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» Diario Cordoba
Fecha: 14/06/2025 03:59
Los tutoriales de belleza y de cuidado de la piel, sobre todo de la cara, son unos de los contenidos más visualizados por el público, sobre todo entre los jóvenes e incluso por niños. Cuando este cuidado facial o corporal se convierte en una práctica algo obsesiva e innecesaria se habla de ‘cosmeticorexia’ y es un problema que puede llegar a afectar de forma seria a la salud física y mental, especialmente de niños y adolescentes. Sobre la 'cosmeticorexia', el especialista en Dermatología y Venerología del hospital universitario Reina Sofía Pedro Gómez Arias indica que «recientemente, los especialistas en Dermatología hemos apreciado un aumento en el uso de los productos de cosmética y cuidado facial en general y a edades cada vez más tempranas, probablemente, debido a muchos contenidos sobre esta temática que existen en redes sociales». Este médico precisa que muchas veces esos contenidos hacen alusión a productos que no son necesarios y que suponen un gasto superfluo, además de que muchos de estos consejos no parten de recomendaciones médicas ni profesionales. El cuidado de la piel debe realizarse con productos adecuados. / Freepik «Aunque no es tan frecuente que se produzcan problemas médicos por el uso de estas rutinas, sí he atendido a pacientes que acuden a consulta con gran cantidad de productos que han aplicado previamente a su visita, muchos de los cuales o son poco eficaces o no son adecuados para el tipo de piel o la patología que presentan», señala. Recomendaciones Preguntado sobre la edad a partir de la que sería conveniente adoptar rutinas de cuidado facial, estima que "generalmente, no es necesario llevar a cabo esta práctica antes de la pubertad, salvo en pacientes que presenten una patología de la piel que requiera aumentar la hidratación o emplear productos que reduzcan la inflamación (generalmente suelen ser pacientes con dermatitis atópica)", aunque añade que sí es conveniente el uso de fotoprotector adecuado, formulado específicamente para pacientes pediátricos. Gómez expone que en la pubertad ya aumenta la producción grasa de la cara, por lo que en ese momento ya se puede indicar algún tratamiento dirigido a reducir esa grasa y favorecer que no aparezcan lesiones de acné, aunque la edad de inicio para tratarse varía entre cada persona. El doctor Pedro Gomez Arias, en una consulta del hospital Reina Sofía. / A.J. GONZÁLEZ Riesgos Sobre los riesgos de realizar rutinas faciales inadecuadas o a edades demasiado tempranas, Pedro Gómez Arias resalta que «lo más habitual es el uso de ingredientes activos no indicados (es decir, que no necesita esa persona o bien no son los que debe utilizar para su tipo de piel); el empleo de productos con concentración insuficiente de ingredientes activos o el uso de cosmética de venta libre, cuando lo que requiere realmente esa persona es un medicamento oral o tópico con receta (por ejemplo en el caso de acné, rosácea o eczema). Este especialista incide en que, en algunos casos de uso abusivo de productos irritantes o que causan abrasión de las capas superficiales de la piel, puede producirse un daño cutáneo, que si no se maneja adecuadamente puede derivar en eczema de contacto alérgico o irritativa (se trata de una inflamación de la piel que ocasiona enrojecimiento y picor, producida por el abuso de estos productos) o hiperpigmentación postinflamatoria (manchas oscuras que queda al pasarse la inflamación y pueden tardar en desaparecer) o cicatrices. Productos de día y de noche Gómez apunta que los artículos que ocluyen en exceso, como algunas hidratantes, pueden empeorar el acné, al mismo tiempo que el retinol o los hidroxiácidos a alta concentración, pueden irritar la piel con tendencia rosácea, que es más sensible. Por otro lado, este dermatólogo hace hincapié en que algunos productos para el cuidado facial solo pueden usarse por la noche y, en muchos casos, se requiere añadir fotoprotección estricta por la mañana con su empleo. Impacto en la salud mental Sobre el auge de la ‘cosmeticorexia’ y sus consecuencias en la salud física y mental, Gómez Arias sostiene que las redes sociales muestran modelos a veces irreales, imágenes o vídeos retocados o editados o publicidad de cosméticos que no se ajustan a la realidad de sus efectos. Por eso, redunda en la importancia de concienciar a los jóvenes de estos riesgos y que sepan que pueden estar intentando buscar un modelo de perfección, belleza o físico inalcanzable, pero a la vez más estar expuestos a publicidad engañosa y contenido falso. Por otro lado, este especialista en Dermatología subraya que hay productos de cosmética y de cuidado facial que están dirigidos a pieles maduras y no para ser usados por personas jóvenes ni adolescentes, principalmente chicas que son las que más empleo hacen de estas prácticas, ya que la publicidad sobre las mismas se dirige de forma más especial a ellas. En concreto, hace referencia a productos como el retinol y sus derivados, el ácido glicólico, el ácido azelaico, el ácido salicílico y «otras sustancias que empleamos para tratar la piel envejecida y el foto- envejecimiento (el daño que produce el sol), que a altas concentraciones irritan y requieren unas pautas específicas de uso". Los pasos para una adecuada rutina facial son muy sencillos. / CÓRDOBA Pedro Gómez expone que el uso de los productos antes citados «en menores o adolescentes» no es habitualmente necesario, pero sí lo es debe efectuarse bajo cierto control (cómo se usa, en qué momento del día, qué cantidad de producto o cuántas veces en semana), ya que aunque sí pueden utilizarse en jóvenes para el tratamiento de enfermedades como el acné, deben ser recomendados o indicados por un especialista en Dermatología. En caso de duda, lo recomendable es consultar con un dermatólogo para establecer un diagnóstico y un tratamiento adecuado si hace falta», insiste. Una rutina sencilla de cuidado facial, detalla este experto, incluye el uso de un limpiador para piel grasa por la mañana y noche; un fotoprotector/crema solar por la mañana (hay muchos formatos ‘oil free’, no comedogénicos (para evitar el exceso de sebo), fluidos, ligeros, para pieles jóvenes). Y, por la noche, si se desea se puede aplicar alguna crema o ‘serum ‘seborregulador/matificante. Generalmente, si no se tiene otra patología como acné o rosácea no se necesita añadir nada más. Fotoprotección También insiste este dermatólogo en la importancia, más si cabe en una provincia soleada como Córdoba, de usar fotoprotector a diario. Debemos aplicarnos un fotoprotector en cantidad suficiente: al menos lo que cabe a lo largo de los dedos índice y corazón extendidos, para toda la cara. También hay que extender el fotoprotector en otras zonas expuestas al sol y repetir la aplicación cada 2 horas y tener en cuenta que se debe usar también en las orejas, nuca y escote. Se recomienda también emplear gorra, sombrero y buscar la sombra al caminar o al estar en el exterior. Suscríbete para seguir leyendo
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