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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 12/06/2025 08:53
Entre confesiones inéditas y una mirada introspectiva, Scooter Braun desmantela el mito del éxito sin fisuras y revela el costo emocional de construir poder en la música (Captura de video/The Diary Of A CEO) Hijo de un refugiado húngaro y nieto de sobrevivientes del Holocausto, Scott “Scooter” Braun relató que desde la infancia sintió una presión constante por demostrar su valor. “De niño, quería probar que podía ser más que el privilegio con el que había nacido. Creé este personaje, Scooter, porque no creía que Scott pudiera lograr estas cosas”, explicó en la entrevista con Steven Bartlett en The Diary of a CEO. Esta máscara, que él mismo describió como implacable, fue la base de su ascenso meteórico en la industria musical. El descubrimiento de Justin Bieber y el ascenso de un imperio A los veinticuatro años, fundó SB Projects, donde firmó a su primer gran talento: Asher Roth. Poco después descubrió en YouTube a un joven Justin Bieber, de apenas trece años. “Vi varios videos de su iglesia que su madre había publicado, y el que más me conmovió fue ‘So Sick’ de Ne-Yo”, recordó. Convenció a la familia de volar a Atlanta para conocerlo. “Fue su primer viaje en avión”, contó Braun, quien entonces tenía veinticinco años. Aquel encuentro marcó el inicio de un imperio musical. Lo que comenzó con un clic en un video casero terminó transformando la industria: así nació una de las asociaciones más rentables del pop moderno (EFE/Etienne Laurent) El costo emocional del éxito Aunque su carrera avanzaba con fuerza, Braun reveló que el personaje que había construido lo llevó al límite. “Aquí estoy, en la cima de mi carrera, y quería matarme”, confesó. Tal y como declaró en el pódcast, pasó años intentando impresionar a personas que no lo querían, mientras descuidaba a quienes sí lo hacían. A los cuarenta años, una terapia intensiva le permitió enfrentar sus miedos más profundos y reconectar con su identidad real. Fama, juventud y consecuencias El productor reconoció sentir culpa por no haber comprendido del todo lo que atravesaban los artistas jóvenes bajo su gestión. “Los seres humanos no estamos hechos para ser adorados. Creo que estamos hechos para servir”, reflexionó. El caso de Spencer Lee, artista fallecido por sobredosis, fue especialmente doloroso. “Es una de las mayores tragedias porque no puedo decirte lo bueno que era”, lamentó. Braun reconoció que su enfoque profesional no bastaba para sostener la salud emocional de sus representados. El conflicto con Taylor Swift Uno de los momentos más polémicos de su carrera fue la compra de Big Machine, sello que controlaba los primeros álbumes de Taylor Swift. Según Braun, creía que trabajaría con todos los artistas del catálogo, incluida Swift, con quien apenas había coincidido tres veces. La reacción pública de la cantante provocó una ola de críticas. “La mayor lección fue que ni el elogio ni el odio eran merecidos, porque nadie realmente me conocía”, aseguró durante la entrevista, señalando que el episodio le permitió entender mejor a los artistas a los que representaba. La operación empresarial que desató una tormenta mediática y dividió al mundo del entretenimiento en torno al control de la obra artística (AP/REUTERS) Renunciar para reencontrarse Hace unos dos años y medio, Braun decidió dejar la gestión musical. “Mi vida adulta entera había sido eso. No sabía lo que era tener un fin de semana”, contó en The Diary of a CEO. La venta de su empresa por 1.100 millones de dólares marcó el inicio de una nueva etapa. “Por primera vez, me permití ser curioso y creativo, no solo competitivo”, explicó. Su nueva prioridad es la vida familiar y el trabajo filantrópico. Vulnerabilidad y aceptación El productor también destacó cómo, al dejar atrás la dureza que lo caracterizaba, pudo reconectarse con sus amigos de la infancia. “Pensé que para ser uno de los chicos tenía que ser duro, pero fue al revés: cuando fui vulnerable, realmente me aceptaron”, relató. Reconoció que durante años se mostró como pensaba que debía ser, en lugar de como realmente era. Después de décadas interpretando un rol impuesto, Braun encontró su identidad real en los vínculos que siempre estuvieron ahí, esperando autenticidad (Captura de video/The Diary Of A CEO) Una visión renovada del éxito En el tramo final del episodio, Braun reflexionó sobre lo que ahora considera éxito. “Hoy, mi prioridad es ser el padre que quiero ser para mis hijos”, afirmó. También expresó su deseo de escribir un libro, un proyecto que hasta ahora había evitado por miedo al fracaso. Para él, la verdadera realización está en participar plenamente en la vida, aprender de las dificultades y cultivar relaciones genuinas. “Nadie puede decirme cómo serán los próximos cinco o diez años. Antes pensaba que lo sabía. Ahora sé que todo puede cambiar en un instante”, concluyó.
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