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CABA » Plazademayo
Fecha: 12/06/2025 10:03
Una multitudinaria manifestación se dirigió este miércoles a Plaza de Mayo, en una jornada atravesada por el descontento social creciente y el rechazo a la ratificación de la condena judicial contra la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner, que quedó inhabilitada para ejercer cargos públicos y afrontará una pena de seis años de prisión. La movilización reunió a jubilados, médicos residentes del Hospital Garrahan y militantes de distintos espacios políticos y sociales, que confluyeron en la histórica plaza como señal de protesta y resistencia. La convocatoria se originó en parte como continuidad de las marchas semanales de jubilados, que cada miércoles reclaman por una jubilación digna frente al ajuste del gobierno de Javier Milei. También se sumaron los trabajadores del Hospital Garrahan, quienes sostienen un reclamo salarial urgente: actualmente perciben menos de $800.000 mensuales, un monto muy por debajo del costo de vida. La presencia de estos sectores evidenció una articulación entre reclamos económicos y políticos que atraviesan a diferentes franjas de la sociedad. Un punto de inflexión: la condena a CFK El eje político de la jornada fue, sin duda, la confirmación de la condena a Cristina Kirchner por parte de la Corte Suprema de Justicia, lo que muchos sectores interpretan como una clara proscripción política. La decisión judicial generó una oleada de repudio, que activó nuevas expresiones de movilización en todo el país. Tras conocerse el fallo, miles de personas comenzaron a concentrarse en las inmediaciones del domicilio de la expresidenta en el barrio porteño de Recoleta, donde se mantiene una vigilia permanente en señal de respaldo. Desde allí, varias columnas marcharon hacia el centro porteño, sumándose a la manifestación que ya avanzaba desde distintos puntos hacia Plaza de Mayo. El protocolo que no fue Pese a que el Gobierno nacional había anunciado la aplicación del protocolo antipiquetes en las inmediaciones del Congreso, la magnitud de la protesta llevó a modificar el punto de encuentro, desplazándolo hacia Plaza de Mayo. Esta decisión buscó no sólo contener la masividad, sino también ubicar la protesta en un lugar con fuerte peso simbólico en la historia política argentina. En la plaza, los manifestantes hicieron oír su rechazo al fallo contra Cristina, pero también al programa de ajuste económico, la caída del poder adquisitivo y la creciente criminalización de la protesta. Las pancartas, cánticos y discursos coincidieron en un mensaje claro: «con Cristina no se jode» y «el pueblo no se rinde». Una Plaza activa y vigilante La movilización de este miércoles refleja un punto de quiebre en el clima social y político, donde distintos sectores —no necesariamente orgánicos del kirchnerismo— comienzan a confluir en torno a reclamos comunes: el deterioro económico, la pérdida de derechos, y ahora, la proscripción de una figura central del campo popular. Mientras tanto, la vigilia frente al departamento de CFK continúa, y se anuncian nuevas movilizaciones para los próximos días. La Plaza de Mayo, una vez más, se convierte en epicentro de la resistencia popular frente a un contexto político cada vez más tenso.
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