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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 06/06/2025 08:49
La detección temprana y el tratamiento adecuado de la neuropatía mejoran la calidad de vida y previenen complicaciones graves (Imagen Ilustrativa Infobae) Experimentar sensaciones de hormigueo, ardor o dolor persistente en manos y pies afectan a millones de personas en todo el mundo, muchas veces sin un diagnóstico claro y con un impacto considerable en su calidad de vida. La neuropatía es un término que agrupa diversas formas de disfunción nerviosa en las extremidades, y representa una preocupación creciente entre adultos mayores y pacientes oncológicos. Según informó The Washington Post, hasta el 40% de quienes desarrollan neuropatía tras la quimioterapia experimentan dolor crónico, una condición que la medicina aún no logra abordar de forma definitiva. La detección temprana y el tratamiento adecuado resultan fundamentales para quienes padecen esta afección. ¿Qué es la neuropatía y cómo se manifiesta? La neuropatía implica una alteración en el funcionamiento de los nervios periféricos, encargados de conectar el cerebro y la médula espinal con el resto del cuerpo. Los síntomas frecuentes incluyen hormigueo, ardor, pinchazos o dolor en manos y pies. Eva Feldman, profesora de neurología en la Facultad de Medicina de la Universidad de Michigan, señaló que “los pacientes suelen describirlo como si sintieran hormigas caminando sobre sus pies, o incluso como pinchazos o quemazón”. También pueden presentarse pérdida de sensibilidad, entumecimiento, inestabilidad al caminar y mayor riesgo de caídas. La neuropatía periférica afecta a millones de personas y se manifiesta con síntomas como ardor, debilidad y pérdida de sensibilidad en manos y pies (Freepik) La intensidad y duración de los síntomas varían. Algunas personas presentan molestias leves y esporádicas; otras, un dolor persistente que interfiere en sus actividades cotidianas. Cuando los síntomas afectan solo una extremidad o un lado del cuerpo con mayor intensidad, se recomienda una evaluación neurológica detallada. Factores de riesgo y causas frecuentes El riesgo de desarrollar neuropatía aumenta con la edad, ya que las células nerviosas disminuyen y su funcionalidad se reduce. Anne Louise Oaklander, profesora asociada de neurología en la Facultad de Medicina de Harvard, explicó que los nervios deteriorados por lesiones o enfermedades crónicas muestran menor capacidad de recuperación en personas mayores. Entre las causas más frecuentes se incluyen enfermedades crónicas como la diabetes tipo 2, el hipotiroidismo no tratado, la insuficiencia renal, la obesidad y la deficiencia de vitamina B12, de acuerdo con un reporte de la Mayo Clinic. Por su parte, el profesor asistente de neurología en la Facultad de Medicina de Yale, Kunal Desai, indicó en The Washington Post que al menos el 20% de los mayores de 60 años presentan niveles insuficientes de la vitamina B12, lo que puede derivar en neuropatía. Asimismo, tratamientos médicos como la quimioterapia incrementan el riesgo de daño nervioso. Algunos fármacos usados en oncología afectan directamente la función de los nervios periféricos, generando síntomas que pueden persistir tras finalizar el tratamiento. La diabetes tipo 2, la deficiencia de vitamina B12 y la quimioterapia figuran entre las principales causas de neuropatía, según expertos (Imagen Ilustrativa Infobae) Neuropatía inducida por quimioterapia: prevalencia y hallazgos recientes La neuropatía periférica inducida por quimioterapia representa una de las complicaciones más comunes entre pacientes con cáncer. El Breast Cancer ORG citó un estudio publicado en Regional Anesthesia & Pain Medicine, que analizó datos de 77 investigaciones en 28 países con una muestra total de 10.962 personas. El abordaje reveló que el 40% de los pacientes desarrolla dolor crónico tras la quimioterapia. Además, tratamientos analgésicos tradicionales como los opioides, no siempre resultan eficaces o recomendados para sobrevivientes de cáncer. Los autores de la investigación destacaron la necesidad de comprender mejor los factores predictivos de la neuropatía crónica para promover estrategias de diagnóstico temprano y manejo individualizado. Diagnóstico: pruebas y exámenes habituales El diagnóstico inicial de la neuropatía comienza con una evaluación clínica completa. El médico examina la piel de manos y pies, revisa reflejos y sensibilidad a vibraciones mediante un diapasón, y utiliza alfileres para evaluar la percepción del dolor. También se revisa la fuerza muscular en las extremidades. Si los hallazgos sugieren neuropatía, se realizan estudios de conducción nerviosa para confirmar el diagnóstico. Posteriormente, pueden solicitarse análisis de sangre que permitan detectar causas subyacentes como diabetes o deficiencias nutricionales. En casos de síntomas unilaterales o de mayor intensidad, se recomienda consulta con un neurólogo para descartar enfermedades graves como la esclerosis lateral amiotrófica. El hormigueo y el dolor en extremidades pueden alertar sobre neuropatía, una afección frecuente en adultos mayores y pacientes oncológicos (Freepik) Opciones de tratamiento y manejo de la neuropatía Los tratamientos dependen de la causa identificada. De acuerdo con los expertos, en casos vinculados a diabetes tipo 2, el ejercicio regular y la pérdida de peso mejoran los síntomas. Cuando la causa es autoinmune, endocrina o nutricional, el tratamiento específico de la afección subyacente suele ser suficiente. Por otra parte, en casos de neuropatía inducida por quimioterapia, los médicos pueden modificar el tratamiento oncológico o hacer pausas. Mientras que para los pacientes con afectación en los pies, se recomienda el control regular con podólogos y la autoinspección diaria, a fin de prevenir úlceras, infecciones o lesiones graves. Las personas que sufren de la afección en los pies, deberían acudir a controles regulares con podólogos y realizar chequeos diarios (Freepik) Recomendaciones para pacientes y prevención Sobre la prevención y el tratamiento oportuno de la neuropatía, estos exigen vigilancia activa y atención médica ante cualquier señal de alerta. Casos de herpes zóster pueden desencadenar neuralgia posherpética, una complicación dolorosa con síntomas similares a los de la neuropatía. De este modo, el diagnóstico temprano y la identificación precisa de la causa de la neuropatía son claves para iniciar tratamientos que pueden mejorar de manera significativa la calidad de vida. Ante síntomas como hormigueo, dolor, entumecimiento o debilidad en extremidades, los expertos recomiendan consultar sin demora al médico para acceder a un diagnóstico certero.
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