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» Primerochaco
Fecha: 04/06/2025 22:56
Por Pablo Aiquel – Especialista en Seguridad Vial En la vastedad rural argentina, especialmente en provincias como el Chaco, los caminos de tierra son una realidad cotidiana. Sin embargo, la circulación en estos trazados presenta riesgos particulares que muchas veces son ignorados, ya sea por costumbre, urgencia o desconocimiento. Existen dos condiciones especialmente críticas: la lluvia y el polvo. Circular en días de lluvia: una infracción peligrosa Nuestra legislación prohíbe expresamente circular por caminos de tierra en días de lluvia, especialmente al tránsito pesado, ya que destruye el trabajo constante de los consorcios camineros que mantienen esas trazas. Pese a esto, muchos se aventuran igual, y terminan varados, enterrados, o incluso provocando accidentes. El enemigo invisible: el polvo En condiciones secas, el problema es otro: el polvo que levantan los vehículos. Esta nube reduce drásticamente la visibilidad. En nuestras visitas a escuelas rurales, vemos a menudo motos adelantando sin ver nada, muchas veces sin luces, lo cual es extremadamente peligroso. La luz baja encendida, incluso de día, no es opcional: es una necesidad vital para ser vistos. Velocidad y adherencia: dos claves olvidadas El primer consejo para caminos de tierra es reducir la velocidad a 60 km/h o menos, dependiendo de las condiciones. La adherencia de los neumáticos no es la misma que en el asfalto, y más aún si el suelo varía entre tramos: arenoso, arcilloso, con baches o pozos. Además, en zonas con muchas viviendas o escuelas rurales, la ley exige reducir a 20 km/h. ¿Qué marcha usar? ¿Segunda? ¿Cuarta? Muchos creen que hay que ir en segunda. En realidad, lo mejor es usar una marcha larga (como cuarta), pero a bajas revoluciones, evitando aceleraciones o maniobras bruscas. La clave está en mantener el vehículo controlado, no en ir lento sin criterio. La trampa de las camionetas 4×4 Tener una 4×4 no garantiza nada si no se conoce el terreno. Los bancos de arena, resumideros o pozos ocultos bajo una superficie aparentemente lisa pueden provocar desde atascos hasta roturas del tren delantero. Las camionetas de alta gama incluso fallan en maniobras de esquive a más de 60 km/h sobre asfalto; imaginate en tierra suelta. Distancia y campo visual La ley no fija un límite de velocidad en caminos de tierra, pero sí exige circular a velocidad precautoria, adaptada al campo visual y al estado del camino. Cuando hay polvo, la distancia entre vehículos debe ser de al menos 6 segundos. Una técnica simple: tomar un poste como referencia y contar “mil uno, mil dos…” hasta “mil seis” desde que pasa el vehículo de adelante. El freno motor: tu mejor aliado En tierra o ripio, frenar bruscamente es un error. En cambio, usar el freno motor, es decir, reducir marchas progresivamente, ayuda a desacelerar sin perder adherencia. Evitá tener el pie apoyado en el embrague, ya que desacopla el motor y resta control. Conclusión: Conducir por caminos de tierra exige un manejo más técnico, consciente y prudente. Luces encendidas, velocidad adecuada, distancia entre vehículos y maniobras suaves son elementos esenciales. No se trata solo de evitar multas, sino de prevenir accidentes que, como ya hemos visto, muchas veces terminan en tragedia.
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