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» El Sur Diario
Fecha: 09/06/2025 20:39
En Villa Constitución, el abordaje de la violencia de género es una política pública constante y comprometida. Desde la Dirección de Género e Igualdad del Municipio se despliega, cada día, una red de atención integral a mujeres víctimas de violencia, respaldada por un equipo interdisciplinario. Psicólogas, abogadas, trabajadoras sociales y operadoras comunitarias trabajan de manera articulada con la Justicia, la Policía y organizaciones sociales, construyendo una red de cuidado que no se interrumpe. Aunque la problemática ha dejado de ocupar los titulares a nivel nacional, en los territorios persiste con la misma crudeza. En este contexto, la tarea de la Dirección cobra relevancia vital. El servicio de atención primaria funciona durante todo el año, con guardias activas. La asistencia es gratuita, confidencial y personalizada. ¿Qué sucede cuando una mujer pide ayuda? “Cada caso es distinto, por eso el abordaje debe ser singular y respetuoso. Lo primero que hacemos es escuchar y evaluar el riesgo”, explica Pilar Sánchez, responsable del área local. No hay pasos automáticos ni recetas universales: la prioridad es preservar a la víctima y brindarle herramientas para decidir. El acceso a la denuncia es un derecho. Desde la Dirección se acompaña a las mujeres que deciden denunciar. “La denuncia es fundamental para frenar al agresor, pero también para que la víctima recupere su dignidad y autonomía”, señala Sánchez. La misma puede realizarse en la Comisaría de la Mujer, en el Centro Territorial de Denuncias y, más recientemente, en comisarías barriales como las de Domingo Troilo y barrio Talleres, facilitando el acceso a quienes tienen dificultades de movilidad. Una vez hecha la denuncia, la Dirección articula con la Justicia y las fuerzas de seguridad para garantizar medidas de protección. “En casos de alto riesgo, actuamos rápidamente para alejar a la mujer del entorno violento. En otras situaciones, buscamos alternativas junto a ella. Nunca se actúa sin su consentimiento”, destacan. Las formas de la violencia “Siempre digo que antes del golpe hay señales. La violencia comienza con lo sutil: los celos, el control, los comentarios descalificadores”, advierten desde el equipo técnico. Estas llamadas microviolencias suelen estar naturalizadas y pasar desapercibidas. “Para identificarlas, hay que ponerse los lentes violetas”, grafica Sánchez. Además de la violencia física, existen otras formas igual de graves: psicológica, económica, simbólica y sexual. “Muchas mujeres viven sometidas sin saberlo: les controlan el dinero, les niegan relaciones sexuales consensuadas o las obligan a mantener vínculos por miedo”, explican. Todas estas violencias pueden denunciarse, y todas merecen atención. Así lo establece la Ley 26.485, que garantiza la protección integral de las mujeres. El Estado tiene la obligación de asesorar, contener y acompañar. Acompañar, contener, asesorar “El acompañamiento no termina con la denuncia. Hay que estar en todo el proceso, sostener a la mujer y muchas veces también a sus hijos e hijas”, señalan desde la Dirección. Para ello, se apoya en una red institucional que involucra al Poder Judicial, fuerzas de seguridad, hospitales, escuelas y organizaciones sociales. Además de la atención directa, se desarrollan actividades en los barrios: talleres de sensibilización, campañas de difusión y capacitaciones comunitarias. “La prevención es clave. Cuanto más se hable, más herramientas habrá para salir del círculo de violencia”, subrayan. Cultura, vínculos y responsabilidades La violencia de género no es un fenómeno aislado. Es la expresión de una desigualdad estructural. “Es un tema cultural. Hay que debatirlo también desde lo antropológico”, indican. La educación en igualdad, el respeto por los cuerpos y deseos, y la construcción de vínculos sanos deben atravesar todas las políticas públicas. También el rol del varón necesita revisarse. “Un violento no solo lo es con su pareja; muchas veces es un patrón de vínculo. Por eso hay que generar espacios donde los varones se pregunten cómo se relacionan con las mujeres, con sus hijos, con sus pares”, expresa Sánchez. En ocasiones, la Dirección recibe contradenuncias que buscan invertir los roles de víctima y victimario. “Los varones también pueden denunciar, claro. Pero nada justifica la violencia. Ante una situación conflictiva, lo que corresponde es irse, no golpear”, aclara. La salida es colectiva “No salvamos a nadie. Acompañamos a las mujeres para que se salven a sí mismas”, concluyen desde la Dirección. Y en ese proceso, la presencia del Estado es indispensable. Porque ante una problemática tan persistente como la violencia de género, lo que no puede permitirse es la indiferencia. En Villa Constitución, la política local demuestra que el acompañamiento sostenido, profesional y humano puede marcar la diferencia. La violencia se enfrenta con presencia, escucha y acciones concretas. Y cada mujer que logra salir del círculo del maltrato es una vida recuperada, un derecho conquistado y un paso más hacia una sociedad más justa.
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