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Parana » ER 24
Fecha: 04/06/2025 02:06
Victoria se levanta: la sociedad exige la renuncia de la fiscal Flavia Villanueva tras 13 años de impunidad La ciudad de Victoria dijo basta. Luego de más de una década de parálisis judicial, causas sensibles sin avance, y un Ministerio Público que parece más preocupado por blindarse que por garantizar justicia, la comunidad ha comenzado a movilizarse con un reclamo claro: la renuncia inmediata de la fiscal Flavia Villanueva. Durante 13 años, Villanueva acumuló expedientes cajoneados, denuncias congeladas, víctimas desamparadas y decisiones que han favorecido la impunidad. Su permanencia al frente de investigaciones clave no solo se ha traducido en una grave ineficiencia, sino en una dolorosa falta de humanidad ante los dramas reales que golpean a vecinos y familias. La escena de un padre encadenado, desesperado por poder ver a su hijo, frente al edificio del Poder Judicial, sintetiza el hartazgo colectivo. No es un caso aislado: es el reflejo de un sistema que ya no escucha, no responde y no protege. Un sistema judicial que parece haberle dado la espalda a su pueblo. En los múltiples reclamos populares que crecen día a día, se advierte con claridad un mapa judicial con nombres y apellidos: los responsables de una justicia que no reacciona mientras la sociedad ve morir a sus mujeres víctimas de violencia, a sus jóvenes atrapados por la droga, a sus adictos sin contención, y a fiscales vinculados con causas de narcotráfico y narcomenudeo de vagatela, sin voluntad política ni institucional para desarticular esas redes. Y mientras tanto, la diputada Laura Stratta —oriunda de Victoria y pieza clave del poder provincial durante más de una década— brilla por su ausencia. Responsable directa o indirecta de muchas de las designaciones judiciales que hoy están en crisis, ha elegido el silencio como respuesta al colapso institucional que ayudó a construir. La ley de género, tantas veces invocada para ocupar bancas, aún no ha demostrado servir para salvar vidas. Y el feminismo institucionalizado, cómodo y funcional, calla ante la impunidad de sus propios aliados. Vecinos, referentes sociales, víctimas y profesionales del derecho coinciden en algo: Villanueva representa el fracaso institucional. La justicia en Victoria está detenida, y el daño es irreparable. La sociedad está cansada de esperar. De suplicar respuestas. De ser testigo del desgaste emocional, económico y social que provoca cada causa que no se investiga, cada prueba ignorada, cada expediente empolvado. Hoy, Victoria alza la voz. No más excusas. No más simulacros. No más fiscales eternizados en sus cargos sin rendir cuentas. El reclamo por la renuncia de Flavia Villanueva no es político, no es personal: es ético, es moral, es comunitario. La sociedad exige que se termine el encubrimiento institucional, que se investigue lo que no se quiso investigar, y que se devuelva al pueblo la confianza perdida. Porque sin justicia no hay paz, y sin respuestas no hay democracia.
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