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La Paz » Politica con vos
Fecha: 05/06/2025 22:05
En un nuevo golpe al frente libertario, las elecciones del Consejo Profesional de Ciencias Económicas de la Ciudad de Buenos Aires dejaron en evidencia el escaso respaldo del que gozan los economistas afines a Javier Milei entre sus propios colegas. La contundente victoria de la Lista Naranja Bordó, alineada con la conducción de la Facultad de Ciencias Económicas de la UBA, dejó a los libertarios muy lejos de la disputa real: Fausto Spotorno apenas alcanzó el segundo lugar con el 26,9% de los votos, a 27 puntos del oficialismo. La otra lista afín al gobierno nacional, con un perfil aún más radicalizado, se hundió en un magro 11,2%. El resultado no es menor. En un ámbito altamente profesionalizado y especializado, donde los discursos de shock, desregulación sin límites y ajuste permanente deberían, en teoría, encontrar eco, la comunidad académica y profesional optó por la solidez institucional, el conocimiento probado y la experiencia de gestión. La Lista Naranja Bordó, encabezada por Gustavo Diez, arrasó con más del 54% de los sufragios, duplicando a Spotorno y relegando a un rol testimonial a la Lista Violeta de Roberto Destéfano, que no superó el 11%. Lo más llamativo es que ni siquiera el respaldo explícito del ministro de Economía, Luis “Toto” Caputo, logró levantar la performance de Spotorno, quien viene de ser eyectado del entorno libertario tras declarar que el plan económico de Milei era “de transición”. Pese a eso, buscó reposicionarse como un vocero de la “libertad” dentro del Consejo, con una campaña que imitó el tono agresivo y antipolítico del oficialismo nacional. “Viene la libertad al Consejo”, fue su eslogan, repetido junto al economista Claudio Zuchovicki, uno de los favoritos de Milei. Pero el electorado profesional, lejos de entusiasmarse, le dio la espalda. El golpe tiene varias aristas. Primero, revela que incluso dentro de sectores tradicionalmente conservadores y liberales, el experimento de Milei empieza a mostrar signos de agotamiento. Segundo, refuerza la idea de que los slogans no alcanzan cuando del otro lado hay gestión, trayectoria y respaldo institucional. Y tercero, vuelve a evidenciar que el discurso anti-“casta” sufre un cortocircuito cuando proviene de actores que formaron parte de estructuras de poder durante décadas: la Lista Azul, con la que compitió Spotorno, integró la conducción del Consejo entre 1979 y 2019. En paralelo, la elección también marca una reafirmación del peso político y académico de la Universidad de Buenos Aires. En medio de una ofensiva del gobierno nacional contra las universidades públicas, el triunfo de una lista identificada con la Facultad de Ciencias Económicas de la UBA adquiere un carácter simbólico. Es un respaldo a la educación pública, al trabajo técnico serio y al compromiso con una visión más equilibrada de la economía. Mientras tanto, la Lista Verde de Unidad Profesional, liderada por Eric Rosenberg, sumó un 6,7% y quedó en cuarto lugar, confirmando el perfil plural y competitivo del escenario, pero también mostrando el predominio abrumador de la fórmula universitaria frente al marketing libertario. La derrota libertaria en el Consejo Profesional no es un hecho aislado: es un síntoma. Un síntoma de que el discurso de odio, simplificación y agresión constante no termina de penetrar en ámbitos donde se exige racionalidad, conocimiento y responsabilidad. Que ni en casa propia –la comunidad económica– los libertarios puedan imponerse, dice mucho más de lo que Milei y sus operadores querrían admitir. Los profesionales de las ciencias económicas eligieron con claridad. Y lo hicieron rechazando las fórmulas mágicas, los slogans vacíos y la arrogancia de quienes creen que destruirlo todo es sinónimo de progreso. Eligieron experiencia, institucionalidad y, sobre todo, sensatez. La misma que hoy escasea en la Casa Rosada. (LPO)
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