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Parana » Informe Digital
Fecha: 04/06/2025 11:46
La diputada del Congreso de España, periodista e historiadora Cayetana Álvarez de Toledo, declaró que el anuncio de Cristina Kirchner de presentarse como candidata en las próximas elecciones bonaerenses es “un déjà vu tétrico, porque representa una etapa muy oscura y todo lo que Argentina no tiene que ser“. En una entrevista previa a su participación en el panel “Nuevas oportunidades para el desarrollo de nuestras comunidades” de la Convención de la Cámara Argentina de la Construcción (CAMARCO), la dirigente, nacionalizada argentina, se refirió a la situación política de ambos países, alabó las reformas económicas de Javier Milei y criticó severamente al presidente socialista Pedro Sánchez. “He visto que Cristina se va a volver a presentar como legisladora. Es un flashback, un déjà vu tétrico. Es una vuelta atrás espantosa”, declaró, en respuesta a una consulta de Infobae. Añadió: “Cristina Kirchner simboliza una etapa muy oscura de la Argentina, marcada por la corrupción masiva, la destrucción institucional, la profundización de la grieta, es decir, todo lo que Argentina no debiera ser, un país al borde del colapso. Milei heredó un país quebrado y colapsado, y ahora, tras salir del shock, está emergiendo del colapso”. La diputada también enfatizó la necesidad de cerrar la grieta y fortalecer las instituciones, sin dudar en reivindicarse como “una orgullosa ñoña republicana”. En su introducción, antes de las preguntas de los periodistas que participaron en la ronda, Álvarez de Toledo manifestó: “Javier Milei heredó un país quebrado, un paciente en estado terminal, y la terapia de shock lo ha devuelto a la vida, lo cual constituye un logro digno del más alto reconocimiento. Un ajuste fiscal audaz, necesario y exitoso; un esfuerzo sincero por devolver racionalidad al Estado; la eliminación del cepo y el control de la inflación son elementos que merecen ser ampliamente elogiados”. Destacó uno de los valores de la gestión de La Libertad Avanza como “una cierta revolución en las mentalidades: políticos que tratan a los ciudadanos como adultos, que dicen la verdad; políticos dispuestos a tomar decisiones difíciles y dolorosas, lo cual no es común, dado que el cortoplacismo electoral predomina en la política”. “Políticos dispuestos a desafiar mitos profundamente arraigados, como la idea de que el déficit es la norma; incluso a defender conceptos de libertad, de propiedad privada; la inversión y el apoyo a los empresarios. Todo esto infiere casi una revolución cultural y en las mentalidades. Insistir en el concepto de responsabilidad, que es poco común en la política”, añadió. Sin embargo, y a pesar de esos elogios, Álvarez de Toledo expresó su “deseo y esperanza de que este cambio no se limite a ser un pendulazo o un paréntesis. Desmentir las advertencias de quienes afirman que si la libertad económica avanza, la libertad política retrocede”. “Hay tres objetivos que quienes sentimos admiración, afecto profundo y sincero por Argentina deseamos ver: reconstruir la clase media, consolidar la república y cerrar la grieta”, destacó como introducción, antes de las preguntas. – ¿Hay signos de retroceso de las libertades políticas, como están denunciando algunos sectores que no son kirchneristas, y de crispación social? – Indudablemente se observa crispación política. Intentaré profundizar en este aspecto. La verdadera asignatura pendiente, la genuina revolución en Argentina, es institucional: fortalecer la República, las instituciones y cerrar la grieta. Al hablar de la grieta, siempre suelo citar el ejemplo de la transición española, que se dio de una dictadura a una democracia, es decir, de una etapa sin libertades a una etapa con libertades. Para lograrlo fue necesario integrar a personas muy diferentes y se logró a través de una conversación inteligente, basada en la buena fe y en la buena voluntad. El concepto de concordia y de reconciliación fueron fundamentales en dicho proceso. Torcuato Fernández Miranda, un personaje excepcional, fue el guionista de la Transición, y un día le preguntaron cómo fue posible poner de acuerdo a republicanos, monárquicos, creyentes, ateos, catalanes y castellanos. Él respondió: “el corazón sujeto y en su sitio”. Es una imagen muy bonita. Luego está la famosa frase de Lincoln que todos recuerdan: “una casa dividida no se puede mantener en pie”. No se puede construir un país sobre una grieta. La grieta es un cepo -utilizando una expresión que también está en la jerga local- y también hay que eliminarlo. Para cerrar una grieta, lógicamente, hay que dejar de cavarla. Esto concierne a toda la sociedad, pero especialmente a quienes tienen el poder. Cuanto