09/06/2025 16:16
09/06/2025 16:16
09/06/2025 16:16
09/06/2025 16:15
09/06/2025 16:15
09/06/2025 16:15
09/06/2025 16:15
09/06/2025 16:14
09/06/2025 16:14
09/06/2025 16:14
Buenos Aires » Infobae
Fecha: 09/06/2025 10:38
Miguel Uribe, Diana Turbay, Hernando Santos Castillo y Francisco Santos, atravesados por una misma historia. Hernando Santos Castillo sólo firmó una de sus columnas. El resto de sus escritos -los editoriales de El Tiempo, diario que dirigía-, llevaban el seudónimo de “Hersán”. Pero esta vez, el trazo de su texto merecía ser sellado con su verdadera identidad. “Carta a Diana” se llamó esa epístola del 27 de enero de 1991 que recorrió Colombia y el mundo. Diana era Diana Consuelo Turbay Quintero y hacía dos días que había sido asesinada por el Cartel de Medellín -que comandaba Pablo Emilio Escobar Gaviria- tras permanecer cautiva 146 días. Era, además de reportera de profesión, la hija del ex presidente Julio César Turbay Ayala y madre de Miguel Uribe Turbay, precandidato presidencial y sobre cuya vida se atentó este sábado. “Te mataron por periodista. El arma asesina la activaron quienes te secuestraron. Lo demás sobra”. Es una parte de esa carta emotiva que Santos Castillo redactó en su vieja máquina de escribir aquel enero de Bogotá. El experimentado periodista sabía que tal vez su publicación tendría consecuencias sobre su propia familia: es que su hijo, Francisco “Pacho” Santos Calderón, permanecía entre los secuestrados por Escobar y había compartido cautiverio con Diana, aunque sin habitar el mismo espacio. “El calvario porque así se debe llamar de quienes han sufrido el secuestro, bien personalmente, o por razones familiares, termina para tí y los tuyos. Para nosotros, las familias de Francisco, de Maruja, de Beatriz y de Marina, sigue desgarrante, horrendo. Como esos caminos cuyas salidas se van cerrando. La esperanza de un milagro nos permite sobrevivir”, continuó Santos Castillo. Diana Turbay junto a su hijo Miguel Uribe, en una de las últimas fotografías que se tomaron antes del secuestro de la periodista. La mujer fue asesinada el 25 de enero de 1991 por el Cartel de Medellín de Pablo Emilio Escobar Gaviria (Familia Uribe Turbay) “Pacho” Santos logró su libertad meses después. Fueron ocho meses de permanecer secuestrado -entre septiembre de 1990 y mayo de 1991- en algún lugar de la capital colombiana. Comenzó una fundación para asistir a las víctimas de la violencia radicalizada del país y llegó a la vicepresidencia junto a Álvaro Uribe Vélez entre 2002 y 2010. Hoy, 33 años después de su liberación, Santos el sobreviviente, escritor y enfático político recordó la carta que su padre había escrito a Diana y obró una nueva: “Carta a Miguel”. - Un sicario de 14 años, cómplices en la escena del atentado... ¿quien cree que esta detrás de este hecho que conmueve no solo a Colombia sino a toda América Latina? - Un sicario siempre hace parte de organizaciones criminales. Sin embargo, creo que en Colombia, en este entorno que ha creado el presidente Gustavo Petro, al solo hablar de sus opositores como nazis, enemigos, asesinos, ratas, así las ha calificado, ha creado ese escenario de radicalidad que puede ser aprovechado y que es aprovechado por otros radicales para generar un caos como este. No me cabe la menor duda que uno de los responsables, quizás el principal responsable de este atentado, es el presidente Gustavo Petro, que incendió al país con su discurso. Y esta es una de las consecuencias. - La familia Uribe vivió tragedias a lo largo de su vida. La madre de Miguel fue secuestrada y asesinada por Pablo Escobar. Fue cautiva junto a usted en aquellos años. ¿Qué recuerda de Diana Turbay durante el cautiverio y qué sensaciones le vuelven a su cuerpo después de conocer el