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Parana » Informe Digital
Fecha: 04/06/2025 00:02
El temor a que la deuda de Estados Unidos se descontrole llevó al CEO de JPMorgan, Jamie Dimon, a alertar sobre una posible crisis en el mercado de bonos, según publicó el Wall Street Journal. “Van a ver una crisis en el mercado de bonos, ¿de acuerdo?”, afirmó Dimon durante una entrevista el 30 de mayo en el Foro Económico Nacional Reagan, en California. “Va a suceder”, enfatizó. Su advertencia dejó muchas preguntas en el aire: ¿Qué implica un colapso en el mercado de bonos y por qué Dimon considera que es inminente? ¿Se cumplirá su predicción? ¿Existen formas para que los inversores protejan sus carteras ante un eventual colapso? A continuación, algunas respuestas rápidas: una crisis en el mercado de bonos implica una caída abrupta en sus precios, lo que provoca una demanda de liquidez que supera la capacidad de los bancos para satisfacerla. Para respaldar su pronóstico —que, según él, podría cumplirse en un periodo que va de seis meses a seis años—, Dimon mencionó que el déficit presupuestario de Estados Unidos aumentaría en US$ 2,7 billones para 2035 si se aprueba la ley fiscal recientemente votada en la Cámara de Representantes, de acuerdo con el Wall Street Journal. Dimon podría no estar tan equivocado. Con una deuda nacional que ya asciende a US$ 36 billones, la posibilidad de que esa legislación se convierta en ley llevó a Moody’s a rebajar la calificación crediticia de Estados Unidos a un rango inferior al AAA. Además, se generó un interés muy bajo en la subasta de bonos del Tesoro a 10 años realizada en mayo, como mencioné en un artículo de Forbes el mes pasado. La incertidumbre sobre el momento en el que podría producirse un colapso refleja lo impredecibles que suelen ser las crisis financieras. “Hablamos de puntos de inflexión psicológicos”, le dijo Daleep Singh, economista jefe de la gestora de activos PGIM, al New York Times. “Nadie puede confiar demasiado en lo cerca que estamos de esos puntos de inflexión cuando, de repente, el impulso cobra vida propia”, sostuvo. Un quiebre en el mercado de bonos no es inevitable. Las proyecciones de un crecimiento económico moderado, una inflación contenida y expectativas de rendimientos estables para los bonos a 10 años sugieren que el mercado podría mostrar resistencia. Aun así, los inversores pueden tomar precauciones ante el escenario planteado por Dimon. Una opción es reducir la exposición a la deuda a largo plazo, mover parte de los fondos hacia bonos del Tesoro a corto plazo y considerar acciones de empresas de servicios financieros o del sector energético, que suelen beneficiarse en entornos de tasas más altas. ¿Qué es un colapso en el mercado de bonos? Un colapso en el mercado de bonos es una posible disrupción significativa del funcionamiento habitual de este mercado, donde la liquidez —es decir, la facilidad para comprar y vender bonos— puede desaparecer de forma abrupta. Cuando esto sucede, las instituciones financieras que operan con bonos no pueden absorber el volumen de transacciones, lo que provoca desplomes en los precios, especialmente en los bonos a largo plazo que son más sensibles a las variaciones de las tasas de interés. Este tipo de sacudidas puede ser desencadenado por políticas fiscales insostenibles, incrementos abruptos de tasas o una pérdida repentina de confianza en los inversores. Un evento similar ocurrió en 1994, durante lo que se conoció como “la gran masacre de los bonos”. Ese año, el presidente de la Reserva Federal, Alan Greenspan, prácticamente duplicó la tasa de interés a corto plazo para frenar lo que consideraba una burbuja en el mercado de bonos. Para septiembre de 1994, la peor caída en la historia de ese mercado ya había eliminado US$ 600.000 millones en valor, según Fortune. El uso excesivo de apalancamiento fue clave en esa masacre. El tamaño del mercado global de bonos, el auge de los derivados y la velocidad de las operaciones también contribuyeron a la explosión. Sin embargo, lo que realmente intensificó las pérdidas fue el colapso de las operaciones apalancadas, que se financiaban con apenas uno o dos centavos de dólar propio y el resto con dinero prestado por bancos y corredores. Cuando los precios de