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Concordia » Realnoticias
Fecha: 03/06/2025 16:04
Dicen los sabios más avanzados en edad, esos que viendo solamente una nube pueden afirmar sin errar que va a lloviznar o se va a caer el mundo abajo, que Santiago del Estero es el mejor lugar de la Argentina para dormir. Que en ninguna otra provincia se logra conciliar el sueño tanto como ahí. Sin embargo, esta creencia popular tuvo una desmentida tan fuerte como categórica: en las últimas horas, hubo un grupo de miles de locos soñadores vestidos con camiseta marrón que pusieron patas para arriba lo que muchos locales sostenían con contundencia… Es que ellos, en el éxtasis absoluto de la felicidad, solo cerraron los ojos para parpadear (y eso que lo hicieron poco para no perderse de ningún momento). Es curioso, porque estos sujetos que en la parte izquierda del pecho tienen un escudo con las iniciales CAP en realidad están en sus propios sueños, pero sin dormir: viven esas horas que tanto imaginaron durante años y años, esas a las que algunos antepasados no llegaron. No es casualidad que a alguno se le caiga una lágrima en el vuelo de regreso a casa al ver fotos de la noche histórica en el celu. Ellos, los del Platense campeón, los que siguieron de largo de domingo para lunes, son los jugadores y los hinchas, que a esta altura ya funcionan como un conjunto, como Orsi y Gómez: los de adentro juegan y dejan la piel como cualquiera de los que alienta desde afuera. Por eso, mientras el papá y el hijo siguen abrazados en la tribuna del Madre de Ciudades recordando al abuelo que tanto fantaseó esto y hoy festeja desde arriba, Nacho Vázquez switchea de guerrero estilo romano (fue el jugador con más duelos ganados en el Apertura) a sensible y se sube con lágrimas en sus ojos al micro, segundos después de abrirle su corazón a Olé y contarle que «daría mi vida para que mi abuelo esté acá y me vea campeón, pero sé que desde donde está, está festejando». Es el mismo capitán y líder del Calamar quien, apenas bajado en el hotel (estaba un poco alejado de la zona urbana, sobre la ruta), se volvió a poner la cinta para dirigir parte de los festejos del equipo que logró la histórica primera estrella. Ahí, mientras algunos atinaban a ir picando algo entre trago y trago en la parte del comedor, él agarró un micrófono, se paró detrás de la barra en la que estaba la comida en esos contenedores que la mantienen caliente, arengó a sus compañeros y hasta se animó a cantar parte de la música que estaba a cargo de los más jóvenes. No se había bañado ni cambiado: seguía teniendo la camiseta de juego por debajo de la de campeón. Algunas horas después, posó para la típica foto durmiendo en la cama abrazado a la copa. Hinchas de Platense esperando a los campeones en Vicente López (Francisco Loureiro) Ese trofeo, brillante como un espejo y con las orejas similares a las de la Champions, pasó lógicamente por todas las manos en el vestuario, pero encontró un novio que no lo soltó en la salida del estadio: fue el Pájaro Schor, con frío porque salió en cuero a la parte del anillo previo al estacionamiento, el que se hizo cargo y prometió tatuárselo en una de sus piernas (por ahora, no quiere saber nada con raparse). Ahí, mientras los hinchas en Santiago desalojaban lentamente el Madre de Ciudades para iniciar una caravana al centro (y de ahí a llenar los restaurantes, donde alteraron la calma habitual para cantar golpeando los cubiertos contra la mesa) y en Saavedra se concentraban otros miles para celebrar la llegada del día soñado, el plantel siguió con su fiesta rumbo al micro, saltando todos juntos y gritando dos de los grandes hits de la noche. Primero, «porque este año, desde Saavedra salió el nuevo campeón» y, después, «que de la mano de Orsi y Gómez, todos la vuelta vamos a dar». El micro de Platense al llegar a Vicente López. (Francisco Loureiro). El micro de Platense al llegar a Vicente López. (Francisco Loureiro). Cozzani efusivo, Ronaldo Martínez sin soltar la bandera de Paraguay, el héroe Mainero todavía sin caer de golazo que había hecho (más allá de que siempre intenta patear) y demostrando sus habilidades de baile, un Juani Saborido que seguía llorando y casi no podía hablar, Taborda disfrutando con amigos de Gualeguay dentro del campo y siendo de los más fiesteros afuera, Orsi con más lágrimas por salir, Gómez que seguía empapado de la conferencia… Algo que siguió en la vuelta a Buenos Aires, donde alrededor de las 20 fueron todos fueron recibidos por una multitud en Aeroparque y en Saavedra. Favio Orsi en la parte delantera del micro (Francisco Loureiro). Hinchas de Platense esperando a los campeones en Vicente López (Francisco Loureiro) Para los jugadores y los hinchas de Platense, estaba más que justificado festejar y romper con la creencia popular santiagueña. Porque dormir fue lo único que no hicieron… Santiago del Estero (enviado especial). Mirá los videos Platense – ¿Quién se queda con la tapa de Olé de Platense campeón? Los hinchas del Calamar aguardan por el plantel en el Parque Saavedra. Video: @nicolaroccanarvaez Platense – ¿Cuántas veces pensaste que Platense iba a ser la tapa de Olé por ser campeón? La emoción y el placer de este hincha que va a recibir a su Calamar campeón en el barrio de Saavedra. Video: @nicolaroccanarvaez Platense – ¡Llegó el campeón a Saavedra! Platense – Los pibes todos de la cabeza yendo a la plaza del barrio El plantel de Platense ya se dirige al Parque Saavedra Platense – ¡Platense llegó al Parque Saavedra! Ante una multitud de aproximadamente 10 mil personas, el plantel del Calamar ya realiza en micro la vuelta olímpica al Parque del barrio. Mirá también El presidente de Platense reconoció el interés de Boca por una figura del equipo campeón Mirá también ¡No te pierdas el poster doble de Platense campeón del Apertura! Mirá también Guido Mainero ganó el Premio Chamigo de la gran final del Torneo Apertura
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