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  • Atraparon a cazadores en un Parque Nacional: Mataron jabalíes, ciervos y carpinchos

    Parana » AIM Digital

    Fecha: 10/06/2025 03:55

    Durante un patrullaje, los guardaparques descubrieron un campamento equipado como si fuera una base militar. Por días enteros, los cazadores se ocultan armados - en distintas zonas de Argentina - con fusiles de largo alcance, visores térmicos y lanchas listas para huir por los arroyos. No cazan por necesidad, sino por deporte o por encargo. Esta vez, sin embargo, el sigilo no fue suficiente. Tres hombres fueron sorprendidos por guardaparques en el Parque Nacional El Palmar, Entre Ríos, y quedaron implicados en un operativo que permitió descubrir un campamento perfectamente montado, con armas, víveres y restos de fauna silvestre. Los delitos contra la fauna en áreas protegidas no son nuevos, pero se han vuelto cada vez más sofisticados. Los cazadores ilegales conocen el terreno, se mueven en grupo y emplean tecnología de punta para burlar a quienes cuidan estas reservas. En El Palmar, uno de los pocos refugios naturales del sur de Entre Ríos, el trabajo de los guardaparques es permanente y cada incursión puede cambiar de un momento a otro: del silencio absoluto a los disparos en la oscuridad. Patrullaje, rastros y disparos: un día en el monte Dos semanas atrás, una patrulla conjunta entre el Cuerpo de Guardaparques Nacionales y la Brigada de Abigeato de Colón realizó un patrullaje de más de 16 horas por el Parque Nacional El Palmar, que abarca unas 8.200 hectáreas de monte, pastizales y arroyos. Ya entrada la noche, tres disparos quebraron el silencio y los cazadores estaban cerca. Los rastros los llevaron hasta un campamento improvisado, pero equipado con mesa, sillas, colchones y linternas. Aunque no hallaron a nadie en el lugar, el mensaje era claro: los intrusos se habían instalado con tiempo y recursos, preparados para pasar varios días cazando sin ser descubiertos. El hallazgo activó una vigilancia más estricta y se redoblaron los patrullajes en las zonas donde más circulan los cazadores: los márgenes del arroyo Palmar y algunas picadas internas que conectan distintos puntos del parque. Un operativo al amanecer y una lancha escondida La oportunidad llegó esta semana, cuando una nueva recorrida comenzó de madrugada. Cerca de las 10 de la mañana, los patrulleros divisaron una lancha oculta entre la vegetación a orillas del arroyo Palmar. Dentro, un hombre intentaba deshacerse rápidamente de varios animales, arrojándolos al agua. Eran jabalíes, ciervos y carpinchos que habían sido cazados dentro del Parque. En el bote quedó solo un jabalí. También había sangre en la ropa del cazador y en el interior de la embarcación. Además, se halló un estuche con un arma larga y otros elementos usados en faenas de caza. El hombre confesó que no estaba solo: dos personas más habían participado con él de la cacería. En el lugar del operativo se secuestraron dos fusiles, miras telescópicas, visores térmicos, equipos de comunicación, cuchillos, chairas y medicación. Según indicaron desde el Parque, los infractores no ofrecieron resistencia. De todos modos, los antecedentes marcan que este tipo de operativos no siempre termina sin conflictos. Memoria de un guardaparque asesinado En abril de 1969, un guardaparque de 32 años llamado Bernabé Méndez fue asesinado después de descubrir un campamento de cazadores ilegales en el Alto Iguazú. Su caso marcó un antes y un después para los trabajadores de parques nacionales, que desde entonces reciben entrenamiento específico en prevención, defensa y manejo de situaciones de riesgo. Cada 14 de abril se recuerda su nacimiento, y tanto en el Parque Nacional Iguazú como en la ciudad homónima hay lugares que llevan su nombre. La lucha contra la caza furtiva es diaria y se libra en silencio, muchas veces sin reconocimiento público. En zonas como El Palmar, donde conviven carpinchos, ciervos y jabalíes en estado silvestre, el trabajo de los guardaparques sostiene el equilibrio de un ecosistema cada vez más amenazado por quienes eligen las armas antes que el respeto por la vida natural. Fuente: La Mañana de Neuquén

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