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  • Batalla de Punta Quebracho, la victoria olvidada que definió la soberanía argentina

    » La Capital

    Fecha: 04/06/2025 09:56

    Disputada en 1846 en Puerto General San Martín, la batalla de Punta Quebracho fue el último enfrentamiento entre la Confederación Argentina y las tropas anglo-francesas En 1845 Inglaterra y Francia decidieron comenzar una serie de enfrentamientos con la Confederación Argentina para imponer el libre comercio con las provincias del interior y así evitar los aranceles puestos por Juan Manuel de Rosas en el puerto de Buenos Aires. La batalla más conocida fue la de Vuelta de Obligado el 20 de noviembre de ese mismo año y por la cual en la actualidad se celebra el Día de la Soberanía Nacional. Sin embargo, el 4 de junio de 1846 se libró el enfrentamiento de Punta Quebracho en Puerto General San Martín , a 35 kilómetros de Rosario , en el cual las fuerzas argentinas resultaron victoriosas. Eran los tiempos de la Confederación Argentina liderada por Juan Manuel de Rosas desde Buenos Aires y el país todavía estaba en construcción. El caudillo había sufrido una embestida europea hacía poco tiempo: en 1838, y durante dos años, los franceses bloquearon el puerto del Río de la Plata exigiendo tratos comerciales favorables a los intereses de aquel país. A pesar de haber logrado el cese de hostilidad, al poco tiempo, en 1845 comenzó un nuevo bloqueo. En aquella oportunidad, Inglaterra y Francia decidieron, de manera conjunta, imponer mediante la fuerza el libre comercio entre las potencias europeas y las provincias de la Confederación. Pretendían la libre navegación de los ríos argentinos , aspecto que había sido prohibido por Juan Manuel de Rosas, quien además había sancionado una ley con altos aranceles a las importaciones. Así fue como los barcos de las potencias extranjeras se adentraron por el río de la Plata primero y el Paraná después con el objetivo de realizar operaciones comerciales con las provincias. Las fuerzas de la Confederación intentaron evitar esta situación y el 20 de noviembre se libró la batalla de la Vuelta de Obligado, a 140 kilómetros de Rosario. Lo cierto es que el El bando argentino perdió y los buques ingleses y franceses siguieron avanzando. Pese a ese y a otros combates que se libraron intentando frenar el avance europeo, la flota logró llegar a Corrientes, donde había previsto un primer intercambio económico. Lo cierto es que las transacciones que realizaron no les resultaron demasiados beneficiosas. La provincia había sufrido años de guerras y conflictos y se encontraba poco poblada por lo que no tenía demasiado para ofrecer. Los buques europeos emprendieron la vuelta, que se presentaba amenazante. A la altura de lo que hoy es Puerto General San Martín, las tropas argentinas, lideradas por Lucio Mansilla, esperaban agazapadas la llegada del enemigo inglés. >>Leer más: Museo del Río Paraná, una propuesta de Puerto San Martín como puente entre la historia y el presente del río El enfrentamiento en Punta Quebracho Las tropas de la Confederación Argentina eran lideradas por Lucio Mansilla, quien ya tenía un importante recorrido enfrentando a las fuerzas extranjeras. Su carrera militar comenzó con las invasiones inglesas de 1806, organizó el Ejército de los Andes bajo las órdenes de José de San Martín y se destacó al luchar junto a Juan Manuel de Rosas en la batalla de la Vuelta de Obligado. A pesar de la derrota en aquella oportunidad, Mansilla siguió actuando y el 4 de junio de 1846 se encontraba a 35 kilómetros de Rosario, esperando para dar la señal de ataque. Mansilla organizó el teatro de operaciones de forma que el escenario natural fuera aprovechado por las fuerzas locales. Así estableció las baterías a lo largo de la costa sobre lugares donde hubiera barrancas y angosturas del río que favorecieran su posición y perjudicaran a los navíos extranjeros. Así Mansilla dispuso 17 cañones , 600 infantes y 150 carabineros, una reserva de 200 infantes y dos escuadrones de lanceros de Santa Fe. Ellos contra doce buques de guerra europeos. La batería principal y la infantería en el centro estaban al mando de Juan Bautista Thorne, militar estadounidense radicado en Buenos Aires veinte años antes que también había tenido su importante recorrido y había vivido la experiencia de la Vuelta de Obligado. Con todo preparado y la experiencia de la derrota en Obligado pocos meses atrás, el primer cañonazo se dio a las 11 de la mañana de aquel 4 de junio de 1846. Las fuerzas de la Confederación habían dado el primer paso y no había vuelta atrás: durante más de dos horas se enfrentaron a dos potencias mundiales en el río Paraná. Cuando el enfrentamiento terminó, 60 europeos habían muerto y seis de sus buques se habían destruido. Dos mercantes fueron hundidos y los otros cuatro fueron incendiados para que no cayeran en manos argentinas. Además, los vapores de guerra Harpy y Gorgon resultaron seriamente dañados. Del lado argentino, se lamentó una baja y fueron solamente dos los heridos. Fue, sin duda, una importante victoria para la Confederación y un desenlace fatídico para las fuerzas enemigas. La derrota puso fin a las pretensiones de Gran Bretaña y Francia de abrir por la fuerza los ríos interiores al comercio internacional sin autorización del gobierno argentino. Desde ese momento, quedó claro que el control de las vías navegables no se cedería sin luchar. El bloqueo al puerto porteño terminó recién en 1850 con una victoria por vía diplomática del rosismo que estableció, de manera definitiva, el poder del gobierno porteño sobre la navegación de los ríos internos. En el sitio que hoy es la ciudad de Puerto General San Martín se puso fin a la lucha. Las diferentes batallas que se sucedieron en el marco de lo que comúnmente se conoce como la guerra del Paraná durante los años 1845 y 1846, fueron determinantes para terminar con las pretensiones de usar los ríos interiores argentinos como aguas internacionales, en beneficio de las potencias imperiales de Inglaterra y Francia. >>Leer más: Día de la Soberanía Nacional: la historia detrás del feriado de noviembre El homenaje tardío Recién el 4 de junio de 1939, más de noventa años después, se colocó en el lugar donde fueron los acontecimientos, una cruz de quebracho en honor a las fuerzas argentinas y la victoria de la confederación. Sin embargo, en 1981 la empresa multinacional Cargill compró los terrenos donde se encontraba aquel humilde homenaje, por lo que la cruz tuvo que ser trasladada a dos kilómetros de distancia de de su emplazamiento original. Finalmente, el 21 de abril de 1999 la Ley Nacional 25.088 declaró el nuevo predio como “Lugar Histórico Nacional”. La cruz de quebracho continúa siendo el único elemento conmemorativo del sitio histórico. >>Leer más: Batalla de Punta Quebracho: Puerto San Martín se prepara para celebrar un nuevo aniversario de la gesta

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