atentado de este sábado? -La familia de Miguel Uribe, Diana Turba, Julio César Turbay y la mía, la de los Santos Calderón, hijos de Hernando, está entrelazada por esta violencia. Estuvimos secuestrados por el mismo secuestrador, el mafioso Pablo Escobar. Nunca estuvimos juntos. En ese secuestro dos personas murieron: Diana Turbay y Marina montoya. Nosotros sobrevivimos de milagro. Mi padre y Julio César Turbay trabajaron muchísimo por nuestra liberacion. Pero quizás, lo que más orgullo me da es que un momento dado entraron en el Palacio de Nariño y le entregaron una carta al presidente (César) Gaviria. En esa carta le decían: “Haga lo que usted crea que es correcto. Nosotros nos apartamos de cualquier proceso de negociacion. Creemos que usted va a hacer lo mejor para Colombia”. Un acto de dignidad de ambos sin igual. Pocos días antes había llegado a mi lugar de cautiverio uno de secuestradores y me dijo: ”Vamos a empezar a matar secuestrados uno cada tres dias. Empezamos con Marina Montoya este jueves y usted es el último". En ese entonces quedamos seis secuestrados y mi expectativa de vida eran dieciocho días. Ese sábado me permitieron ver la television y cuando la prendo veo que en un intento de rescate habían encontrado donde esta Diana y los sicarios la habían asesinado. Ahí mi expectativa de vida se redujo a tan solo nueve dias. Obviamente no pensé en eso, pensé Diana. Pensé en el presidente Turbay. Pensé en el hijito pequeño de Diana, en su hija. Porque mi vida estaba en manos de Dios. Esa diana que conocí en muchas ocasiones como gran periodista. Que conocí en esos seminarios en Paipa en donde analizamos los procesos de Paz y las posibilidades de Paz. Era una mujer inteligente, sagaz, aguda, divertida y eso era lo que Colombia habia perdido por cuenta de la violencia del narcotrafico, por cuenta de Pablo Escobar. El atentado contra Miguel Uribe Turbay sucedió en la tarde del 7 de junio durante un acto en Fontibón, conmocionando a Colombia y al ámbito internacional - crédito leonardoteran4/TikTok - En aquel entonces su padre, director del diario El Tiempo, escribió una carta a Diana. Usted también lo hizo, esta vez a Miguel. ¿Por qué? - Inmediatamente que escuché del atentado a Miguel Uribe me puse a llorar. Tengo que serle totalmente sincero. Y recordé esas horribles épocas de Colombia en los 90, finales de los 80, donde el esposo de mi hermana murió en un avión al que le pusieron una bomba. Donde el gran amigo de mi padre, el director de El Espectador había sido asesinado. Donde ex presidentes y candidatos presidenciales habían sido asesinados o habían tenido atentados. Donde la violencia era sin igual y donde finalmente yo había terminado secuestrado junto con Diana y el resto de periodistas. Claro, este atentado me movió el alma. Y en ese momento recordé una carta que mi padre le había escrito a Diana Turbay dos días después de haber muerto. Una carta que lo decía todo con un amor, con un dolor. Dolor de un padre que tenía a su hijo secuestrado. E inmediatamente dije dije tengo que hacer lo mismo por Miguel. Es lo que mi padre había hecho. - Este brutal atentado contra Uribe, contra la democracia colombiana tiene los ingredientes de los mismos atentados que sufrió el país durante los 80 y 90. Recuerda al ataque contra Galán, por ejemplo, o tantos otros. ¿Se volvió al pasado en Colombia? - Sin dudas Gustavo Petro está llevando a Colombia al pasado. Hoy el crecimiento de las organizaciones criminales, de las mal llamadas guerrillas, que son organizaciones terroristas narcoterroristas, pues están volviendo a recuperar terrenos que habían perdido, están volviendo a asolar comunidades y azotar comunidades que hacía rato no veían esta violencia. En su “paz total”, lo único que ha hecho