más poder, mayor responsabilidad en el cierre de esa grieta. Gobernar, evidentemente, no es dividir mejor, sino unirse con fuerza, y por diversas razones: primero, porque es lo moral, intentar reconciliar y dialogar unos con otros y aceptar las diferencias; y segundo, porque es lo eficaz. Polarizar es paralizar un país. La polarización paraliza y dificulta la implementación de reformas profundas y estructurales que cualquier nación necesita para avanzar. Es necesario tejer alianzas y las alianzas se construyen a través del diálogo y la cordialidad, el concepto de cordialidad. Siempre he afirmado, y lo he dicho en varias ocasiones aquí, que el consenso no es un fin en sí mismo. El consenso no puede ser un proyecto político. En nombre del consenso, a menudo se han paralizado numerosas reformas. Sin embargo, el consenso sí es un medio útil para desarrollar reformas. Se deben construir puentes, primero entre los afines y luego más allá, con el resto. Esa es la primera consideración respecto a la grieta. En segundo lugar, sobre las instituciones. Es cierto que un país se transforma mediante reformas, pero se sostiene con instituciones. El concepto de República -en Argentina no es el mismo que en España- no es una rémora, no es un obstáculo, sino el suelo que sostiene una nación, que ancla las reformas y las hace perdurables. Es decir, sin república y sin instituciones, ese cambio económico podría volverse, como mencioné antes, un simple paréntesis o, simplemente, un péndulo. Es decir, se puede ser libertario y republicano, se puede y se debe. – ¿Se puede y se debe ser libertario y republicano? ¿Milei está dando señales de ser republicano o está generando más grietas? – Hay personas en el debate público que consideran que ser republicano y cuidar las instituciones es cosa de “ñoños republicanos”. Yo me identifico como una “ñoña republicana”, y estoy orgullosa de serlo. Las instituciones son cruciales para las naciones y para el progreso económico y social de un país. Se puede ser libertario y republicano, incluso cordial. – Milei critica a los “ñoños republicanos” porque no contemplan que “enfrente están los orcos que se quieren llevar puesto todo”. – “Juntos” no es ni sumiso ni está en contra de las instituciones. “Juntos” es a favor de las instituciones, en defensa de las mismas. – ¿Dónde ve que puede haber algún riesgo o algún compromiso a las instituciones en este contexto? – Provengo de un país que actualmente atraviesa un proceso de destrucción institucional acelerada, y no solo en España, sino también en muchas democracias donde las instituciones están siendo erosionadas en nombre de objetivos superiores, a veces priorizando la seguridad por encima de las instituciones, el Estado de Derecho o el Congreso. Se gobierna mediante métodos expeditivos, sin respetar las formas y procedimientos democráticos. Hay que cuidar y fortalecer las instituciones. Esto que afirmo es obvio. El famoso libro de James A. Robinson y Daron Acemoglu “Por qué fracasan los países” señala que se necesitan instituciones y contrapesos democráticos. Se debe respetar la libertad de prensa de los periodistas, aceptar las críticas y el disenso, y aceptar los procedimientos democráticos del Congreso, reconociendo que hay que negociar dentro de un Congreso. En el caso de España, se observa una fuerte agresión del Poder Ejecutivo contra el Poder Judicial. – En Argentina hay un debate sobre la libertad de expresión y la relación de Milei con los medios. ¿Continúa ese debate? ¿Cuál es su opinión? – No necesito centrarme únicamente en Argentina. Esto ocurre en todos lados. Que el poder político acuse a la mayoría de los medios o de la prensa crítica de ser “pseudo medios” -como sucede en España- o que se refiera a “la fachósfera” o que promueven bulos, no es aceptable. El linchamiento no encaja en el liberalismo ni en la democracia. El linchamiento a personas, ya sean periodistas o disidentes. La criminalización del disenso, el linchamiento a quienes piensan diferente, el rechazo al disenso. La democracia implica disenso y el liberalismo, en particular, no solo acepta el disenso, sino que lo promueve como método. Quiero hacer una reflexión que me preocupa en general -porque no estoy en Argentina y no vengo aquí a dar lecciones- ¿por qué celebramos en lo propio lo que condenamos en lo ajeno? Esto ocurre con frecuencia. Celebramos o aceptamos en los afines lo que rechazamos en los otros, en cuanto a prácticas. – ¿Por ejemplo? Por ejemplo: ataques a periodistas. Cuando un adversario político ataca a la prensa, lo condenamos y nos parece muy mal. Pero si lo hace alguien de nuestra propia agrupación, buscamos justificaciones. No puede ser. O los aranceles, como en el caso de Trump. Muchos amigos liberales