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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 09/06/2025 20:44
El concepto del efecto mariposa revela cómo la imprevisibilidad gobierna incluso los sistemas más estructurados (Freepik) Un pequeño cambio en las condiciones iniciales puede transformar radicalmente el futuro de un sistema complejo. Esta idea, conocida como efecto mariposa, despertó el interés tanto de la comunidad científica como del público general desde que el meteorólogo Edward Lorenz, del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), la formuló en la década de 1960. Según National Geographic, la imagen popular de una mariposa que al batir sus alas en Brasil genera un tornado en Texas se aleja de la realidad científica. En verdad, el fenómeno es más sutil y profundo, y resulta clave para disciplinas como la predicción meteorológica, la teoría del caos y el análisis de sistemas complejos. Un hallazgo fortuito que cambió la ciencia Todo comenzó en 1961, cuando Lorenz trabajaba con un modelo computacional de predicción climática. Al repetir una simulación, redondeó el valor de una de las variables de 0,506127 a 0,506. Ese ajuste mínimo generó un resultado completamente distinto. A partir de este hallazgo, desarrolló una teoría sobre el caos y la imprevisibilidad en sistemas que, en apariencia, eran simples. En 1972, presentó sus conclusiones en la Asociación Estadounidense para el Avance de la Ciencia (AAAS) con una pregunta provocadora: “¿El aleteo de una mariposa en Brasil puede provocar un tornado en Texas?”. Según National Geographic, esta metáfora capturó la imaginación de muchos, aludiendo al enorme impacto que puede generar una alteración ínfima en las condiciones iniciales. Richard A. Anthes, expresidente de la University Corporation for Atmospheric Research, explicó que, incluso en ecuaciones matemáticas simples, un cambio minúsculo en la posición inicial puede producir transformaciones enormes e impredecibles en el estado futuro de un sistema. Una diferencia mínima en los datos de entrada permitió descubrir que las simulaciones climáticas no siempre producen resultados predecibles (Imagen Ilustrativa Infobae) Un principio clave de la teoría del caos El efecto mariposa es un concepto central de la teoría del caos, que estudia sistemas extremadamente sensibles a las condiciones iniciales. De acuerdo con Bo-Wen Shen, profesor en la Universidad Estatal de San Diego, esta idea “alteró la ciencia a nivel filosófico”, ya que reveló que modelar el futuro tiene límites definidos: el caos siempre está presente, aunque sea difícil de identificar. Desde esta perspectiva, no toda pequeña perturbación provoca un gran cambio, pero en sistemas caóticos como el clima, diferencias mínimas en el punto de partida pueden amplificarse y producir resultados radicalmente distintos. Shen también destaca el valor inspirador de la teoría, al mostrar que incluso las acciones más pequeñas pueden desencadenar consecuencias importantes. Entre la ciencia y el malentendido cultural La metáfora del aleteo se difundió ampliamente en la cultura popular, desde películas hasta publicaciones en redes sociales que relatan cómo eventos triviales modificaron el rumbo de una vida. Sin embargo, desde la publicación advierten que estas interpretaciones suelen alejarse del sentido original del concepto, acercándose más a anécdotas o coincidencias que a una verdadera ilustración del fenómeno descrito por Lorenz. El principal error, señala Shen, es tomar literalmente una metáfora que nunca tuvo validación empírica. Roger Pielke Sr., profesor emérito de la Universidad Estatal de Colorado, lo resume con contundencia: “La definición metafórica del efecto mariposa se acepta ampliamente como literalmente cierta. No lo es”. La película The Butterfly Effect popularizó una versión exagerada del fenómeno, alejándose de su interpretación científica original (IMDb) Debate vigente entre especialistas El concepto sigue generando discusión. En 2024, la revista Physics Today publicó un intercambio entre el equipo de Shen y Tim Palmer, profesor de física climática en la Universidad de Oxford, quien propone imaginar el clima como un sistema de muñecas rusas: dentro de una depresión atmosférica de 1.000 kilómetros hay nubes de tormenta de 100 km, que a su vez contienen remolinos más pequeños, y así sucesivamente. En un artículo de 2014, Palmer sostuvo que existen “horizontes finitos de predictibilidad” que no pueden extenderse simplemente afinando las condiciones iniciales. Por su parte, Anthes advierte que “no todas las mariposas marcan la diferencia”: no toda alteración mínima desencadena efectos sustanciales. Aplicaciones en ciencia y tecnología El efecto mariposa definió los límites del pronóstico del tiempo. Según la teoría de Lorenz, no es posible conocer el estado actual del clima con la precisión suficiente como para prever el largo plazo. El umbral práctico de la predicción meteorológica ronda las dos semanas. Los modelos desarrollados por Shen y su equipo, inspirados en el trabajo de Lorenz, permitieron nuevas aproximaciones sobre el equilibrio entre caos y orden. Aunque su utilidad principal está en la meteorología, también se aplica en el estudio del cambio climático, la biología, la ingeniería y la economía. En años recientes, se intentó aplicar inteligencia artificial para simular el efecto mariposa. Según National Geographic, el experimento no logró reproducir el fenómeno, lo que evidencia que la IA aún no está en condiciones de comprender completamente la complejidad del caos. Los modelos actuales de predicción climática incorporan márgenes de incertidumbre precisamente por la sensibilidad inherente del sistema atmosférico (EFE/Giorgio Viera) Anthes señala que el concepto se aplica a cualquier sistema complejo donde el estado futuro depende del presente: desde la atmósfera hasta la salud humana y los sistemas políticos. Cambios aparentemente insignificantes pueden generar consecuencias imprevisibles e incluso no intencionadas. Para explicar la lógica detrás del efecto mariposa, Shen recurre a un proverbio popularizado por el poeta George Herbert en 1640, que narra cómo la pérdida de un simple clavo termina derivando en la caída de un reino. Según Lorenz, esta secuencia ilustra mejor que ninguna otra la noción de inestabilidad: cuando una cadena de eventos se pone en marcha, incluso los cambios posteriores no bastan para revertir el desenlace. Un legado que sigue dando frutos La teoría del caos impulsada por Lorenz transformó disciplinas tan diversas como la física, las ciencias sociales y la biología. En 2011, el MIT fundó el Instituto Lorenz de Investigación Climática, enfocado en promover ciencia básica sin aplicación inmediata. National Geographic resalta que este tipo de estudios son fundamentales para comprender cómo acciones diminutas pueden generar efectos inesperados y de gran escala. Para Shen, la contribución clave de Lorenz reside en haber proporcionado modelos y herramientas que enriquecieron el estudio de los sistemas complejos y de la predictibilidad limitada, un campo que, seis décadas después, sigue planteando desafíos a la ciencia.
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