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Parana » Uno
Fecha: 12/06/2025 11:03
En su primera experiencia al frente del seleccionado femenino de fútsal Ayelén Gillij ubicó a Paraná en el tercer escalón del podio en el Torneo Argentino. Compartir para competir. Ese fue el mensaje que bajó Ayelén Gillij a sus dirigidas. La Flaca fue designada a inicios de año flamante entrenadora del seleccionado femenino de futsal de Paraná. En marzo inició el proceso de campo junto a un grupo de 35 salonistas. Con mucho compromiso se reunieron dos veces por semana para planificar el desafío que iban asumir en el Campeonato Argentino que se disputó en Mendoza. En el certamen el primer paso fue negativo desde lo estadístico. Las anfitrionas y principales potencias de la disciplina, se impusieron por 6 a 0. La autocrítica de la DT más el respaldo y compromiso de sus dirigidas les permitió modificar el camino. De esa manera finalizaron en el tercer escalón del podio. “Me siento dichosa y agradecida por todo lo vivido”, describió Ayelén Gillij. “Fue como dar un rayito de luz el hecho que ellas pudieran vivir el proceso más allá del aprendizaje deportivo”, añadió, en diálogo con Ovación. La llegada de Ayelén Gillij al seleccionado —El proceso inició con tu designación. ¿Lo esperabas? ¿Lo deseabas? —Me encantó que me lo propongan. Era algo que mi corazón pedía, que sea una propuesta, porque más allá de los resultados, No es que soy un tablero sí o no, pero creo que mi laburo ha trascendido. Esperaba esa propuesta. Lo sabía porqué las chicas lo propusieron el año pasado. Lo estaba esperando, pero en el momento que me llegó ya me había olvidado. —Lo esperabas, pero con tranquilidad. —Exacto, si se daba, genial, pero sinceramente cuando llegó ya me lo había sacado del plano. Ya había cerrado el ciclo con Camioneros y siempre considero que cuando se cierra una puerta se abre otra. Asimismo nunca me acordé que estaba la propuesta de la Selección Femenina. —Debe ser fuerte que las chicas te soliciten. —Es hermoso porqué me generó entrar con otra confianza. Cuando he tenido la posibilidad de juntarme con un club o Asociación que me ha invitado a dirigir, siempre valoro cuando los pibes se acercan. En alguna oportunidad han ido a casa para decirme que quieren que esté con ellos. Cuando ves que está depositada la confianza del equipo, que por ahí no es la institución, personalmente, al menos dentro de mi criterio, me genera otra confianza. Ayelen Gillij Futsal 2.jpg Ayelén Gillij, entrenadora del seleccionado femenino de fútsal de Paraná. —¿Cómo manejas esa confianza que te depositan al momento de tomar decisiones que no son sencillas? —La experiencia me ha permitido laburarlo mejor. Hoy puedo ser yo dirigiendo, y creo que este proceso arrancó en Camioneros, por eso siempre voy a estar agradecida a los pibes. Si bien todo viene de un crecimiento personal y de situaciones que uno le va pasando en la vida, nos vamos formando personalmente y eso nos va dando una fortaleza que me parece que cuando uno sabe que es una linda fortaleza, una buena fortaleza, es digna de compartir. Y a mí la vida me puso en el deporte, pero siento que esto es como un bien mayor, A mí me puso en el futsal, pero lo puede hacer la profesora que da Lengua y Literatura en la escuela, de comunicar esto, esa pasión, eso de para qué vinimos acá, esas ganas de mejorar día a día, independientemente del lugar en el que nos encontremos. —En las últimas temporadas Paraná había dejado la vara muy alta en los Argentino de Selecciones. ¿Era un desafío o una motivación? —Desde ese lado era un desafío, pero decidí hablarlo con mucha claridad. Cuando arrancó este año se propuso un torneo unidad en el certamen femenino local. Esto generó diferencias entre delegados. En ese momento se me dio voz, que les agradezco mucho, y ahí puse un poco en juego esto de que me parecía importante que pueda crecer el deporte a nivel local, sin olvidar que a nivel nacional siempre se espera algo de Paraná. En los entrenamientos les dije a las chicas que el verbo de este año iba a ser compartir. Para mí era importante que haya uno o dos referentes de cada equipo en el preseleccionado que podamos compartir entre nosotras, que nos podamos conocer, que podamos llegar un poquito más de corazón a corazón y no como mirando a las jugadoras de la Selección como algo lejano o inalcanzable. Y que yo confiaba que iba a poder conseguir las dos cosas. Obviamente iban a viajar las que realmente consideraba que estaban en mejores condiciones técnicas, y que hayan podido tácticamente absorber lo que más se podía en dos meses y medio de proceso. Esto fue bien acompañado por ellas porqué entrenábamos dos veces a la semana con el seleccionado más los entrenamientos de su club. Y las locas le metieron todas con las ganas y con una energía hermosa en cada una de las prácticas. Del duro golpe a la celebración en Mendoza —El primer paso en el Argentino sufrieron un duro golpe. ¿Como se vivió desde adentro el 0-6 ante Mendoza? —De verdad, con una energía hermosa. Las chicas me dijeron que, en otro momento, hubiéran estado todas tristes y con cara de traste después de perder de esa manera y en esta oportunidad no fue así. Ellas estaban sorprendidas y enriquecidas por haberlo vivido de esa manera. Personalmente me gusta hacerme cargo de mis errores. Entendiendo que soy un humano y que si tomo una decisión, sea buena o sea mala, tiene un fundamento siempre. Al igual que ellas quiero ganar y dar lo mejor. Sabía que ese partido iba a ser duro. Terminamos 0-1 el primer tiempo intentando hacer algo que se venía entrenando. Y me arriesgué a probar algo que efectivamente no salió, pero era el momento para probarlo. Lo hablé con ellas y las chicas bancaron la decisión. La devolución de ellas les permitió dar vuelta de página rápidamente. —Si, fue así. No tenía ninguna duda porqué es tal la confianza que me demostraron en todo el proceso. Es decir, vamos a la guerra y vamos todas juntas a la guerra. Lo siento porqué las miro, las observo, les veo su postura. Estoy en todos esos detalles y siempre abierta al diálogo. Creo que la comunicación va más allá de lo que uno pueda decir. Siempre va en relación a lo que uno hace. Eso es lo primero. Y después hay otras cosas, si te miran, si no te miran, si bajas la mirada, si te cruzan los brazos. El tercer puesto fue la coronación de un proceso corto, pero con resultados rápidos. ¿Qué te generó?. —Me siento dichosa. Y dichosa de que me refiero a agradecida por todo lo vivido. Es como dar un rayito de luz. A que ellas puedan haberlo vivido el proceso más allá del aprendizaje deportivo. Porqué realmente creo que hubo un aprendizaje deportivo y unas ganas de querer aprender más. De hecho, dentro de las cuestiones que ellas me mencionaron a mejorar, fueron que los entrenamientos sean un poco más físicos, salir con la lengua afuera. Que fue producto de un montón de cuestiones en relación a la organización. Pero que ellas se queden con ganas de más, de querer aprender más es un voto de confianza en el proceso y en el mensaje. Fue hermoso.
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