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  • La escultura como memoria colectiva

    » Elterritorio

    Fecha: 08/06/2025 10:02

    La artista Silvana Kelm, autora de muchas esculturas emplazadas en el espacio público, reflexionó sobre la actualidad de este arte y el potente mensaje que pueden dar las obras sobre los pueblos domingo 08 de junio de 2025 | 6:05hs. Toma forma el ‘Pescador’, obra de cemento y hierro para el Club de Pesca de Puerto Rico. Foto: Mariana Poplawski Una escultura puede narrar una historia o corporizar una expresión del artista, pero integrada al espacio público se vuelve parte de la memoria común y el paisaje de una ciudad. Como la estatua del príncipe feliz que se enamora de la golondrina en el cuento de Oscar Wilde, la obra de arte sigue su trama tanto por los diálogos que entabla con su entorno como por los silencios. De esta manera, cuando se las emplaza en calles y paseos, frente a los edificios o en una plaza, estas piezas (y su cuidado) pueden dar pistas de la identidad de un pueblo, de gestas heroicas desde los monumentos, de versiones más o menos oficiales, del valor que otorga una comunidad a sus artistas, de la participación ciudadana. Desde el proceso creativo a los pedestales, la escultura habla de la gente y de su época: del artista que la moldea, de su mundo de ideas y del lugar donde la produce. Además de la belleza de la forma y el volumen es vital para una sociedad que el arte sea accesible para las personas, que los artistas puedan desarrollar su lenguaje de expresión y que las obras puedan mostrarse ya sea como arte público, colecciones de museos, muestras en galerías y mercados de arte, ampliando así el patrimonio cultural local. Y del trabajo del artista en la actualidad, los desafíos de los escultores en Misiones y la capacidad de las esculturas para transmitir cultura, charló la escultora Silvana Kelm con El Territorio para este informe dominical. La reconocida artista plástica tiene su taller y da clases en Oberá y también enseña en Posadas, en el Centro de Arte del Parque del Conocimiento y de forma privada. “Hoy veo que hay un movimiento interesante de escultores en toda la provincia, la escultura en realidad es un arte que pasa por momentos, es cambiante, por ahí un tiempo está todo un poco más quieto y en otro momento resurge con mucha fuerza”, expresó acerca de la vigencia de este arte en tres dimensiones. Y en su análisis sopesó que la escultura es un trabajo “bastante solitario en un taller” y entonces las personas pueden apreciarla cuando el artista puede mostrar su obra, ya sea en exposiciones en museos y galerías, en encuentros de escultores o cuando la obra se emplaza en espacios públicos o la adquiere un particular . “La escultura en el espacio público, creo yo, juega un papel importante en la configuración de la identidad de los pueblos misioneros. Los municipios hacen sus portales de entrada, destacan los atractivos del lugar o la producción económica, la historia. Desde ahí que las personas ya pueden conocer algo de las ciudades, mientras que los vecinos se sienten identificados”, reflexionó la artista que es autora de un gran número de esculturas en sitios públicos en la región, además de sus colecciones propias. En su observación, hoy la ciudad de Posadas se está llenando de esculturas, y los municipios del interior están en sintonía con esta tendencia, generando oportunidades para los escultores con sus distintas especialidades y materia prima. A la hora de sintetizar las temáticas de las obras, Kelm, señaló que “cada artista tiene su propia identidad, y las obras son fruto de esa identidad y subjetividad”. Y de manera general, “sí podríamos decir que la escultura misionera se vincula a la tierra, la naturaleza, a las costumbres del lugar, pero también a lo que el artista quiera contar, y las obras pueden ser realistas o abstractas”, sostuvo. Desafíos La artista, que en sus estilizadas figuras suele explorar la libertad de movimiento y la ilusión de los cuerpos de abrazar el