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CABA » Plazademayo
Fecha: 07/06/2025 12:23
El dolor golpea con fuerza en La Matanza, Thiago Correa, el niño de 7 años que había recibido un disparo en la cabeza durante un tiroteo protagonizado por un agente de la Policía Federal, murió este viernes tras permanecer dos días internado en estado crítico. El trágico hecho ocurrió el miércoles por la noche, cuando Thiago y su padre, Víctor Correa, esperaban el colectivo en una parada de la localidad de Villa Madero. A unos 200 metros, el oficial ayudante de la PFA, Facundo Daniel Aguilar Fajardo, de 21 años, fue abordado por cuatro jóvenes que intentaron asaltarlo, uno de ellos con un arma de juguete. Aguilar respondió disparando más de diez veces. Uno de esos proyectiles impactó en la cabeza del niño. Thiago fue trasladado de urgencia al Hospital Alberto Balestrini, donde fue operado, y luego derivado al Hospital del Niño de San Justo, donde permanecía con asistencia mecánica respiratoria y pronóstico reservado. Pese al esfuerzo médico, su cuerpo no resistió. “Estábamos esperando el colectivo, escuché una explosión y pensé que era una moto, pero de repente empezaron los tiros. Quise tirarlo al piso, pero ya le había dado la bala”, relató entre lágrimas Víctor, su padre, en declaraciones a la prensa. En el tiroteo, uno de los asaltantes, Brandon Corpus Antelo, de 18 años, murió. Otros dos, Uriel Montenovo y Uriel Leiva, ambos de 21, resultaron heridos de gravedad, mientras que el cuarto logró huir. El policía permanece detenido por orden del fiscal Diego Rulli, de la UFI de Homicidios de La Matanza, acusado de “exceso en la legítima defensa”. Antes de conocerse el fallecimiento del menor, la ministra de Seguridad de la Nación, Patricia Bullrich, se pronunció públicamente defendiendo el accionar del agente. “La acción de Facundo fue en legítima defensa. Los responsables de esta tragedia son los delincuentes que salieron a matar”, aseguró, y anticipó que solicitaría cambiar la carátula a “tentativa de homicidio”. Sin embargo, tras la confirmación de la muerte de Thiago, el caso podría dar un giro. Imágenes de cámaras de seguridad que comenzaron a circular muestran cómo el policía continuó disparando incluso cuando los asaltantes ya estaban huyendo, lo que podría complicar aún más su situación judicial. Mientras tanto, el barrio entero llora la pérdida de un niño inocente. Thiago se convirtió en víctima de una violencia que excede cualquier uniforme y que hoy deja a una familia destrozada y a una comunidad exigiendo justicia.
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