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  • La investigación que redefine la rivalidad entre Estados Unidos y China

    Buenos Aires » Infobae

    Fecha: 06/06/2025 06:36

    En la última década, las relaciones entre Estados Unidos y China han alcanzado un punto de ruptura sin precedentes desde la visita de Richard Nixon a Beijing en 1972. El académico David Shambaugh de la Universidad George Washington describe este momento como un hito irreversible en su obra Breaking the Engagement: How China Won and Lost America (Rompiendo el compromiso: cómo China ganó y perdió a Estados Unidos). Según Shambaugh, la estrategia de acercamiento estadounidense ha llegado a su fin, y la opinión pública refleja este cambio de postura. Una reciente encuesta del Pew Research Center indica que ocho de cada diez estadounidenses tienen una visión desfavorable de China, con un 42% considerando a la nación asiática como un enemigo. Las medidas anunciadas por el secretario de Estado, Marco Rubio, tales como la revocación de visas para muchos estudiantes chinos, refuerzan la percepción de un Estados Unidos cada vez más reacio a involucrarse con un socio que ahora percibe como una amenaza. Donald Trump y Xi Xinping, caminos separados. (REUTERS/Kevin Lamarque) En su análisis, Shambaugh detalla la evolución de las relaciones sino-estadounidenses a lo largo de 75 años, desde que el Partido Comunista Chino asumiera el poder en 1949 hasta la segunda elección de Donald Trump en 2024. Durante este periodo, las tensiones fluctuaron entre etapas de “amistad” y “enemistad”, con un deseo estadounidense de compromiso que se mantuvo casi constante, a pesar de las críticas internas relativas a las violaciones de derechos humanos en China y a las transferencias tecnológicas a un competidor en ascenso. El papel determinante del liderazgo de Xi Jinping desde 2012, quien ha adoptado un enfoque nacionalista mucho más rígido, ha intensificado el deterioro de las relaciones. En Estados Unidos, los cambios inaugurados por Donald Trump y continuados por su sucesor han fortalecido una postura más combativa, influenciada significativamente por Marco Rubio, descrito por Shambaugh como uno de los congresistas más conocedores sobre China, dispuesto a enfrentar con fuerza al régimen de Xi. Con el panorama mundial en transformación, Shambaugh sugiere que la coexistencia competitiva es la única vía viable, instando a Estados Unidos a explotar estratégicamente las debilidades internas de China, como su rígido sistema político, demografía adversa y crecientes desigualdades. Además, sugiere revaluar la relación económica bajo legislaciones como el ‘Trading With the Enemy Act’, que obliga a las empresas estadounidenses a considerar el impacto de sus operaciones en China desde un prisma de seguridad nacional. “Al exponer los patrones de comportamiento negativo del gobierno chino en plataformas internacionales, Shambaugh confía en que Estados Unidos pueda fortalecer su posición moral y estratégica en el mundo, sin subestimar la complejidad del reto chino.” Este enfoque no busca reabrir un conflicto directo, sino recalibrar el equilibrio de poder mediante una postura bien fundamentada y adaptativa ante un nuevo orden global. Breaking the Engagement: How China Won and Lost America, de David Shambaugh es una obra que ofrece un análisis profundo sobre el deterioro de las relaciones entre Estados Unidos y China. El libro destaca los eventos y decisiones políticas que han moldeado este complejo vínculo a lo largo de varias décadas. A través de sus páginas, Shambaugh repasa momentos clave desde 1949 hasta la actualidad, tomando como punto de partida la llegada del Partido Comunista al poder en China y extendiéndose hasta el segundo mandato de Donald Trump en 2024. Banderas de China y los Estados Unidos. (REUTERS/Florence Lo/Ilustración/Archivo) La obra no es meramente un relato cronológico, sino una exploración detallada de las fuerzas subyacentes que han llevado a ambos países a un enfrentamiento abierto. Shambaugh atribuye gran parte de la responsabilidad al cambio en el liderazgo chino con el ascenso de Xi Jinping, quien ha adoptado una política nacionalista más agresiva, incrementando la tensión entre las dos potencias. También analiza el impacto de políticas estadounidenses, desde la administración de Nixon hasta la de Trump, subrayando cómo las decisiones de las élites políticas y las dinámicas internas han influido en el estado actual de las relaciones bilaterales. En su evaluación, Shambaugh propone que Estados Unidos debe seguir una estrategia de “coexistencia competitiva”, reconociendo las debilidades internas de China, tales como un desequilibrio de género y una población envejecida, y utilizándolas como recursos estratégicos en la competencia global. Este enfoque, sugiere el autor, debe ir acompañado de una exposición constante de las conductas negativas del gobierno chino en los foros internacionales, reforzando así la posición moral de Estados Unidos. Trabajadores en una fábrica en China. (REUTERS/File Photo) Con un llamado a la acción, Shambaugh habla de la posibilidad de reactivar el controvertido ‘Trading With the Enemy Act’ (Ley de comercio con el enemigo). Comerciar instando a las corporaciones estadounidenses a evaluar el impacto de sus operaciones en China. La obra culmina con una reflexión sobre la importancia de no infravalorar el poder de China, pero sí abordar la relación desde una postura de fuerza y confianza. El libro, basado en la experiencia y la investigación exhaustiva del autor, contextualiza la situación actual y ofrece una guía para el futuro de las relaciones sino-estadounidenses, presentando un argumento consistente gente para la recalibración del enfoque estadounidense frente al surgimiento de China como potencia global.

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