen cierto atraso, como ingresos masivos e inesperados de capital por expectativas de inversión En conclusión: en un régimen de flotación pura, el atraso cambiario resulta menos probable que en un sistema de tipo de cambio administrado, ya que el mercado tiende a corregir los desequilibrios. Sin embargo, no falta quien advierta ese riesgo, especialmente en una sociedad bipolar, como se ha mencionado en otra columna de este medio. El contexto de la política monetaria independiente y la flotación libre. En respuesta a una época de fuerte intervención estatal en las vidas individuales, Milton Friedman ofreció una defensa firme de las libertades y la estabilidad de las reglas. En su ensayo de 1953, “The Case for Flexible Exchange Rates”, desarrolló una justificación clara del libre mercado, de los regímenes de tipo de cambio flotante y del monetarismo independiente. Fundamentos teóricos Ajuste automático del mercado: En un régimen de flotación pura, el tipo de cambio se determina por oferta y demanda de divisas. Si un país enfrenta un déficit comercial, la demanda de divisas aumenta, lo que deprecia la moneda local, hace las exportaciones más competitivas y corrige el desequilibrio sin intervención estatal. Si un país enfrenta un déficit comercial, la demanda de divisas aumenta, lo que deprecia la moneda local, hace las exportaciones más competitivas y corrige el desequilibrio sin intervención estatal (Foto: AP) Autonomía de la política monetaria : Friedman argumentaba que un tipo de cambio flotante permite a los bancos centrales enfocarse en objetivos internos, como la inflación, sin verse obligados a defender un tipo de cambio fijo mediante reservas internacionales o controles de capital. Ineficiencia de los regímenes fijos : Este régimen requiere que el banco central intervenga constantemente (vendiendo o comprando divisas) para mantener la paridad, lo que puede agotar las reservas y generar crisis cambiarias. Además, suelen ir acompañados de controles de capital y distorsiones que afectan la eficiencia y las libertades individuales. Flexibilidad ante shocks externos: Un tipo de cambio flotante actúa como amortiguador frente a shocks externos (como caídas en precios de exportaciones o cambios en flujos de capital), dado que el tipo de cambio se ajusta automáticamente para restablecer el equilibrio. Un tipo de cambio flotante actúa como amortiguador frente a shocks externos (como caídas en precios de exportaciones o cambios en flujos de capital) Moneda: Friedman defendía una política monetaria independiente basada en reglas (por ejemplo, crecimiento constante de la oferta monetaria) en lugar de discrecionalidad. En un régimen flotante, el banco central puede seguir esta regla sin preocuparse por defender un tipo de cambio. Críticas a los regímenes alternativos Milton Friedman criticaba los regímenes de tipo de cambio fijo o administrado porque: Son insostenibles a largo plazo , especialmente en economías con alta inflación, shocks externos frecuentes o cambios regulatorios súbitos. Requieren controles de capital , que generan ineficiencias y desalientan actividades al elevar los riesgos. Aumentan la probabilidad de intervenciones gubernamentales sorpresivas. A portrait of the noted American economist Milton Friedman (1912 - 2006), New York, 1986. Professor Friedman was awarded the Nobel Prize in Economic Sciences in 1976. (Photo by Bachrach/Getty Images) Ventajas prácticas Friedman señalaba que un tipo de cambio flotante: Reduce la necesidad de acumular reservas internacionales. Elimina la especulación contra la moneda (como ocurre en los regímenes fijos, donde los inversores apuestan a una devaluación). Permite que los mercados reflejen los fundamentos económicos: inflación relativa, productividad y balanza comercial. Limitaciones reconocidas Aunque Friedman fue un firme defensor de la flotación, reconocía la dificultad de la transición a un régimen flotante en economías con alta inflación, expectativas desancladas o mercados de divisas poco desarrollados. En tales casos, sugería que la liberalización debía ir acompañada de políticas monetarias y fiscales creíbles para limitar la volatilidad excesiva. El premio Nobel sostenía que las reglas claras y estables constituyen la base de una sociedad libre.Las normas (leyes, propiedad privada, contratos) deben ser predecibles y equitativas. El mercado opera mejor cuando las reglas son iguales para todos y no se modifican de manera arbitraria: “Una sociedad que pone la igualdad por encima de la libertad terminará sin igualdad ni libertad. Pero una sociedad que pone la libertad por encima de la igualdad obtendrá una gran medida de ambas”. Las reglas deben proteger la libertad individual. Una sociedad que pone la igualdad por encima de la libertad terminará sin igualdad ni libertad. Pero una sociedad que pone la libertad por encima de la igualdad obtendrá una gran medida de ambas (Friedman) Friedman fue crítico del poder excesivo de las autoridades, defendía un gobierno limitado y con funciones específicas: proteger la libertad individual, hacer cumplir las reglas básicas (ley y orden, propiedad privada, contratos) y evitar abusos tanto de empresas como de particulares. En síntesis: las reglas son esenciales para una sociedad libre y funcional. Las autoridades deben existir, pero solo para aplicar reglas justas, no para intervenir constantemente. Cuanto más claras y universales sean las reglas, menos poder discrecional se necesita. En América, Estados Unidos, Canadá, México y Chile utilizan tipos de cambio flotantes, aunque con distintos grados de intervención, lo que facilita adaptarse a shocks económicos, a costa de ciertos riesgos de volatilidad. En otras regiones, la Eurozona, Japón y Australia también adoptan este mecanismo, aprovechando la flexibilidad que proporciona. No obstante, en países en desarrollo con política monetaria débil (como Turquía o Argentina), la flotación puede intensificar problemas si no se acompaña de disciplina fiscal y monetaria. El autor es director de BG Consulting
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