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» Diario Cordoba
Fecha: 04/06/2025 05:44
En Córdoba, un descampado ya no es solo un solar olvidado. Gracias al proyecto ‘Planeta Barrio’, se ha convertido en un aula viva, un mapa botánico donde los escolares aprenden que bajo sus pies crece una biodiversidad tan rica como ignorada. La impulsora es Sara Parras, bióloga, divulgadora y doctoranda de la Universidad de Córdoba, quien estudia la flora silvestre urbana de la ciudad en su tesis doctoral. «No son malas hierbas, son plantas vecinas. Comparten con nosotros el espacio y nos ofrecen servicios vitales sin que lo sepamos», afirma. Con este proyecto, Sara Parras quiere ir más allá del trabajo de campo académico: busca conectar a la ciudadanía con esta flora, visibilizarla y ponerla en valor. Con cuadernillos en mano -ilustrados con fotos, nombres científicos y descripciones accesibles-, alumnos de Educación Primaria salen al encuentro de estas plantas: las observan, las identifican y escriben sobre ellas con sus propias palabras. «¿A qué huelen? ¿Qué les recuerda a su textura? ¿Qué forma tiene su hoja?» No solo aprenden botánica, también desarrollan una nueva relación con su entorno más próximo. Cada cuadernillo está cuidadosamente diseñado para facilitar toda la información necesaria, no se trata solo de reconocer plantas, sino de aprender a observarlas, a vincularlas con sensaciones personales y a respetarlas como parte integral del ecosistema urbano. Siendo así el programa una experiencia educativa completa, en la que ciencia, emoción y lenguaje se entrelazan, señala esta bióloga. ‘Planeta Barrio’ nació del cruce entre la investigación académica y la divulgación práctica. Por un lado, Parras desarrolla una tesis doctoral sobre la flora silvestre urbana de Córdoba, con el objetivo de que esta vegetación sea tenida en cuenta en la planificación urbana y en la educación ambiental. Por otro lado, su participación en el Biomaratón de Flora Española -donde organizó una actividad en el CEIP Pablo García Baena de Córdoba- mostró el enorme potencial de acercar esta flora al aula. La acogida fue tan positiva que acabó cristalizando en un proyecto más amplio, en ‘Planeta Barrio’. Este curso se abrió la convocatoria para otros centros educativos, y el proyecto ha llegado al CEIP Jerónimo Luis de Cabrera, CEIP Sierra de Adamuz y CEIP Antonio Gala. En el CEIP Pablo García Baena incluso han instalado una pancarta en la valla del colegio que conecta con el descampado, con información sobre algunas de las especies vegetales que crecen justo al otro lado, para que cualquier vecino que pase pueda aprender y observar. Uno de los pilares del proyecto es eliminar el prejuicio hacia esa flora espontánea, muchas veces tratada como basura vegetal. Sara Parras insiste en que estas plantas deben reconocerse por el papel crucial que desempeñan, ya que «atraen fauna auxiliar que compite con plagas, protegen el suelo, amortiguan el calor urbano y filtran contaminantes». «No es la primera vez que trabajo con esta flora», cuenta Sara Parras. «Ya hice mi trabajo fin de máster sobre la vegetación espontánea en los jardines de Colón y desde entonces no he dejado de observarla y compartirla. Divulgo todo lo que puedo, en medios y en redes, para desmontar el desprecio hacia estas plantas». Aporte de bienestar Desde su cuenta de Instagram, @plantasvecinas, esta divulgadora responde consultas, comparte imágenes y reflexiones y propone cambiar la mirada urbana. Porque estas plantas no solo son parte del paisaje, sino que ayudan a regular la temperatura, sirven de refugio y alimento para insectos y aves, filtran el aire y el suelo, amortiguan el ruido y, por tanto, también aportan bienestar psicológico. «Mi intención es repetir ‘Planeta Barrio’ en el próximo curso y organizar salidas abiertas a cualquier persona que quiera conocer a nuestras plantas vecinas», adelanta esta doctoranda sobre sus intenciones de futuro con este proyecto que tanto aporta a la ciudad. Su objetivo es claro: reconectar la ciudad con la naturaleza que la habita silenciosamente.
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