los bonos comenzaron a caer, las pérdidas se multiplicaron, explicó Fortune. ¿Tiene razón Dimon? La evidencia a favor y en contra Es posible que Dimon tenga razón. Su predicción está apoyada por varias señales, aunque también existen factores que la desestiman. Además del problema del endeudamiento excesivo, Dimon señaló otras alertas para el mercado de bonos. Una de ellas se relaciona con los límites impuestos por la regulación bancaria después de la crisis financiera de 2008. Según explicó —citado por el Wall Street Journal—, esas reglas reducen la capacidad de los bancos para mantener bonos en sus balances, lo que les resta margen para aportar liquidez si el mercado entra en crisis. El aumento en los rendimientos de los bonos del Tesoro, que ya superan el 5% —el nivel más alto desde 2007, según Bloomberg—, indica que los inversores alcanzan el límite de su tolerancia ante el endeudamiento. A eso se suman los diferenciales de crédito muy ajustados. A finales de febrero, el diferencial ajustado por opciones del índice Bloomberg High Yield frente a los bonos del Tesoro se encontraba en 2,56%, un nivel que también había sido observado pocos meses antes de la crisis financiera global, según datos de CME Group. Esto sugiere que el mercado podría estar subestimando el riesgo de impago en una economía que muestra señales de fragilidad. Sin embargo, hay factores que juegan en contra del pronóstico de Dimon. Algunos datos económicos actuales apuntan a una situación más estable. Se espera un crecimiento del 2,4% para este trimestre y una inflación por debajo del 3%, según estimaciones del Conference Board. Estos números, por el momento, alejan la posibilidad de una crisis inminente en el mercado de bonos. Además, algunos analistas anticipan que los rendimientos de los bonos del Tesoro a 10 años permanecerán en un rango entre 3,5% y 5%, según lo estimado por Dominic Pappalardo, de Morningstar, y John Flahive, de BNY Mellon Wealth Management. Aunque esas proyecciones se realizaron hace algunos meses y podrían no reflejar cambios recientes en la política económica, el hecho de que el rango sea limitado —sumado a los recortes de tasas que planea la Reserva Federal— podría amortiguar un desplome fuerte en el mercado de bonos. Sin embargo, si los nuevos aranceles impulsan la inflación, los recortes podrían retrasarse, según advirtió el New York Times. ¿Cómo proteger tu cartera ante un posible colapso en el mercado de bonos? Una forma de protegerse es desplazar el capital fuera de los bonos basura y los de larga duración, priorizando bonos de corto plazo, bonos corporativos de mejor calidad y acciones de sectores que suelen beneficiarse cuando suben las tasas, como los servicios financieros o los servicios públicos. ¿Por qué es recomendable alejarse de los bonos a largo plazo y de baja calidad? Porque los de larga duración pierden mucho valor cuando las tasas suben. Por ejemplo, si el rendimiento aumenta en un punto porcentual, el valor de los bonos del Tesoro a 30 años puede caer más del 15%, según AIInvest. Respecto a los bonos basura con calificación CCC, el riesgo es aún mayor. S&P Global estima que el riesgo de impago en esos activos alcanzará el 28,6% este año. Por ello, salir de este tipo de deuda puede ser crucial para proteger tu cartera. Los bonos a corto plazo están ganando cada vez más atractivo. “Hay mucha preocupación y volatilidad, pero a corto y mediano plazo prevemos menos sacudidas y rendimientos estables”, comentó Joanna Gallegos, directora ejecutiva de BondBloxx —una firma de ETF de bonos— en declaraciones a CNBC. Warren Buffett parece compartir este mismo enfoque. ¿Cómo se evidencia? Berkshire Hathaway duplicó su posición en letras del Tesoro y ahora posee el 5% de todos los bonos del Tesoro a corto plazo, según un informe reciente de JPMorgan publicado también en CNBC. Si prefieres invertir en acciones, hay sectores que se benefician de curvas de rendimiento más empinadas y tasas más altas. Entre ellos están los bancos, como JPMorgan, y compañías de servicios públicos como NextEra Energy. Además, según Fidelity Investments, el índice S&P 500 Financial Select Sector suele rendir mejor en contextos de subida de tasas. *Con información de Forbes US.
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