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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 05/06/2025 04:35
Informe - Renacer “Vivir sola, la separación, la moto y la libertad”, comentó Jackie Delger al recordar las etapas de su transformación radical que comenzó a los 45 años. Después de una vida dedicada a su familia y al deber laboral, tanto ella como Silvina, quien se dedicó durante décadas al mercado tecnológico, encontraron un nuevo sentido de libertad y aventura más allá de los estándares. Estas dos mujeres han pasado de cumplir con los roles tradicionales de madre y trabajadora a establecer una lista de experiencias por vivir, donde las motos se han convertido en el símbolo de su reciente despertar. Ambas son un ejemplo de cómo, pese a responsabilidades asumidas desde jóvenes, se puede redescubrir y disfrutar la vida de una manera auténtica y personal a cualquier edad. Jackie y Silvina encuentran en la moto un símbolo de libertad y autodescubrimiento, tras años de cumplir con deberes familiares y profesionales El renacer de Jackie y Silvina A lo largo de sus vidas, se habían dedicado por completo a cumplir con las expectativas y responsabilidades que tradicionalmente se les asignaban a las mujeres: ser esposas, madres y profesionales. Jackie, desde la temprana edad de 18 años, vivió enfocada en su hogar, sus hijos y su pareja, mientras que Silvina se abocó al mundo del mercado tecnológico, llegando incluso a tener su propia consultora. Sin embargo, un cambio profundo se gestó en sus vidas cuando decidieron replantearse el rumbo que querían seguir en la segunda etapa de la vida. Para Jackie, el punto de inflexión se produjo tras su separación, al decidir vivir sola por primera vez a los 45 años. “Vivir sola, la separación, la moto y la libertad,” repite como un mantra que simboliza su nueva realidad. Por su parte, Silvina experimentó un “renacer” después de los 50, un matrimonio de 24 años y dos hijos. Para ella, todo comenzó con una simple pregunta que la impulsó a cambiar: “¿Cuánto más tengo que esperar? ¿30 años más para hacer lo que realmente quiero hacer?”. Este deseo de transformación personal no solo significó un ajuste de prioridades, sino también una reconexión con sus pasiones e intereses dejados de lado por tanto tiempo. Silvina afirmó que renacer puede darse “varias veces en la vida”, a menudo coincidiendo con eventos que sacuden las estructuras y obligan a replantearse todo. “Al principio no fue fácil. Me daba mucho, pero mucho miedo”, confesó Jackie La lista de experiencias Para Silvina, este listado fue más que una simple enumeración de deseos: representaba una hoja de ruta hacia el descubrimiento y el placer personal. “La moto formaba parte de esa lista”, explicó la licenciada en marketing y recordó que esta máquina de dos ruedas simbolizó mucho más que abrirse paso en el tráfico. Para Jackie representó su pasaporte hacia la autonomía y el coraje, aunque reconoció: “Me daba mucho, mucho miedo”. Pero el deseo de reinventarse fue más grande y tomó clases para poder cumplir con este sueño. “La moto formaba parte de mi lista de pendientes”, explicó Silvina “A mis 20 años me subí a una moto. Mi primer moto fue una muy chiquita y después dejé esa etapa, compré un auto. Hacía 30 años que no andaba en dos ruedas y cuando hice la lista de experiencias, lo primero que puse fue la moto”, recordó Silvina. La vuelta estuvo marcada por el placer de “dejar el celular de lado”, sentir el viento en su cara y las posibilidades de nuevas aventuras. Es que en cada kilómetro recorrido, no solo sumaban experiencias sino también recuerdos imborrables que las impulsaron hacia adelante. Reinas del camino Jackie y Silvina se conocieron en enero, pero ya forjaron una fuerte amistad y juntas fundaron el grupo Reinas del Camino. El grupo no solo surge como una oportunidad para aventurarse por nuevas destinos, sino que también es una manera de consolidar una red de apoyo y amistad única con otras mujeres que comparten su pasión por las motos. Este club de motoqueras nació de la convicción de que son “reinas de la vida” y el camino no es solo la ruta que se recorre, sino también una metáfora del viaje personal que cada una emprende. El club Reinas del Camino reúne a mujeres argentinas que buscan apoyo, amistad y nuevas aventuras sobre dos ruedas Para ambas, la comunidad es mucho más que un simple grupo de mujeres. “Algunas les gusta hacer más offroad, a otras les gusta más la ruta, pero nos une el andar juntas” comentó Jackie. En este punto, la seguridad y el compañerismo son fundamentales. Se advierten de obstáculos, se esperan en cada parada y forman juntas una barrera de protección y contención. Con cada travesía, Reinas del Camino se consolida como un círculo donde la diversión y la emoción se combinan en una experiencia que deja huellas profundas en sus corazones.
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