han acabado haciendo malabares para defender los aranceles, que son medidas puramente proteccionistas y nacionalistas, muy poco liberales. Debemos intentar mantener una visión lo más objetiva y clara posible sobre lo ajeno y lo propio. No justificamos conductas por pertenecer a nuestros presuntos, teóricos o reales aliados políticos. – Me gustaría que reflexionara sobre el anuncio de Cristina Kirchner de que se presentará nuevamente como candidata a diputada provincial. Así como también respecto de la idea de Milei de la “batalla cultural”. – Sobre la batalla cultural, he sido defensora de esa idea durante muchos años y no solo defensora, sino guerrera cultural. Me he dedicado a confrontar con la izquierda, a interpelar sus marcos mentales y culturales. Es absolutamente crucial, y por eso lo más importante que he resaltado al inicio, es la batalla cultural que Milei ha dado en el ámbito de la política económica. Desearía que esa revolución en la economía también se reflejara en la política y que Argentina tuviera lo que no ha poseído en mucho tiempo: instituciones robustas y concordia política y social, generando una base de concordia, donde podamos reconstruir las formas y el fondo simultáneamente. Mi madre solía decirme de pequeña: “las formas perfeccionan la verdad”. Yo iría más allá: las formas, en democracia, también son el fondo y deben cuidarse, ya que cuidar esas formas significa cuidar la democracia. He observado que Cristina se presentará nuevamente como legisladora. Esto representa un flashback, un déjà vu tétrico. Es una regresión alarmante. Cristina Fernández de Kirchner “Voy a ser candidata en la tercera sección electoral” – ¿Por qué motivo? Porque Cristina Kirchner simboliza una etapa muy oscura en Argentina, marcada por la corrupción masiva, la devastación institucional, la profundización de la grieta; en suma, lo que Argentina no debe ser, un país en colapso. Milei heredó un país quebrado y colapsado, y ahora, tras salir del shock, está recuperándose del colapso. Lo que deseamos ver es la gran reconstrucción argentina, que abarque también la política. La primera etapa, que es el ajuste, está en marcha y encauzada. Esperamos que le siga una fase de impulso del tejido productivo y construcción de clases medias, acompañada de un fortalecimiento de las instituciones y respeto democrático, generando una revolución en la política democrática. Y cerrando la grieta. De este modo, Argentina se encontrará en una posición extraordinaria en este momento mundial de crisis del orden liberal. Estamos viviendo una crisis del orden liberal sin precedentes. Argentina tiene una oportunidad para una profunda reconstrucción, no solo económica. – ¿Qué opina acerca de la afinidad de Milei con Vox? ¿Y qué perspectiva tiene sobre el surgimiento de expresiones de extrema derecha en Europa? – Respetamos profundamente las relaciones políticas y solo espero que, ojalá, el presidente de Argentina pueda ampliar sus amistades en España más allá de Vox. Creo que eso es crucial para Argentina y para las relaciones entre España y Argentina. Todos aquellos que tenemos vínculos en ambos lados del océano, pero en particular los españoles, deseamos fortalecer la relación con Argentina y, en consecuencia, con su presidente. Existen enormes intereses comunes y un futuro brillante por construir y fortalecer, sin lugar a dudas. Eso, por un lado. En España, enfrentamos el problema de la extrema izquierda. Todo el mundo me menciona la extrema derecha y yo digo que es cierto, pero levanto la mano y aclaro que, en España, la mayor amenaza a nuestro orden constitucional y democrático proviene de la izquierda, encabezada por un Partido Socialista que se ha radicalizado en sus posiciones, disfrazándose de un partido presuntamente socialdemócrata, pero que en la práctica es muy radical en sus posturas. España atraviesa un proceso de transformación, de democracia plena a democracia fallida. Este proceso se evidencia en la incapacidad del gobierno para gobernar y legislar. No contamos con presupuestos. Se trata de un proyecto de poder a largo plazo que busca eliminar la alternancia política. Y en el altar de este objetivo se sacrifica todo en España: el orden constitucional, la democracia, la igualdad ante la ley, la convivencia, la cordialidad, entre otros aspectos. Pedro Sánchez es un “burro de Troya” en la democracia. Un “burro de Troya” de manual, que aplica técnicas descritas en un manual que, aunque puede ser de izquierda o de derecha, es de manual: normalización de la mentira, colonización de todas las instituciones, erosión de los contrapesos democráticos, ataques a los jueces, al Congreso y intentos de anular el Parlamento y la oposición parlamentaria; y el ataque a los medios de comunicación, que