es crecer la delincuencia y crecer la inseguridad en Colombia. Y obviamente esto es un efecto. Sí, estamos regresando a la época de los 80 y los 90, pero eso también tiene nombre propio: Gustavo Petro. Miguel Uribe, precandidato a presidente de Colombia (Colprensa) - ¿Considera que el arco político colombiano y el actual gobierno en particular están preparados para hacer frente a un recrudecer de la violencia política y social en Colombia? - Después de escuchar las declaraciones de Petro, incoherentes, llenas de ego, una locura, la verdad, con cero empatía, cuando habló después del atentado de Miguel Uribe, tengo que, tristemente, decir que el gobierno no está preparado y no va a hacer nada para parar esto. No le interesa. El gobierno vive del caos. El gobierno quiere el caos. El gobierno le gusta dividir. Solo vive de la división. Y hasta que no cambie el gobierno no vamos a enfrentar esta ola de violencia. De violencia política, sobre todo, que tristemente nos hace recordar los años 80 y los años 90. Petro es un regreso al pasado. Y Miguel Uribe es una víctima de ese retroceso. 34 años de diferencia, dos cartas Santos escribió este domingo una misiva dirigida a Miguel Uribe, quien se encuentra -al momento de este artículo- en estado crítico tras recibir un disparo en su cabeza durante un acto político. Carta a Miguel 8 de junio de 2025 “Nunca soñé ni en mis peores pesadillas que iba a tener que escribir estas palabras. Hace 24 años, 4 meses y 12 días, mi padre, Hernando Santos, escribió en El Tiempo el único editorial firmado en su vida, Carta a Diana. Un homenaje póstumo a tu madre, Diana Turbay, quien había sido asesinada por Pablo Escobar tras cinco meses de secuestro. Yo solo la leí cuando salí de mi propio cautiverio, y cada vez que la recuerdo mis ojos se llenan de lágrimas, como en estos momentos sucede al escribirte estas palabras, que con todo el corazón espero puedas leer al lado de tu esposa, tu hijo y el resto de tu familia -algo que tu madre no pudo hacer. A tu mamá la asesinaron por ser periodista. Pablo Escobar la engañó haciéndole creer que la cita era para una entrevista con el líder del ELN, el cura Pérez. Conocí a tu madre en las reuniones que entonces se hacían en Paipa para hablar de paz, un tema que para Diana era esencial. Tu madre, una mujer que habría podido ser política como tu abuelo, Julio César Turbay, optó por la más bella de las profesiones, el periodismo, lo que al final le costaría la vida. Increíble como nuestros caminos se han cruzado a través de esa historia de violencia que marcó toda nuestra vida. Eras apenas un niño de cinco años cuando tuviste que enterrar a tu madre y hoy luchas en una clínica por tu vida tras un infame atentado que es un reflejo de esa intolerancia en la que hoy vivimos. Recuerdo a tu abuelo con un inmenso cariño. Un hombre de una honestidad y una decencia sin par. Recuerdo lo que mi viejo me contó y que es un ejemplo de la bondad del expresidente quien llamó a mi padre para felicitarlo porque yo había sido liberado en la operación de rescate y le contó que su hija estaba herida. Unas pocas horas después, con la confirmación de la muerte de tu madre, llamó nuevamente y le pidió disculpas a mi papá pues la persona liberada no era yo, era el camarógrafo de su noticiero, Richard Becerra, quien estaba secuestrado con ella. Con su hija muerta lo llamó con dolor por haberle dado esa sensación de esperanza y alivio por mi liberación. Esa era la grandeza de corazón que tenía tu abuelo Julio Cesar. Cuatro meses después, el domingo 20 de mayo, veía yo la televisión que a veces me dejaban ver y en el noticiero Criptón Los Extraditables anunciaban la liberación de los dos últimos secuestrados, Maruja Pachón y yo. Tu madre, estoy seguro, iluminaba