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  • Milei te adoctrina, te espía, te amordaza

    » El litoral Corrientes

    Fecha: 08/06/2025 11:16

    “La intolerancia, la estupidez y el fanatismo pueden combatirse por separado, pero cuando se juntan no hay esperanza” Albert Camus Cambia, todo cambia, también los métodos de los gobiernos autoritarios. Ya no son los más tradicionales de las dictaduras cerradas ancladas en los setenta, aunque, cuando la situación lo amerita, apliquen sus instrumentos. Hoy, todo forma parte de una matriz, que siguen a pie juntilla los aspirantes a autócratas. Este manual se fue escribiendo a partir de las dictaduras de izquierda de nuestro continente, como la Cuba de Díaz Canel, la Nicaragua del matrimonio Ortega, la Venezuela de Maduro. Pero fue Viktor Orbán, el primer ministro de Hungría, un populista de ultraderecha, el que diseñó y ejecutó un plan moderno de dictadura, que es copiado por el propio presidente norteamericano. El ex estratega de la Casa Blanca, Steve Bannon, lo llamó “el Trump antes de Trump”. La receta ultraderechista tiene como escenario esencial el mascarón democrático, la llegada al poder a través de los votos para, a partir de allí, convertir a cada país a imagen y semejanza de un autócrata. Javier Milei no es un innovador, nada inventó, es un aplicado copista del húngaro Orbán. Tanto así que, días pasados, se realizó en dicho país del este de Europa, una reunión de la organización de ultraderecha CPAC (Conferencia de Acción Política Conservadora), dónde hubo dos representantes del mandatario argentino: Agustín Laje, que encabeza la usina de financiamiento oficialista Fundación Faro, y Nahuel Sotelo, Secretario de Culto y Civilización de la Nación. Aunque el camino del primer ministro húngaro se encuentra más avanzado (está a punto de tratarse un proyecto de para penalizar por ley los disensos) el presidente argentino trabaja a destajo para no quedar rezagado en la construcción del estado gendarme. “El primer ministro húngaro, Viktor Orbán, es el modelo para seguir. Milei mandó a sus mejores discípulos a aprender los métodos autoritarios del mismo.” Vamos en rápido camino a la implantación del estado que pretende la teoría paleolibertaria del presidente. Un estado con mínimas regulaciones, que defienda la libertad económica, y un importante dispositivo de seguridad para garantizar el respeto de la propiedad privada y el fluir de los negocios. Obviamente, en ese marco, la educación no es prioritaria, el periodismo profesional es el enemigo para derrotar y el control de las fuerzas sociales es esencial. A la par que intenta despojar a la educación universitaria de su autonomía de pensamiento, el adoctrinamiento de los más jóvenes es prioritario. ¿Uds. creían que el Paka Paka kirchnerista había desaparecido? Pues lamento decirles que no. El canal estatal reaparecerá en Julio, obviamente con estética y mensaje distintos. Se trata ahora de los dibujitos libertarios “Tuttle Twins” adquiridos a la Fundación Libertas de Ohio, cuya misión es la difusión internacional de ideas de liberalismo económico extremo, antiestado y ultraconservador en lo social. Los personajes: dos niños que viajan con su abuela a conocer a los economistas liberales como Adam Smith, Ludwing Von Mises y Milton Fridman. Es eso lo que consumirán los pibes argentinos, con el inocultable propósito de adoctrinamiento en la ideología del gobierno. A la par del objetivo de sembrar semillas ideológicas en las mentes infantiles, el gobierno hace todo lo posible para disminuir la calidad y la autonomía de pensamiento en la educación. Cómo no puede dominar a las universidades, les quita presupuesto, envileciendo su progreso y calidad académica. Tal como Trump, ni más ni menos, que está embarcado en la misma lucha contra la educación superior. Harvard, un emblema de la excelencia, está siendo atacada fuertemente por trumpismo. “Reforzar los presupuestos en seguridad y espionaje, restándole recursos a la educación y la salud, constituyen los pilares fundamentales de un estado que sólo se dedique a proteger a la propiedad privada y el fluir de los negocios” Para el mileísmo, mantener domesticada a la universidad a través del bajo presupuesto, es una batalla esencial en la imposición de su proyecto. “No pasarán”, dijo un alfil libertario, sintiéndose el Galtieri cuando la lucha contra los británicos. Lamentablemente, la degradación educativa está ya haciendo impacto en nuestro país. Por una parte, continúa la baja en la evaluación de las pruebas Pisa, para alumnos de quince años. A la par, de acuerdo a la edición 2025 ránking Global del Center for World University Rankings, las universidades argentinas marcan una importante caída en la tabla global. Por ejemplo, la UBA descendió 19 lugares. Ello se debe, fundamentalmente, al bajo desempeño en investigación (Conicet, teléfono). Obviamente, de acuerdo a la lógica libertaria, todo lo que se resta a la educación, se destina a reforzar los aparatos de seguridad e inteligencia del estado. La nueva Side (ex AFI), no deja de recibir importantes refuerzos de partidas presupuestarias, principalmente en cuánto a los fondos reservados, que no se rinden. Por allí no pasa la motosierra libertaria. Se conoció días pasados el (¿secreto?) plan de funcionamiento de los espías argentinos (PIN), que autoriza a realizar espionaje interno, algo prohibido por la ley, a quienes consideren que manipulan (¿?) la opinión pública en contra de los funcionarios de gobierno. Allí entran periodistas, opositores y todo argentino que quiera expresarse. Si Milei llega a obtener una cantidad de legisladores suficientes en las elecciones de octubre, seguramente el próximo paso será oficializar por ley el espionaje interno y la censura al periodismo independiente. Luego, como parte de esa construcción autoritaria, el ataque, amenaza, y descalificaciones permanentes al periodismo profesional es un elemento clave. Generar miedo para hablar y opinar, deviene en un periodismo domesticado y/o autocensurado. Allí, quedarán pocos que opinen según su propio criterio. “Un periodismo sin periodistas, una universidad sin autonomía de pensamiento, una buena salud para los que puedan pagarla, constituyen el desiderátum de la ultraderecha libertaria” El sueño del poder libertario, en definitiva, es contar con un periodismo condescendiente y periodistas militantes. Los otros, una casta a la que hay que borrar. En un discurso dado días pasados en la Universidad de Wake Forest, el reconocido periodista de CBS Scott Pelley, apuntó contra el gobierno de Trump, que espera que “quienes buscan la verdad vivan con miedo”. Agregó: “la ignorancia sirve al poder”. Es cierto, la Argentina no es Turquía, porque no se está encarcelando periodistas todavía. Tampoco es Rusia, porque la gente no cae de los balcones. Por ahora alcanza con sobresaturar el ecosistema de medios con desinformación, militancia, mensajes de autoelogio y amedrentamiento. Más adelante, veremos. La creación de una “neolengua”, adelantada en la ficción por “1984, la novela de George Orwel, forma parte de la táctica del poder libertario, dónde se deforman y ridiculizan los nombres de los que no se arrodillan. A la cantante María Becerra la nombran como BCRA, o a Lali Espósito, Lali Depósito. A los radicales y del Pro, “ñoños republicanos”, a los kirchneristas, “kukas”. En ese juego, yo los calificaría a ellos como “milas”, (apócope de Milei más milanesas) por su carácter de libertarios carnívoros. La verdad, queridos lectores, no me resulta del todo comprensibles las razones por las cuales nuestro pueblo parece no advertir la peligrosa deriva autoritaria del gobierno de Milei. Si no somos capaces de defender la república como ciudadanos, después la lloraremos como vasallos.

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