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» Primiciascorrientes
Fecha: 10/06/2025 20:51
Minutos después de que la Corte Suprema de Justicia dejara firme su condena e inhabilitación perpetua para ejercer cargos públicos en la causa «Vialidad», la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner montó un acto de respuesta política en la puerta de la sede del Partido Justicialista. Lejos de mostrarse vencida, lanzó una dura contraofensiva discursiva, en la que acusó a la Justicia de ser un instrumento del «poder económico concentrado» para proscribir al peronismo. «Al cepo del salario del gobierno de Javier Milei, ahora el partido judicial le agrega el cepo al voto popular», sentenció Kirchner ante la militancia, estableciendo un paralelismo directo entre las políticas económicas actuales y la decisión judicial en su contra. LAPIDARIA En una alocución enérgica desde un escenario improvisado sobre la calle Matheu, la ex mandataria desestimó la autonomía del máximo tribunal. “A este cepo no lo ponen este triunvirato de impresentables que funge como una ficción de la Corte Suprema. No se confundan, son tres monigotes que responden a mandos naturales muy por arriba de ellos», afirmó, para luego señalar al verdadero responsable según su visión: «Es el poder económico concentrado de la República Argentina, compañeros y compañeras». Para sostener su argumento, recordó una tapa periodística posterior al intento de magnicidio que sufrió: “Ese que cuando se produjo el intento de magnicidio (…) a los pocos días tituló ‘La bala que no salió, pero el fallo que sí saldrá’. Más clarito echale agua”. La ex presidenta interpretó el fallo como una represalia política con una sincronización deliberada. «¿Saben por qué este cepo? Porque no van a cometer el mismo error que cometieron en el año 2019», aseguró, vinculando la decisión judicial con un cálculo electoral para evitar su regreso. «Esta causa tiene un cronograma electoral maravilloso», ironizó. «Estar presa es un certificado de dignidad» En su discurso, Cristina Kirchner se posicionó como una víctima de la persecución por haber gobernado «para el pueblo». Vinculando a sus adversarios políticos como promotores de su declive judicial, trazó una paradoja: “Ellos en libertad y yo presa”. En ese marco, reivindicó su situación como una medalla de honor. “Mientras los Sturzenegger, los inefables ‘Totos’ Caputos, los Macri de los parques eólicos, caminen sin que nadie les diga nada, estar presa es un certificado de dignidad política, créanme que lo siento de esa manera», manifestó. Según Kirchner, el objetivo final es atacar el ideario peronista. Sostuvo que la Justicia avanza contra «los dirigentes políticos que gobiernan para el pueblo y logran la distribución del ingreso más equitativa», y contra quienes defienden que el trabajo debe participar en el capital «fifty fifty” (en partes iguales). ESTO NO PARARÁ Con una metáfora sobre el futuro, aseguró que las consecuencias de su situación legal no detendrán las demandas sociales. «Me pueden meter presa, pero los medicamentos cada vez están más caros, los padres van a seguir creyendo que sus hijos tienen derecho a comer cuatro comidas por día. (…) El pueblo finalmente es como un río, se puede desviar el cauce pero finalmente el agua se filtra y pasa», sostuvo. Finalmente, cerró con un llamado directo a sus seguidores, transformando la derrota judicial en un punto de partida para la reorganización política. “A militar, a organizarse, a profundizar el acercamiento y la empatía con la gente. Es fundamental que vean una dirigencia política y social comprometida con los problemas que tiene la gente y no con los problemas que tienen entre ellos», concluyó, dejando en claro que su rol de liderazgo en ese espacio político sigue vigente.
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