incluye prácticas mafiosas para desacreditar a la Guardia Civil y a los jueces, mediante chantajes y extorsiones. Y el último elemento es la polarización, el lema de “divide y vencerás”. Al no poder gobernar mediante la adhesión, se recurre al odio y a la polarización, creando una grieta, para mantener cautivo un 30% del electorado del cainismo, que vota no porque quiera a él, sino porque detesta al otro. Es la política de polarización. Eso parece ser el manual de los “burros de Troya” y describe el estado actual de España. Cuando se menciona la extrema derecha, insisto, digo que debemos recordar que los que están desestabilizando la democracia española son la izquierda y sus aliados separatistas. El aspecto distintivo del proceso español, en comparación con otros casos de transformación de democracias plenas a fallidas, es que aquí se proyecta esta transformación sobre la integridad territorial del Estado. Los aliados de Sánchez no son solo fuerzas de extrema izquierda, sino también separatistas. Él adquirió el Gobierno a cambio de otorgar impunidad a algunos golpistas, quienes intentaron derribar la integridad territorial. Esta es la profunda crisis constitucional que enfrentamos. – ¿Cree que Pedro Sánchez está en sus últimos días como jefe del gobierno de España? – Ojalá. Sánchez intentará mantenerse en el poder hasta el final de la legislatura, incluso más allá. Y el esfuerzo por la democracia en España debe ser evitar que eso ocurra. Hemos convocado una importante concentración este domingo con el lema “mafia o democracia”, que deja claro lo que está en juego. Como explicó el ex presidente del Gobierno español recientemente, los bajos fondos han emergido y ahora están en la superficie; es imprescindible poner fin a este proceso. Hay un proceso de transformación sobre el cual se debe reflexionar: Sánchez llegó hace siete años con una moción de censura contra la corrupción y con la promesa de una regeneración democrática. Siete años después, está rodeado por la corrupción y en un acelerado proceso de degradación democrática, transformándose de una democracia plena a una democracia fallida. Este es el balance de estos siete años, y la situación puede empeorar en los próximos meses si intenta aferrarse al poder a cualquier costo. Por ello, hacemos un llamado a los españoles para asumir su responsabilidad en la defensa de la democracia. La ciudadanía debe defender la democracia, porque esta no se preserva sola; necesita militantes comprometidos, es decir, ciudadanos dispuestos a movilizarse. La movilización que hemos convocado para este domingo tiene ese objetivo. – Volviendo a la realidad argentina, que usted define como su casa. ¿Qué opina sobre la situación del PRO, tras la derrota en las últimas elecciones en la ciudad de Buenos Aires? – He visto surgir y caer partidos, y partidos que parecían condenados a desaparecer, y luego resurgen. Esto es cíclico, como decía Montaigne: “la vida es ondulante”, lo mismo ocurre con los partidos. Hay momentos en que uno se encuentra al borde de la extinción y vuelve a renacer. Existen partidos que han emergido desde la nada y han llegado a ser hegemónicos. La clave para un partido político es responder claramente a la pregunta: ¿para qué sirvo? Que los votantes puedan identificar “para qué sirve este partido”, cuál es su utilidad y su identidad. Probablemente, el PRO esté en ese proceso de reflexión: ¿quiénes somos exactamente? ¿Para qué servimos? ¿Cuál es nuestra superestructura de identidad? Ellos tendrán que dirimir esas cuestiones. Con respecto a La Libertad Avanza, ¿cuáles son las diferencias? ¿Cuáles son las similitudes? Y volver a convertirse en ese instrumento valioso para los ciudadanos, respondiendo a la pregunta de para qué sirven. – ¿Y qué piensa sobre Mauricio Macri como líder político? ¿Sigue siendo una referencia? – No resido aquí, pero para quienes estamos a la distancia, sigue siendo la figura visible del PRO. Pero él sabrá cuál es su proyecto personal. – ¿Lo que ocurre con el PRO puede suceder con otros partidos de centroderecha que se sienten amenazados por expresiones más extremas? – Existen movimientos pendulares. Hay movimientos de extrema izquierda en el mundo, separatistas. El wokismo es una forma de separatismo, lo cual ha provocado un movimiento pendular nacionalista, muy separatista, proteccionista y nacionalista. El mundo liberal ha quedado sofocado entre estos movimientos pendulares. Estas dos fuerzas están en combate. Pero, paradójicamente, nunca ha sido tan crucial reivindicar, poner en valor y construir a partir de las ideas de libertad, del orden liberal, de la igualdad ante la ley, de la seguridad jurídica y del Estado de Derecho. No hay alternativa a las ideas liberales, a las ideas ilustradas