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» Primerochaco
Fecha: 05/06/2025 21:10
El defensor del pueblo de Resistencia, Mauricio Franco, explicó el rol del organismo como garante de derechos, su abordaje de conflictos sociales y su articulación con otras áreas del Estado. La Defensoría del Pueblo de la Ciudad de Resistencia es un organismo de control que actúa como nexo entre los vecinos y la administración municipal, interviniendo ante posibles vulneraciones de derechos y promoviendo soluciones a través del diálogo institucional. En una entrevista con El Desapego, el defensor del pueblo, Mauricio Franco, explicó que si bien el organismo es unipersonal, cuenta con un equipo técnico y operativo que lo respalda. “Nuestra función principal es velar por los derechos de los ciudadanos cuando sienten que han sido vulnerados por acciones u omisiones del Estado municipal”, detalló. Además de atender denuncias formales, la Defensoría cumple un rol preventivo: recibe consultas informales y actúa en consecuencia. “Muchas veces basta con que alguien se acerque a contar una inquietud. A partir de eso, hacemos pedidos de informes, gestionamos reuniones o intervenimos ante áreas específicas del municipio”, explicó Franco. Entre los casos más frecuentes que aborda el organismo están los vinculados a servicios públicos (como alumbrado y recolección de residuos) y a personas en situación de calle. En estos últimos, la Defensoría activa protocolos junto a otras dependencias del Estado. “Por ejemplo, cuando nos notifican que alguien duerme en la vía pública, articulamos con la Subsecretaría de Niñez, Adolescencia y Familia, y con la Dirección de Personas en Situación de Calle”, indicó. Si bien su competencia se limita al ámbito municipal, la Defensoría acompaña a vecinos en reclamos que involucran a otras jurisdicciones. En esos casos, realiza derivaciones y gestiones para garantizar respuestas. “A nadie se lo deja sin orientación”, afirmó. Franco destacó que el enfoque del organismo es integral y basado en derechos humanos. “No podemos ver los derechos como compartimentos aislados. Cuando falla uno, como el acceso al agua o a una vivienda, todo lo demás se ve afectado: la salud, la educación, la vida cotidiana”. Finalmente, subrayó la dimensión pedagógica de su labor: “Queremos que los vecinos conozcan sus derechos y sepan que hay una institución a la que pueden acudir, donde serán escuchados y acompañados”.
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