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» Corrienteshoy
Fecha: 05/06/2025 19:54
El alma habla a través del cuerpo. Lo que sentimos IMPORTA Por María Antonia Galvaliz ¿Sabías que lo que callas tu cuerpo lo dice? ¿Alguna vez sentiste un nudo en el pecho sin saber bien por qué? ¿O una presión en el estómago que no se iba ni con comida ni con descanso? ¿O una tristeza profunda que no se curaba con palabras? Tal vez, más allá de lo físico, era tu alma pidiendo ser escuchada. Las emociones y sentimientos son sumamente importantes, no solo nos ayudan a responder a situaciones, sino que también son fundamentales para a comunicación, la salud mental y la toma de decisiones, son herramientas esenciales para nuestra adaptación al entorno, nos conectan con lo que sucede a nuestro alrededor y nos ayudan a entender nuestras necesidades, deseos y límites. Las emociones no son solo reacciones, son mensajes del espíritu, avisos sutiles de que algo en vos necesita atención, presencia, amor, a veces nos sacuden, otras veces susurran, pero siempre tienen algo que mostrarnos. Las emociones están todo el tiempo con nosotros, siempre traen un mensaje, son como señales que nos cuentan cómo estamos por dentro. Las emociones son el lenguaje del alma. Cada emoción trae una enseñanza. No hay emociones “negativas”, todas son parte del camino. Negarlas es negarnos a nosotros mismos, y cuando eso pasa, el cuerpo lo siente; y habla: con dolores, insomnio, ansiedad, cansancio sin razón; es el espíritu llamándonos desde adentro. - El miedo nos muestra lo que no conocemos, nos da inseguridad o amenaza y nos invita a confiar en uno. - La tristeza nos conecta con lo que valoramos y debemos dejar ir, nos invita a revisar y hacer un balance con cierre. - El enojo señala que se cruzaron nuestros límites y hay que contextualizar nuestras fronteras. - La alegría nos recuerda que estamos alineados con nuestra verdad con deseos de celebrar. ¿El cuerpo se enferma por lo que sentimos? El cuerpo no miente Si guardamos lo que sentimos, eso se acumula, el cuerpo, que no sabe mentir, encuentra una forma de expresarlo. Pensalo así: ¿qué te pasa en el cuerpo cuando estás bajo mucho estrés? ¿Dormís bien? ¿Te duele la panza? ¿Se te tensa la espalda? Esas señales no son casuales. Son una invitación a mirar hacia adentro. Cuando el alma está en desarmonía, el cuerpo lo refleja. ¿Lo notaste alguna vez? ¿Sentiste cómo se cierra el pecho cuando tenés miedo? ¿O cómo tu cuerpo se agota cuando vivís en lucha constante? No es casual, todo está conectado; somos cuerpo, mente, emociones, energía y algo más grande, algo que nos habita: El Alma. Una misma red: Mente, cuerpo y espíritu Nuestros pensamientos también crean realidad. Si te repetís “no valgo”, “siempre me sale mal”, tu energía se apaga; pero si te hablás con compasión y verdad, algo se enciende; el cuerpo se abre, la mente se aclara, el alma sonríe. Y si además cultivás tu conexión espiritual -sea con Dios, el universo, la naturaleza o tu Yo superior-, tu vida se vuelve más armoniosa, más auténtica, sentís que todo tiene un sentido, aunque no lo entiendas del todo. Si además conectás con algo más profundo: la naturaleza, la meditación, la fe o el silencio interior, te vas sintiendo más en eje, más completo, más en paz. Gestionar las emociones no es controlarlas, es honrarlas. ¿Cómo hago para gestionar mis emociones? No se trata de reprimir lo que sentimos, sino de escucharlo. Algunas claves para empezar: - Permitite sentir: El llanto, el enojo, el miedo son puertas, atraviésalas con conciencia, todo eso es parte de ser humano - Poné en palabras lo que te pasa . Escribir, meditar, orar, todo sirve si te conecta con tu verdad. - Buscá espacios sagrados y expresate. Un lugar, una charla, una caminata al sol donde puedas ser sin máscara, una terapia, una actividad creativa. - Habitá y cuida tu cuerpo . Respirá lento, caminá descalzo, movete, abrazá con presencia; tu cuerpo es el templo de tu alma. Para cerrar la nota te regalo algunas preguntas: ¿Escuchás lo que sentís o lo tapás con ruido? ¿Estás habitando tu cuerpo o solo sobreviviendo en él? ¿Te das tiempo para el silencio, para el alma, para vos? Porque al final, sentir es vivir, y vivir con conciencia es despertar. Que tus emociones no sean carga, sino camino. Que tu cuerpo no sea jaula, sino puente. Que tu alma encuentre en vos un hogar verdadero. RECUERDA: Las emociones no se reprimen: se reconocen, se abrazan y se transforman en camino. Te mando un beso inmenso TG. IG Tona Galvaliz. FB/LinkedIn. María Antonia Galvaliz. Counselor-Logoterapia-Biodecodificación- Coaching Ontológico y Sistémico- Speaker- PNL- Coaching WingWave- Escritora Columnista- Desarrollo Humano personal y organizacional.
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