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Concepcion del Uruguay » La Calle
Fecha: 03/06/2025 12:02
Cada 3 de junio, Argentina se une en la conmemoración del «Ni Una Menos», un movimiento que nació de la indignación colectiva tras el femicidio de Chiara Páez en 2015. Este día no es solo un recordatorio, sino una llamada urgente a visibilizar y erradicar la violencia de género que sigue cobrando vidas en todo el país y, lamentablemente, también en nuestra provincia. Según datos del Registro Nacional de Femicidios de la Justicia Argentina, en 2024 se registraron 247 víctimas letales de violencia de género a nivel nacional. En Entre Ríos, la cifra asciende a 7 femicidios directos, una estadística que nos golpea de cerca y nos obliga a no bajar los brazos en la lucha contra esta problemática. Cada número representa una vida truncada, una familia destruida y una comunidad que sufre. En nuestra provincia, de esas 7 víctimas, 6 eran mujeres y 1 era una mujer trans/travesti. La tasa de femicidios directos en Entre Ríos fue de 0,96 cada 100.000 mujeres, lo que significa que cada 104.215 mujeres enfrentan esta terrible amenaza. La edad promedio de las víctimas fue de 46,4 años, todas ellas argentinas. Es crucial destacar que al menos una de las víctimas había sido reportada como desaparecida, lo que subraya la importancia de actuar rápidamente ante cualquier señal de alerta. Entre las víctimas, al menos dos presentaban condiciones de interseccionalidad: una con consumo problemático de sustancias y otra en un contexto de ruralidad. Estos factores nos muestran que la violencia de género se manifiesta de manera diferente en cada situación y que debemos abordar el problema desde una perspectiva integral y sensible a las particularidades de cada caso. En 6 de los casos, existía un vínculo previo entre la víctima y el agresor: parejas, ex-parejas o conocidos. Solo en dos casos había convivencia entre ambos. En un caso, el agresor era desconocido para la víctima, y en otro, no fue identificado. Estos datos resaltan la complejidad de las relaciones violentas y la necesidad de estar atentos a las señales de alerta en nuestro entorno. Es alarmante que, en dos de los casos, existían antecedentes de violencia de género por parte de los agresores. Una de las víctimas contaba con medidas de protección vigentes al momento del femicidio, mientras que otra las había tenido, pero ya habían vencido. Esto nos indica que las medidas de protección no siempre son suficientes y que debemos fortalecer los mecanismos de prevención y seguimiento. La conducta de los agresores después del hecho es variada: suicidio, fuga, ocultamiento del cuerpo, o incluso simulación de un robo. Estas acciones reflejan la impunidad y la falta de conciencia sobre la gravedad de sus actos. Como sociedad, debemos condenar enérgicamente estos crímenes y exigir justicia para las víctimas y sus familias. El «Ni Una Menos» sigue siendo un grito de esperanza y un llamado a la acción para construir un futuro libre de violencia de género en Concepción del Uruguay y en toda Argentina.
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