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» Rafaela Noticias
Fecha: 12/06/2025 06:27
Desmantelamiento del REMA: "La construcción de nuevos caniles sería volver al error" Por Redacción Rafaela Noticias El lugar, que supo tener más de 300 animales, hoy gracias al trabajo de la Asociación Civil El Amparo, solo cuenta con 10 perros que buscan un hogar. "En vez de refugios, hay que apostar a castraciones eficientes y políticas sostenidas", aseguran desde la entidad ante. En el Refugio Municipal de Animales (REMA), ubicado en Av. Italia y Camino 5, hoy quedan diez perros: dos hembras y ocho machos. Magnolia, Amelia, Cairo, Tano, Tifón, Ringo, Tirso, Tetuán, Baltazar y Pier, enumeran desde El Amparo, organización con casi 20 años de trabajo en la ciudad. Todos, salvo Tano, son adultos mayores y requieren cuidados especiales. Las atenciones veterinarias están a cargo de la asociación, mientras que el predio sigue siendo mantenido por el municipio. Con la inminente construcción de la Alcaidía en ese lugar, desde El Amparo insisten: “Es urgente vaciar el REMA y no trasladarlo a otro predio. No hay que volver a construir caniles. La solución no es encerrar perros”. Historia y problemática del REMA “No sabemos con exactitud la edad de los remitas (como se les llama a los perros que están en el refugio) porque El Amparo tuvo prohibido el ingreso al lugar durante cinco años, entre 2010 y 2015”, explican. “El REMA fue un matadero. El 70% de los más de 350 perros que había moría en el transcurso de un año”, sostienen. Las causas fueron múltiples: riñas en caniles superpoblados, enfermedades sin tratamiento, heridas sin atención. “Ingresaban animales los siete días de la semana, las 24 horas del día”, remarcan. En algunos caniles llegaban a convivir hasta 30 animales. Para la asociación, ningún refugio es una solución. “Un lugar donde uno puede dejar al perro que ya no quiere, solo multiplica el abandono. Hoy hay cinco, mañana diez, en un año ciento cincuenta otra vez”. Actualmente hay solamente 10 animales en el REMA. Castraciones, abandono y perros judicializados Desde 2016 comenzaron a implementarse jornadas de castración en barrios periféricos, que incluían recorridos puerta a puerta, traslado de animales y seguimiento posterior a la cirugía. “Era el modo más efectivo de controlar la reproducción y evitar el sufrimiento animal”, aseguran. Actualmente, observan un aumento en los casos de abandono y plantean la necesidad de fortalecer campañas de castración eficientes, con criterios de territorialidad y continuidad. Los perros judicializados (para los que el municipio deberá tener un lugar según consultó este medio a fuentes del Estado), son aquellos que han ocasionado un accidente por mordedura en la vía pública y afectado a otro animal o persona. Por esa razón deben cumplir con el control antirrábico de 10 días que dispone la ley. El albergue en una dependencia municipal es solo en los casos en que los responsables del animal no cuenten con un lugar seguro en su propiedad. Esa estadía debe ser obligatoriamente temporal, hasta cumplirse los diez días, y siempre que el hecho esté debidamente avalado con denuncia en Fiscalía y certificado médico o veterinario. Adopciones, ordenanzas y gestión de zoonosis Ante el desmantelamiento inminente del REMA, El Amparo impulsó una campaña de adopciones que ya existía desde antes de la pandemia. “Gracias a la visibilización que generó el anuncio de la Alcaidía, se aceleraron las adopciones. Pero si el día del cierre todavía quedan perros, deberán ser trasladados a hogares de tránsito o alternativas que aún se están evaluando”, explican. “La construcción de nuevos caniles sería volver al error. No solo no salva vidas, sino que impide generar conciencia. En vez de refugios, hay que apostar a castraciones eficientes y políticas sostenidas. Si no, el problema seguirá multiplicándose” Desde la asociación también recuerdan que “el ingreso de nuevos animales al REMA está prohibido por ordenanza, salvo los judicializados”. La normativa vigente también prohíbe la existencia de criaderos y la presencia de animales de granja y caballos en el ejido urbano.
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