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» Diario Cordoba
Fecha: 09/06/2025 04:18
Mis amigas Eulalia, Esperanza, Elena y yo, nos reunimos un par de veces al año, una de ellas cercana a la Navidad y otra, antes de que se produzca la diáspora veraniega, aunque los compromisos que todas tenemos dificultan cada vez más fijar las fechas. Solemos reunirnos en casa de Eulalia, que vive en Cerro Muriano con sus tres perros: Mario, el bobtail de cuarenta kilos; Duna, la beagle que pesa doce; y Petra, la chihuahua de kilo y medio. Como aquello es campo, Esperanza y yo estamos autorizadas a llevarnos a los nuestros, un labrador de treinta kilos llamado Pepe y mi Kira, una teckel que pesa alrededor de siete. El detalle del peso de los perros es importante para que ustedes comprendan la que se lía en el jardín de Eulalia cuando los cinco perros se ponen a jugar y a darse revolcones. Se llevan bastante bien. La única que no aporta presencia canina es Elena, cuya relación con los perros es bastante tensa y no quiere ni que se le acerquen. La reunión de invierno se desarrolla alrededor de la chimenea y la de verano, alrededor de la piscina hasta que llega la hora de comer; después, refugiadas en el salón, respetando escrupulosamente la sacrosanta hora de la siesta, la emprendemos con algún maratón de cine, sin que hagamos mucha discriminación en cuanto al género. Por ejemplo, la navidad pasada vimos Los siete magníficos -la de Yul Brynner, no la de Denzel Washington- y Río Rojo. En cambio, el otro día abandonamos el oeste para sumergirnos en la Inglaterra romántica de Sentido y sensibilidad y Orgullo y prejuicio. Como nos las sabemos de memoria, a la vez vamos charlando de lo divino y de lo humano, evitando el tema político, que siempre es punto de choque, y mira por dónde, acabamos en Eurovisión -al fin y al cabo, político también- en el rebote de Melody y en el apabullante triunfo, aunque quedó tercero, del estonio Tommy Cash con la canción Espresso Macchiato. El clásico café expreso concentrado, con una mancha de espuma de leche encima, se ha convertido en el protagonista de un estribillo viral que todo el mundo tararea (Mi amore, mi amore, espresso macchiato, macchiato, macchiato por favore, por favore). Parece ser que los italianos están un poco molestos por la utilización de algunos estereotipos que les son propios. La canción también habla de tabaco, de estrés, de viajar, de mafia, de oro, de dinero y de pasta, espaguetis concretamente. No me cabe la menor duda de que gran parte del éxito reside en el original y divertido movimiento de piernas del cantante, que veremos imitado en discotecas y verbenas. Ésta sí que es una canción de verano. *Académica
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