ese camino hacia la libertad que en su noticiero anunciaban. Fue lo primero que entonces pensé al ver la noticia. Unas décadas después decidiste seguir el camino de tu abuelo y arrancaste en la política. Tu don de gentes, tu seriedad, tu capacidad de organizar y tu disciplina de trabajo poco a poco conquistaron el corazón de esos millones de colombianos que hoy te tienen en sus oraciones. No me cabe la menor duda que cuando te recuperes tu carrera politica no tendrá límites y esa honra que has hecho a tu nombre y al de tus ancestros podrá iluminar a este país que hoy navega en esa oscuridad del populismo que nos gobierna. Ten la certeza que cuando regreses a la arena política Colombia estará a tu lado, lista para enfrentar todos los obstáculos que se te presenten. El intento de asesinato del que fuiste víctima nos regresa a ese tenebroso pasado en el que tu madre perdió la vida y muchos candidatos presidenciales fueron asesinados. Gracias a personas como tu abuelo y tu madre, que estoy seguro desde el cielo están cuidando tu recuperación, este país logró salir de ese terrible hueco negro de violencia al que hoy algunos quieren volver. Solo sueño con que puedas volver a estar al lado de tu esposa María Claudia, de tu hijo Alejandro, de tu hermana María Carolina y de tu padre Miguel. Y si, ojalá puedas recorrer el país para devolverle la esperanza que hoy parece perdida. Lo mereces. Con gran cariño y afecto", Francisco Santos Carta a Diana 27 de enero de 1991 “Este mensaje espiritual, es la mejor manera de comunicarme contigo y a través de tu espíritu con tus padres. Lo hago así porque, con tu familia, mereces algo más que un simple comentario editorial, analítico, frío. Te mataron por periodista. El arma asesina la activaron quienes te secuestraron. Lo demás sobra. A través de estos largos meses de intimidad con tu padre, el presidente, y tu magnífica madre, Nydia, el odio ha dejado de existir para mí. Gracias a Dios ese despreciable sentimiento desapareció. La tristeza tiende a desalojar toda esa concepción pasional de la vida. Y el calvario porque así se debe llamar de quienes han sufrido el secuestro, bien personalmente, o por razones familiares, termina para tí y los tuyos. Para nosotros, las familias de Francisco, de Maruja, de Beatriz y de Marina, sigue desgarrante, horrendo. Como esos caminos cuyas salidas se van cerrando. La esperanza de un milagro nos permite sobrevivir. Para ti, que ya formas parte de las sombras tutelares que cuidan. Al separarte de este mundo olvida de sus tristezas y déjale camino a esa ola de afecto humano que nos ha acompañado en estos cinco meses infortunadamente imposibles de borrar. El triángulo que una vez te endilgaron con sarcasmo y virulencia política, lo has trocado por otro, cuyos componentes son el martirologio, la valentía y el coraje. Que te haga sonreír, en la seguridad de que la alegría es lo más grato del más allá. Debes pensar en esa tarea noble, generosa, llena de espinas que emprendieron infructuosamente Alfonso López, Misael Pastrana, el Cardenal Revollo, Diego Montaña. Cuánta generosidad hay en sus acciones y cuán inútilmente se trató de defender tu vida. Ellos libraron por tí, por Francisco, por Maruja Pachón, por Beatriz de Villamizar, por Marina Montoya y demás secuestrados, una lucha tan abnegada como admirable. Pide por la liberación de los que aún están vivos. Seguramente tú tienes más influencias que nosotros. Para terminar, te cuento que en ese momento de dolor, cuando abrazaba a tu padre y le decía: Pobre tú, pobre yo, pobres nuestros hijos, él me contestó con su voz pausada: No. Pobre Colombia . La paz la habremos de alcanzar. Es una promesa de quienes has dejado en esta Colombia adolorida". Hernando Santos
Ver noticia original