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» Santo Tome al dia
Fecha: 10/06/2025 06:53
La ciudad de Los Ángeles atraviesa una escalada de violencia y tensión política, tras varios días de protestas por las redadas migratorias ordenadas por el Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE). Las movilizaciones comenzaron el viernes en Paramount y Compton, y se extendieron por distintas zonas del condado angelino. Las protestas, marcadas por incendios, saqueos, ataques a la Policía y represión con gases y balas de goma, motivaron una respuesta contundente del Gobierno federal. El presidente Donald Trump ordenó desplegar 2.000 efectivos de la Guardia Nacional y, este lunes, sumó 700 marines del 2.º Batallón de la 1.ª División de Marines, que fueron activados por el Comando Norte de EE.UU. “La ciudad de Los Ángeles ha sido invadida y ocupada por extranjeros ilegales y criminales”, afirmó Trump, quien responsabilizó a “la izquierda radical” de instigar y financiar las manifestaciones. En ese marco, advirtió: “Si escupen, les pegaremos más fuerte que nunca. Tal falta de respeto no será tolerada”. Enfrentamiento con el gobernador Newsom La decisión de Trump generó un fuerte conflicto institucional. El gobernador de California, Gavin Newsom, rechazó el despliegue militar por considerarlo ilegal y anunció que demandará al Gobierno federal. “Se está vulnerando la soberanía estatal. Comandar la Guardia Nacional sin consultar al gobernador es inconstitucional e inmoral”, aseguró. Newsom advirtió que la presencia de tropas sin capacitación adecuada “podría agravar seriamente la situación”. También acusó al presidente de utilizar la fuerza para escalar el conflicto. “¡Arréstenme! Me importa esta comunidad”, respondió desafiante al “zar de la frontera” Tom Homan, quien había insinuado que tanto él como la alcaldesa de Los Ángeles podrían ser arrestados por interferir en las redadas. Detenciones, violencia y restricciones Durante las protestas, al menos 60 personas fueron detenidas el domingo, que se suman a decenas arrestadas en días anteriores. Las movilizaciones llegaron incluso a cortar la autopista 101, donde se reportaron ataques con piedras y objetos a patrulleros. En respuesta, las fuerzas federales restringieron las reuniones en el centro de Los Ángeles y mantuvieron un despliegue permanente para controlar la situación. El jefe de Policía local, Jim McDonnell, aseguró que los agentes “están bajo ataque” y denunció el uso de cócteles molotov y pirotecnia por parte de los manifestantes. La crisis, que combina elementos sociales, políticos y migratorios, mantiene a la ciudad en vilo y proyecta un nuevo escenario de confrontación entre la Casa Blanca y los gobiernos estatales en un contexto de alta sensibilidad electoral.
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