aire, señaló que la escultura “no es un arte tan popular como pueden serlo la pintura, la música u otras expresiones”. Ella lo constató en la experiencia: “Eso me llamaba la atención en las muestras, cuando exponía esculturas veía que venía menos gente que a ver pinturas. No sé decir el porqué, pero es lo que pude ver”. Al hilvanar alguna explicación lo pudo asociar a que hay menos espacios para la exposición de esculturas y también las personas en sus casas habitualmente tienen menos lugar para una escultura, sin embargo, una pintura se coloca en una pared. Los desafíos logísticos son una constante. Una escultura requiere más espacio que una pintura y su movilidad puede ser compleja debido a su peso y tamaño. El taller del escultor, con sus herramientas y materiales, es una inversión considerable y no permite traslados frecuentes. A pesar de esto, la innovación y el reciclaje están abriendo nuevas posibilidades. Si bien la arcilla, el metal y la madera siguen siendo materiales nobles, su costo es elevado. La tendencia a utilizar materiales reciclados o mezclas más innovadoras ofrece alternativas al artista. “Hay un montón de materiales para probar, para innovar, a veces en un proyecto te pueden dar estos materiales para reciclar, pero el comportamiento de los materiales en el tiempo puede ser otro. Por ejemplo cuando va a estar al aire libre. Entonces aparece esto de la durabilidad de la obra, la obra de arte efímera, son lenguajes, cuestiones y decisiones del artista y que también abren la puerta a la reflexión en el arte”. Cuidar el patrimonio Otros desafíos para la supervivencia de las esculturas tiene que ver con el mantenimiento, por ejemplo, si está en el espacio público, un cuidado que requiere determinación de las autoridades y compromiso de la comunidad. “En Posadas la escultura de la familia de agricultores en la avenida Roque Sáenz Peña está muy deteriorada, en su momento pedimos que se la tape, mientras se veía qué se puede hacer, para que no se siga dañando. Creo que es la única escultura que está en ese estado”. Este grupo escultórico dedicado a los colonos es una obra del sacerdote Danilo Novak y fue un regalo de la Asociación Polaca de Misiones a la ciudad en 1982; originalmente tenía una pareja de agricultores, un niño y unos caballos, también las herramientas. Con el paso del tiempo se fue rompiendo y hasta se retiraron algunas de las partes. “Las esculturas en el espacio público siempre cuentan algo, están ahí para narrarnos una historia o para que la veamos y apreciemos sus formas. Y en el caso de la escultura de los sembradores, el mensaje es muy potente, de trabajo en familia, de una familia que trabaja la tierra y sale adelante en equipo”. Para mirar una escultura Kelm recomendó tomarse el tiempo de mirar una escultura. Si uno anda transitando y descubre al pasar la obra de arte frente a sus ojos, detenerse a contemplar. “Cuando observamos una escultura o una obra, le tenemos que dar tiempo, observarla un tiempo largo. Porque en el tiempo de observación uno va sintiendo más cosas, va comprendiendo más su lenguaje y lo que nos quiere decir”, resaltó. Comunidad Para la artista que se formó desde muy joven en Bellas Artes en Buenos Aires y volvió a la tierra colorada hace unos diez años, una manera de visibilizar el arte de la escultura y motorizarlo son los espacios de encuentro entre artistas. En este sentido, evidenció que a finales de abril, en Oberá, se realizó una Tertulia de Escultores, una muestra en la Casa de la Cultura de la Capital del Monte, donde artistas de distintos puntos de Misiones presentaron sus trabajos y hablaron sobre texturas, materialidad, volumen y espacio, expresividad. La artista Gisela Bollini trabajando en su taller en Colonia Victoria. Foto: Mariana Poplawski Este evento que exploró sobre la práctica y experimentación del artista, su desarrollo profesional y el aprendizaje en el proceso, “fue un encuentro hermoso, porque el trabajo del artista es solitario, y encontrarnos entre pares y hablar de los que nos