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Parana » AIM Digital
Fecha: 05/06/2025 09:50
Por Fundación Barbechando, especial para AIM. La cadena agrobioindustrial ha sido reiteradamente señalada -y con razón- como uno de los principales motores del país: representa el 23 por ciento de la recaudación impositiva, aporta el 25 por ciento del PBI, genera el 24 por ciento del empleo y contribuye con el 70 por ciento de los dólares provenientes de las exportaciones. Sin embargo, demandas históricas del agro para lograr su despegue, siguen a la espera en la agenda política. Una bancada ruralista empieza a hacer pie en el Congreso Barbechando empezó a trabajar con legisladores, analizando impacto de proyectos, conociendo la situación de la producción, proyecciones y avanzando en una agenda legislativa propositiva y favorable para el agro, orientada a generar reglas claras y previsibilidad a través de leyes. Así empezaron a sumarse legisladores al Espacio Legislativo del Agro (ELIA) y hoy lo conforman más de sesenta diputados y senadores de todos los bloques. La agenda legislativa del agro Dentro de las iniciativas que los propios legisladores impulsan, que muchas veces responde a demandas productivas locales, es fundamental impulsar desde el agro, una agenda de largo plazo que responda a las demandas de la cadena. En esa línea, uno de los ejes impostergables de esta agenda son los derechos de exportación (DEX). Este impuesto, que lleva más de dos décadas vigente, nunca fue debatido ni eliminado desde el ámbito que corresponde: el Congreso de la Nación. En este sentido, los legisladores de Elia vienen impulsando propuestas para eliminar los DEX, ya que la reducción y/o restauración por decreto presidencial de manera coyuntural, no ofrece la previsibilidad que el sector necesita. Solo una ley puede garantizar que ningún gobierno de turno pueda restaurar retenciones de manera discrecional. Pero la eliminación de las retenciones no es suficiente para dar el salto de calidad que el mundo demanda. Para estar a la altura de los países más competitivos, es necesario avanzar en una agenda más amplia: reconocer el valor de la mejora genética, reabrir el debate sobre la propiedad intelectual y apostar a productos de calidad con mayor agregado de valor. Este debate debe darse en el sector productivo para generar una alternativa legislativa superadora. A esto se suma el desafío de ponderar la investigación científica como una herramienta clave para el desarrollo. Por eso es fundamental redefinir el rol del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (Inta), creado por ley y, actualmente, en proceso de reestructuración. Su misión debe orientarse con claridad hacia la innovación y el desarrollo tecnológico del agro, de manera eficiente y con impacto real en el territorio. Por último, para el desarrollo agroindustrial es fundamental el incentivo a la inversión. Como existe el Rigi para grandes inversiones en determinados sectores, es igualmente necesario una propuesta que impulse a las pymes que representan la matriz productiva de la Argentina. En esa línea, legisladores del Elia han impulsado el Rida –Régimen de Inversiones para el Desarrollo Agroindustrial-, con cuatro herramientas impositivas para la producción agropecuaria: amortización acelerada, revaluación de hacienda, saldo técnico y certificado de crédito fiscal. Independientemente de las autorías, partidos, y estrategias políticas, el Elia junto a Barbechando supo generar un espacio de trabajo donde los legisladores pudieron comprender las prioridades de la agenda y la oportunidad que tienen, como representantes de las provincias, en lograr el mayor desarrollo de la Argentina.
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