14/06/2025 00:21
14/06/2025 00:21
14/06/2025 00:21
14/06/2025 00:20
14/06/2025 00:18
14/06/2025 00:14
14/06/2025 00:12
14/06/2025 00:12
14/06/2025 00:11
14/06/2025 00:11
Buenos Aires » Infobae
Fecha: 13/06/2025 04:50
La sociedad quiere justicia, pero descree de quienes la imparten (Foto: Reuters/Tomás Cuesta) Luego del fallo que determinó la detención de la ex presidenta Cristina Kirchner, la primera reacción de esta cronista es: nada para festejar, mucho para analizar, sabiendo que no hay un manual de instrucción para esta situación, como lo definió un ex gobernador con mucha experiencia política. La detención, enfermedad o muerte de un líder político debe marcar un límite en el que las críticas deben silenciarse. Debe haber respeto por sus familias y, fundamentalmente, por la cantidad de personas que creyeron y soñaron con ellos. Hasta aquí, no dudo. A partir de aquí, sí. ¿La Justicia funciona con la ley en la mano o con la lógica política? ¿Funciona cuidando los resortes del poder real, o no? Resulta interesante el relevamiento de Zuban Córdoba, que reflejó que más del 50% de los encuestados consideran culpable a Cristina Kirchner; sin embargo, el 46.5% desconfía y cree que el fallo es deshonesto. Aquí, una observación: si CFK tiene una aceptación de un 30/35% y el 46,5% descree que la Justicia obró bien, significa que un 16% (no kirchnerista) también lo duda. Pareciera que gran parte de la sociedad descree de aquello de que “todos somos iguales ante la ley”. ¿Los jueces nombrados por los Ejecutivos mantienen su criterio de independencia o llegado el caso devuelven favores a la política? En resumen, todo indica que la sociedad argentina, mayoritariamente, quiere justicia, pero descree/desconfía de quienes la imparten. Tanto el Poder Judicial como Cristina Kirchner vienen con desacreditación en sus bagajes, pero ambos mantienen actuaciones decisivas en la sociedad. Otra duda: ¿se estudió la causa Vialidad Nacional política o jurídicamente? Según pudo saber Infobae, hablando con actores de la causa, se reconoce en estricto off que prevaleció el análisis político a lo jurídico. También la defensa de Cristina Kirchner eligió el camino político. A su vez, actores de la Justicia señalan con cierta extrañeza la celeridad con que la CSJN resolvió el recurso de queja. Más dudas: ¿llamó la Justicia alguna vez a declarar al ex presidente Mauricio Macri en causas en las cuales estaría involucrado, como por ejemplo la del Correo Argentino? ¿Llamó la Justicia al diputado Cristian Ritondo para aclarar la procedencia del dinero con el que habría adquirido su mujer propiedades en EEUU?La Justicia, ¿llamará al presidente Milei por el caso $Libra? ¿Hay doble vara para con los políticos reformistas que van contra el statu quo del poder económico? ¿Puede el día de mañana ocurrirle lo mismo al presidente Milei por su espíritu reformista que también parece rozar los negocios del poder real? La Justicia, ¿juzga corrupción o la intromisión política al poder real económico? ¿Podríamos concluir que a la corrupción, si no altera el statu quo del poder económico, no se la juzga? Si esto fuera así, ¿la Justicia ha dejado de ser –si alguna vez lo fue- un ámbito neutral? En lo político, no solo el kirchnerismo y el peronismo –si se anima a renovarse-, deberán replantarse sus estrategias. También el gobierno del presidente Milei, quien puede seguir con su consigna “libertad o kirchnerismo”, pero Cristina Kirchner, su principal opositora, ya no será la candidata a derrotar. A propósito, según la ley de partidos políticos, CFK no podría seguir siendo la presidenta del Partido Justicialista, dado que tiene negados sus derechos políticos y la ley los exige. Pero eso es para otro momento. Lo que sí se observa es que tiene otra vez –con renovada fuerza- la lapicera electoral, especialmente para el armado de la centroizquierda. El peronismo, que no coincide políticamente con CFK, espera que, al igual que lo sucedido en 1985 después del contundente triunfo del presidente Alfonsín, renazca la renovación. ¿Será? El país va en vías de consolidar su peor versión mirando al futuro, la que nació en los ´50 con los hermanos Caín y Abel: el peronismo y el antiperonismo, como única explicación de todo lo que nos pasa. Una verdadera tragedia –si no lo superamos- que nos seguirá impidiendo que las inmensas posibilidades que aún tiene Argentina sean aprovechadas. ¿La dirigencia estará a la altura de este desafío?
Ver noticia original