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Fecha: 03/06/2025 18:31
La Unión Industrial Argentina celebra el orden macroeconómico y la caída de la inflación, pero advierte que sin reformas estructurales seguirá siendo difícil competir. En Córdoba, su presidente Martín Rappallini pidió “nivelar la cancha” y dejar que el mercado defina qué industrias tienen futuro. La escena industrial argentina atraviesa un momento de transición. Tras años de volatilidad económica, el nuevo escenario de superávit fiscal, baja de inflación y apertura comercial es visto por buena parte del empresariado como un avance. Pero también expone las profundas asimetrías que atraviesan al sector productivo. Desde Córdoba, donde encabezó una conferencia de prensa junto a representantes de la Unión Industrial de Córdoba (UIC), el presidente de la Unión Industrial Argentina (UIA), Martín Rappallini, sintetizó esa ambigüedad con una frase que marca el tono del vínculo con el gobierno: “Sí al orden macro, sí a la apertura, pero no al costo argentino que nos impide competir”. Entre el aplauso y la advertencia En su paso por la provincia mediterránea, Rappallini buscó acercar posiciones con las entidades industriales del interior, en una señal de federalización que contrasta con etapas anteriores de la UIA. En ese marco, respaldó el rumbo económico actual, en especial la reducción de la inflación y el orden fiscal. Sin embargo, fue claro al plantear lo que consideran deudas pendientes: una agenda de reformas estructurales que permita a la industria local competir en igualdad de condiciones con los productos importados. “Aceptamos la apertura de la economía, pero necesitamos una cancha nivelada”, advirtió. Las reformas que pide la UIA Con tono pragmático, el presidente de la UIA expuso los dos ejes centrales de la agenda que el sector espera que el gobierno encare una vez superado el calendario electoral: Reforma fiscal : para aliviar la presión impositiva sobre las empresas y mejorar la competitividad del producto argentino. Reforma laboral: enfocada especialmente en los sectores intensivos en mano de obra, con el objetivo de simplificar contrataciones y reducir la litigiosidad. El reclamo es transversal a los distintos sectores que componen la UIA, una entidad que aglutina desde industrias tecnológicas hasta manufactureras tradicionales. Hoy, en ese conglomerado, conviven empresas que lograron adaptarse al nuevo contexto con otras que aún no logran reactivarse. “Que el mercado decida, pero con reglas parejas” ¿Debe Argentina producir de todo o concentrarse en sectores con ventajas competitivas claras? Consultado sobre ese debate, Rappallini fue directo: “Que el mercado defina qué industrias pueden crecer, pero que todos compitan con la cancha nivelada”. Es decir, sin ventajas artificiales ni desventajas estructurales para quienes producen localmente. Ese es, en definitiva, el “delicado equilibrio” que la UIA busca mantener: respaldar el rumbo macroeconómico sin dejar de señalar que aún falta para que la industria argentina pueda jugar en condiciones justas.
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