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Colon » El Entre Rios
Fecha: 13/06/2025 11:30
“Un cachetazo, sin previo aviso” Se queda sin trabajo “Enseñamos, pero también es una labor social” Los alumnos “son personas de contextos difíciles” La comunicación ya llegó, de manera formal: según un listado que dio a conocer la Asociación Gremial del Magisterio de Entre Ríos (Agmer), aproximadamente 57 centros educativos de primaria para jóvenes y adultos de toda la provincia cesarán a finales de junio. El argumento del Consejo General de Educación (CGE) para adoptar esa medida es la baja o nula matrícula.Daniela Rodríguez es docente en el Centro Educativo Nº 27, de Strobel, en el departamento Diamante. Sabe que, a fin de mes, finaliza su trabajo y la posibilidad de que sus alumnos pierdan, a mitad del año lectivo, toda posibilidad de alfabetizarse.“Fue un cachetazo, sin previo aviso”, dijo respecto al modo cómo se enteró del cierre del centro educativo. “La semana pasada nos citan en la Dirección Departamental de Escuelas y nos notifican que el 30 de junio cesa mi trabajo. También dos más de acá del departamento, uno de Ramírez y otro de Las Cuevas”, indicó.“Obviamente que yo de manera inmediata presenté una nota con mi reclamo y con todo lo que corresponda. Nosotros funcionamos en un lugar prestado del Centro de Jubilados y Pensionados Nacionales que es donde dicto clases. Esto implica un golpe para todos, principalmente para mis alumnos, que una población muy vulnerable y a mitad los dejan sin la posibilidad de seguir asistiendo a clase”, contó.La docente sabe que, así como sus alumnos quedan sin lugar al que asistir a clase a mitad de año, en su caso se quedan sin un empleo. “Si te cierran el centro te quedas sin apoyo, te cierran el centro y te quedas sin trabajo directamente, no es que te reubican”, analizó y amplió: “a mí no me reubican. Tengo que volver a concursar”.“Esto se hace por sistema de concurso, así es como se toman los cargos, por orden de mérito. Hace ocho años que estoy en este cargo, es una modalidad que uno elige. La de adultos es una modalidad, se maneja de una manera flexible, porque vos estás trabajando con personas que no están en edad de la educación obligatoria, lo hacen porque quieren, pero también considerando las características”, describió.Entre sus alumnos hay personas mayores, con discapacidad, mujeres, hombres. trabajadores que a veces por cuestiones horarias de trabajo o porque un hijo se enferma y hay que cuidarlo, no pueden asistir. “Por eso, los horarios se van adaptando al alumno. Enseñamos, pero también es una labor social. Es un acompañamiento y es un punto de encuentro en donde se generan otras cosas que tiene que ver más allá de la alfabetización”, sostuvo.“Entre mis alumnos, tengo adultas, señoras adultas mayores, que después de haber trabajado, después de haber criado a sus hijos y demás, deciden retomar eso que quedó inconcluso en su vida, porque también la sociedad misma les genera y les demanda que estén por lo menos preparadas para poder completar un formulario, para poder escribir o entender cuando les llega algún aviso de algo”, marcó y dijo que “así también hay chicos que dejaron la escuela por diferentes razones, porque han tenido que salir a trabajar, porque han tenido algunas dificultades familiares. Ellos saben que si no terminan ni en la primaria ni en el secundario, es una barrera para poder desarrollarse de manera natural”, explicó.Marina Marchisio, docente del Centro Educativo Nº 367, de Federal, contó que el cierre obliga a alumnos y docentes a reorganizarse, tarea que no siempre sencilla ni viable. “Si uno le corta el derecho a la educación y a elegir dónde quiere recibir esa educación, ese alumno se va y es muy difícil que vuelva a reinsertarse en otro centro educativo”.“Son personas que provienen de contextos difíciles y de experiencias vividas muy difíciles. Nosotros hacemos un poco de psicólogos de nuestros alumnos. Ellos vienen, abren su corazón, nos cuentan sus experiencias y nosotros sabemos la historia de vida de cada uno de ellos”, reflejó.Afirmó, a continuación, que “me enojo y me molesta mucho cuando hablan de números, de fríos números que se cargan en un sistema, que no representan para nada la realidad del centro educativo. Lo que se vive acá en el aula no tiene nada que ver con ese número frío cargado en el sistema”.También en Federal les han dado una fecha límite para el cierre: el 30 de junio. “Los estudiantes están en total desacuerdo con el cierre. Se muestran muy enojados porque los docentes somos sinceros con ellos. Les comentamos la situación que estamos viviendo. Para nosotros, los docentes, es importante perder el salario, pero más importante, lo más valioso son nuestros alumnos”, dijo por último.
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