pasa en el taller, de lo que nos pasa en el proceso de creación de la obra, fue muy enriquecedor. Creo que esos encuentros nos sacan un poco de nosotros mismos para encontrarnos en comunidad”. Talento joven La artista celebró que en Misiones haya mucho talento joven, nuevos escultores que están produciendo y también nuevos encuentros como la Bienal Cainguas de esculturas en Aristóbulo del Valle. “Veo mucho talento, mucho semillero, Oberá tiene la Facultad de Arte, en Posadas está el Instituto Montoya, hay talleres”, resaltó. “Enseñar sobre escultura, compartir lo aprendido también es una manera de transmitir el arte a las nuevas generaciones”. Por último, destacó que todo este movimiento e interés en la escultura, “es un lindo momento para hablar de arte, para encontrarnos entre artistas y con la comunidad, para que cada artista pueda hacer su camino, pero sin perder de vista el estudio y la formación”. En este punto, constató, “no es soplar y hacer botella, requiere mucho estudio, mucho trabajo, mucho decidir en la experiencia, aceptar el proceso y sobre todo la especialización en un material. Porque si trabajamos muchos materiales no nos damos el tiempo de profundizar el conocimiento”. Kelm da el taller de escultura en el Centro de Arte del Parque del Conocimiento, en Posadas, los miércoles de 8.30 a 10.30 y de 16 a 18 para jóvenes y adultos. También, el taller de dibujo para adolescentes de 14 a 15.30. Inscripción abierta. La naturaleza como material y sentido La artista Gisela Bollini trabajando en su taller en Colonia Victoria. La artista Gisela Bollini es de la ciudad de La Plata y llegó a Misiones en 1998 para radicarse con su familia en una zona cercana al Puente Faubel en Colonia Victoria. De la ciudad al monte, el viaje fue por la geografía y también hacia el interior de la artista, contó en una charla con El Territorio. “Venir a Misiones fue una aventura hermosa. Mi pareja, que vinimos los dos juntos desde La Plata, él era muy viajero, y siempre venía a Eldorado y decía ‘un día me voy a venir a vivir acá’. Y se dio. Así vinimos. Mi hija era chica. Y en Misiones nació mi hijo”. En sus primeros tiempos en su nueva casa, fue descubriendo un mundo de formas de raíz a fruto, que fue volcando en su arte. “Empecé a mirar la naturaleza, a mirar el entorno, y claro el arte siempre tiene eso de ser del lugar de alguna manera, entonces aparece la madera, aparece toda la naturaleza como materia prima, hice dos tallas en tamaño natural y las pude exponer en el Salón Nacional de las Artes en Buenos Aires y tuvieron menciones”, relató Y recordó que le llamaba mucho la atención en aquellos días que se hablaba en cuatro idiomas en el norte misionero: “La gente cerca de casa hablaba español, guaraní, portugués y alemán, mis vecinos llamabas a las vacas en alemán, todo un mundo muy poderoso. Una cosa es leerlo o que te lo cuenten, pero vivirlo es increíble”, describió. En su observación, el arte misionero tiene en su identidad la naturaleza y la diversidad. “Yo creo que eso es muy fuerte en Misiones y claro que se refleja en el arte, en la escultura, sobre todo la cuestión de la materia prima, la madera es muy utilizada”. Acerca de su obra, indicó que, “vivo en medio de la naturaleza y lógicamente lo natural es trabajar con los elementos que me rodean. Es como ubicar geográficamente la obra en el material. Pero también me interesan los materiales como sentido y símbolo”. Hace algunos años también expuso en Posadas en el Museo de Arte Contemporáneo de la Unam y en la actualidad trabaja en su taller en un nuevo proyecto. Vital “Yo siento que la escultura es un arte muy vital en Misiones, los espacios de encuentro entre artistas son importantes. Creo que el público también se interesa por la escultura, por el trabajo del escultor. Quizás hay más interés por la escultura tradicional, y hay que seguir trabajando, produciendo y mostrando otras propuestas también de arte más contemporáneo”, expresó. Compartí esta nota:

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