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Concordia » Cadena Entrerriana
Fecha: 10/06/2025 04:15
La sombra de la corrupción vuelve a posarse sobre la figura del exdiputado camporista José Ottavis. La asociación civil Amarte Argentina, fundada por él y su actual pareja, Celia Itatí Britez, se encuentra en el ojo de una tormenta judicial y social tras ser denunciada por malversación de fondos, asociación ilícita y utilización de fondos públicos por un monto que asciende a los $11.000 millones. La acusación más grave: haber recibido esa millonaria suma para la realización de obras en barrios vulnerables de Monte Caseros que, según vecinos y excolaboradores, nunca se concretaron. El caso, que ya es investigado por la justicia, pone en evidencia una trama de supuestos desvíos de fondos a través de una «estructura enorme de cooperativas truchas», de acuerdo con las denuncias. La controversia estalla luego de que, tras tres años de la firma de un acuerdo con el Fondo de Integración Socio Urbana (FISU) en 2021, las prometidas obras de infraestructura vital para los barrios populares siguen siendo una quimera. De la fe a la estafa: El camino de Amarte Argentina José Ottavis, quien tras su mediática relación con Victoria Xipolitakis había anunciado un vuelco a la vida religiosa y la filantropía, encontró en Amarte Argentina el vehículo para «ayudar a personas en vulnerabilidad». Sin embargo, el testimonio de Celia Fabiana, sobrina de Celia Itatí Britez y excolaboradora de la ONG, pinta un panorama desolador y revelador. Fabiana relató a TN cómo se involucró en la organización, haciendo el trabajo territorial y relevando las necesidades de los barrios. Pero la supuesta vocación religiosa de Ottavis tomó un giro perturbador. «Cuando (Ottavis) dejó de drogarse, se prendió por la parte religiosa. Llegó una orden de su parte que todos los días a las 19 la organización tenía que parar y nos obligaba a rezar el rosario. El que no rezaba, te anotaba y te retiraba la bolsa de alimentos», detalló, exponiendo la coerción ejercida sobre personas vulnerables. La excolaboradora fue más allá, describiendo episodios inquietantes sobre la supuesta «reencarnación de Jesús» y un intento de Ottavis de obligarla a comulgar vestido de cura. «Ahí pensé que esto se estaba yendo de mambo», confesó. Cifras infladas y cooperativas fantasmas Las denuncias no solo apuntan a la manipulación religiosa, sino al corazón de la presunta malversación. Celia Fabiana aseguró haber presenciado cómo la organización presentaba «cifras exageradas» y «números inflados» en los informes al FISU, que triplicaban los costos reales de las obras. El modus operandi denunciado incluía la creación de cooperativas fantasmas. Eduardo, otro de los denunciantes, explicó: «Las obras se hacían a través de cooperativas, pero no existen. Lo que implicó la falsificación de documentos y firmas». Hombres fueron designados como presidentes o tesoreros de estas cooperativas sin siquiera saberlo o siendo engañados para firmar documentos que avalaban depósitos de dinero que nunca vieron. Uno de ellos relató cómo le entregaron una chequera con $100.000, para luego ser «convencido» de dar de baja la cuenta y entregar el dinero a una secretaria de la ONG. «Ahí entendí que estaban usando a la gente para beneficio de ellos», lamentó. Obras inexistentes y promesas incumplidas El impacto más cruel de esta presunta estafa se ve en los barrios. En San Ramón Sur, Amarte Argentina debía realizar obras estructurales como pavimentación, cloacas y tendido eléctrico, además de construir 56 «núcleos húmedos» (estructuras con baño y cocina). Los vecinos denunciaron que, si bien se levantaron 30 de estas unidades, nunca fueron entregadas por estar incompletas o mal hechas, a pesar de haber recibido más de $3.000 millones para ello. «A ninguno le entregaron las llaves», sostuvo una vecina. Otra vecina mostró su hogar: «Me entregaron una casilla vacía, tuve que hacer todo yo. Nadie me explicó por qué». La situación se agravó cuando, según la denuncia de Fabiana, Ottavis comenzó a obligar a la gente a afiliarse al Partido Justicialista para recibir bolsones de comida, lo que la llevó a apartarse de la organización en febrero de 2022. Tras su salida, el galpón con los materiales para las obras habría sido «saqueado», impidiendo cualquier entrega programada. Mientras la justicia avanza en la investigación, la imagen de una lujosa casa de José Ottavis en Corrientes, exhibida en la captura de TN, contrasta fuertemente con la precariedad de los barrios y las promesas incumplidas de Amarte Argentina. compartir
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