que han permitido el progreso, el avance y la convivencia -hablo a nivel global- en las últimas décadas, si no siglos. – ¿En Argentina las victorias validan el discurso del insulto? – Sí, pero el insulto no constituye un proyecto político; es obvio que puede ser un método. No debemos confundir la violencia verbal con la valentía liberal. Respecto a Europa, hay dos reflexiones a considerar. Respondiendo a tu pregunta anterior: ¿por qué han emergido partidos nacionalistas y populistas o de extrema derecha? Podemos limitarnos a condenar el hecho, lo cual es una opción válida. Es decir, no me gustan esos partidos, ni su discurso, ni su método, ni su retórica. Eso está bien. Pero podemos profundizar y preguntar por qué tantas personas han optado por votar esos partidos. La respuesta sería que los partidos tradicionales, incluidos los míos, el espectro centroderechista y centroderechista, no han cumplido con su labor, no hemos dicho la verdad a los ciudadanos, no hemos enfrentado con valentía los problemas. No hemos reconocido que la inmigración descontrolada y mal integrada representa una bomba de tiempo. No hemos admitido que la política ambiental y la hiperregulación, así como las imposiciones del wokismo, son un desvarío. Estoy hablando en plural porque algunos de nosotros sí lo decíamos, pero a menudo de forma solitaria y los exponíamos como guerreras culturales durante mucho tiempo. Cuando los partidos tradicionales lidian sin abordar las preocupaciones reales de la ciudadanía por corrección política y miedo, esos problemas terminan explotando en forma de partidos nacionalistas y populistas. Luego nos rasgamos las vestiduras y nos preguntamos “¿qué hacemos ahora?”. Europa probablemente comenzará a cambiar, con Metz, el canciller alemán, ajustando su discurso y Starmer, el laborista en el Reino Unido, reajustando su retórica en cuanto a inmigración. Es probable que se impongan políticas mucho más prácticas y rigurosas en cuanto a inmigración, dejaremos de lado algunos de los ideales del mundo verde y idealista que no pueden concretarse. Comenzaremos a decir la verdad respecto a la defensa. Tendremos que asumir el costo de nuestra defensa, lo que implica recortar en otras áreas que a los ciudadanos les provocarán dolor. Necesitaremos líderes visionarios, firmes, valientes, capaces de comunicar estos planteamientos y de ser sinceros, similares a Churchill en su capacidad de liderazgo. ¿Dónde están esos líderes? Bueno, hay que decir que la clase política en general no atraviesa su mejor momento en ninguna parte del planeta, pero no debemos descartar la posibilidad de que surjan. El canciller alemán, recientemente, me dejó una buena impresión en una intervención. Meloni es una figura que se muestra decidida, clara y con criterio. El hecho de que algunos no estén presentes hoy no significa que no puedan llegar a estar. Aquellos líderes que miran desde la realidad y actúan en consecuencia, serán los que eviten que estos partidos nacionalistas inflijan daños irreparables al proyecto de la Unión Europea y al orden liberal. En lo que respecta a Estados Unidos, existen separaciones en debates, movimientos como el wokismo y el MAGA (Make America Great Again). Esto ha trazado dos escenas que marcan un punto de inflexión en la historia del orden liberal: la primera en 1945, cuando este se instituyó sobre los escombros de la Segunda Guerra Mundial, y la segunda en la que observamos la humillación al presidente Zelenski en el Despacho Oval, seguida de la imagen del presidente estadounidense que establece aranceles motivados por criterios arbitrarios hacia cada nación. ¿Cuál es la dirección de todo esto? Hacia el desorden, hacia el caos. Por lo tanto, en este contexto, debemos pensar: “¿nos echamos en los brazos de China, considerando que el desorden es total y que China, en cierta forma, representa tranquilidad?”. No, reconstruyamos el orden liberal, reafirmando la alianza con los Estados Unidos a partir de principios sólidos. Es imperativo regresar a los principios liberales. Sin ellos, no habrá convivencia democrática, ni progreso, ni prosperidad, ni comercio, ni intercambio, ni reglas claras. No habrá prosperidad si no existe un orden liberal. Invocar la idea de éxito mediante políticas liberales en lo económico, pero autoritarias en lo político, es una falacia. Yo no deseo el modelo chino. – ¿Qué opinan en Europa sobre Argentina y Milei? – Existe un interés constante. Argentina es un país que siempre capta la atención y resulta fascinante. Se trata de un país asombroso, cautivador y que, curiosamente, mantiene un lazo estrecho con España; no solo eso, los europeos en general sienten una simpatía por Argentina muy importante.
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