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  • Industriales pyme cuestionaron las políticas del Gobierno pero otros sectores son optimistas

    » Comercio y Justicia

    Fecha: 04/06/2025 20:56

    El titular de Industriales Pymes Argentinos (IPA) consideró que la gestión de Milei carece de política industrial. En esa línea, cargó contra la flexibilización del ingreso de productos del exterior. Recordó que el año pasado cerraron casi 9 mil empresas y se perdieron más de 220 mil empleos. Por el contrario, una encuesta de Taquión y REF mostró que 87% de los empresarios considera que crecerá este año El presidente de Industriales Pymes Argentinos (IPA), Daniel Rosato, aseguró que el Gobierno nacional no tiene política industrial y afirmó que el sector no está preparado para enfrentar la apertura económica que se plantea. A raíz de esta situación remarcó que durante 2024 cerraron 9.900 empresas pymes y se perdieron más de 220.000 puestos de trabajo. Por el contrario, una encuesta de Taquión y REF entre diferentes empresarios determinó que 87% de los contactados estima que su actividad crecerá este año. Con relación a la entidad pyme, Rosato dijo: “Tenemos una apertura del comercio internacional de importaciones y la industria nacional no está preparada” para enfrentar esa competencia. Según el dirigente empresarial, la industria argentina no está preparada para competir en un mercado libre por los altos costos energéticos, impositivos y laborales, que, sumados a la inflación en dólares, hacen que los productos nacionales sean menos competitivos frente a los importados. Respecto de los salarios, Rosato explicó que si bien los sueldos no son altos en términos nominales, al convertirlos a dólares se vuelven un costo significativo para las empresas. “Los salarios en dólares están sobrevaluados”. Esta situación desalentadora está llevando a muchas pymes a considerar la importación como una alternativa a la producción local, un hecho que preocupa a Rosato. “Tenemos muchas empresas pymes que están pensando en importar”, alertó el titular de IPA. Asimismo añadió que a la crisis de competitividad se suma la falta de mano de obra calificada. Si bien existe personal capacitado desocupado, la incertidumbre del sector y la reticencia a contratar nuevo personal dificultan la reinserción laboral. Optimismo empresarial para 2025 Mientras tanto, el sector empresarial presenta un marcado optimismo de cara al año que comienza y altos niveles de confianza en el rumbo del Gobierno, aunque no está exento de preocupaciones relacionadas con desafíos estructurales pendientes. Aún así, la confianza en que los problemas sean resueltos es elevada. Por otra parte, la mayoría prevé expandirse a nuevos mercados dentro de la región. De acuerdo con un estudio realizado por las consultoras Taquión y REF, 87% de los empresarios encuestados anticipa un crecimiento económico para 2025. En detalle, 58% estima avances en el rango de tres por ciento a cinco por ciento, mientras que 22% espera incrementos de entre cinco por ciento y el 10%. Cabe destacar que los empresarios mayores de 60 años se muestran como los más optimistas. Concretamente, sobre la política económica del Gobierno, 88% las evalúa favorablemente para el desarrollo empresario del país. Entre los factores que contribuyen al desarrollo positivo, 73% destaca la estabilidad macroeconómica, 58% las políticas gubernamentales pro mercado; 50% el acceso al crédito y financiamiento; 39%, acceso a mercados internacionales; 38% la cultura empresarial; 38%, la educación y formación de capital humano; 33% la estabilidad política y 29% el desarrollo y la innovación. El informe precisó que la estabilidad macroeconómica es más valorada por quienes consideran favorables las políticas del Gobierno para el desarrollo empresarial, mientras que la cultura empresarial es señalada por quienes las consideran desfavorables. Además, según la encuesta, siete de cada 10 piensan que la actividad económica de su sector crecerá el próximo año, sobre todo entre quienes trabajan en tecnología de la información, retail y consumo y construcción. Sin embargo, los empresarios identifican varios desafíos que limitan el desarrollo: 83% señala las cargas impositivas como el principal obstáculo, seguido por las regulaciones laborales (69%), corrupción y falta de transparencia (55%) y la inseguridad jurídica (53%). El grupo de entre 46 y 60 años es el más preocupado por la presión fiscal, aunque también reconoce los esfuerzos del Gobierno para controlar la inflación. En este marco, Sergio Doval, CEO del Grupo Taquión, aseguró que los empresarios destacan la baja de la inflación y confían en que el Gobierno resolverá el resto de los problemas, que de todos modos ya estaban previamente. “Veo mayor optimismo por la previsibilidad, porque venimos de un año muy malo, entonces el rebote es bastante lógico; por la posibilidad de toma de crédito y más capacidad de crecimiento. Sin dudas, le están dando todavía tiempo al Ejecutivo para ir haciendo correcciones, ya que son problemas heredados y parecería ser un elemento que está aceptado”, dijo. Por su parte, Patricio Fedio, Networker y Socio Internacional de REF, sostuvo que tras la recesión del primer semestre de 2024, los empresarios creen que lo peor ya pasó y el comentario general es que esperan una reactivación. Aquellos que tienen perspectivas negativas de cara a este año son quienes están “expuestos a la competencia y a la competitividad internacional y no están en condiciones de poder competir por la alta carga impositiva que tiene Argentina, o por la no modernización de su industria al abrir el comercio exterior. Ellos ven, obviamente, amenaza competitiva. Es el caso de la industria textil, por ejemplo”, precisó. En cuanto a los desafíos de la industria, 55% prioriza mejorar la rentabilidad, mientras que 49% busca incrementar su participación en el mercado y 46% aumentar la eficiencia. La innovación tecnológica ocupa un lugar destacado, con 42% enfocado en adaptarse a nuevas herramientas como inteligencia artificial, big data y automatización. Doval también contó que “en Argentina se modificó muy rápidamente en un año la forma en que los empresarios encaran el negocio. Antes, lo principal era la búsqueda de rentabilidad y ahora se está cambiando el foco a controlar gastos, ser más eficientes y obtener la rentabilidad a través de un mejor desarrollo de la operación. En Inglaterra, por ejemplo, un negocio que deja 6% de rentabilidad anual es algo extraordinario, y en Argentina nadie ponía un negocio por menos del 20% anual”. Otra cuestión que destacó es el cambio de paradigma en la relación sindicatos-empresas. Se construyó, dijo, un vínculo más colaborativo que combativo. “Empezó a darse un trabajo orgánico donde los sindicatos son parte de la solución y participan en buscar mejoras. Antes había tensiones porque el sindicato exigía y el empresario no quería. La solución de crisis creo que cambió esa dinámica de poder y hay muchos sindicatos que se están acomodando a trabajar con las empresas”, afirmó. En otro orden, siete de cada 10 empresarios tienen intenciones de expandir su negocio a un nuevo mercado, principalmente a Perú, Paraguay, Chile, México, Uruguay y Brasil.

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