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  • Ni una menos, 10 años de historia

    Gualeguaychu » El Dia

    Fecha: 03/06/2025 07:59

    En 2015 ocurrió la primera movilización con la consigna que transformó para siempre la vida de mujeres y diversidades: "Ni una Menos”. Vivas y Libres nos queremos. La trascendencia de esa síntesis se grabó en un grito de hartazgo en cada rincón de nuestro país y del mundo con la potencia de la movilización en las calles que convirtió el dolor individual en un sentir colectivo que nos hermanó con objetivos claros: plantar una bandera que instale en la agenda pública una problemática naturalizada y sin ninguna respuesta por parte del Estado. Nos matan por ser mujeres. Moviendo estructuras, mostrando estadísticas y reclamando al Estado que tome nota que en nuestro país una de nosotras es asesinada por ser mujer en cuestión de horas. La figura de femicidio, hoy negada por quienes nos gobiernan, irrumpió y cambió el paradigma de la justicia para reparar tanto dolor atravesado en soledad. Las políticas públicas empezaron a llegar nombradas en palabras que desnudaban problemáticas históricas: la matriz económica de la desigualdad, el lenguaje que ni siquiera nos nombraba, las violencias que precedían al femicidio y que no las detectábamos, el silencio cómplice del confort que brinda el "yo no me meto". Llegaron las leyes, los recursos del Estado (nunca suficientes), la conversación en la mesa de casa, en la charla de amigas y amigos, en la escuela. Sí, el Ni Una Menos llegó a la escuela para hablar de lo necesario y urgente con nuestros gurises, quienes nunca fueron ajenos a este flagelo. Conocimos los nombres de cada mujer que nos arrancaron, le pusimos rostro, buscamos justicia. Ya no estábamos solas, ya no. Incorporamos el sentido de pertenencia a lo colectivo reafirmando nuestro género, construyendo identidad. Pasamos al frente en la búsqueda de justicia. Nada nuevo en la historia de nuestra Patria: mujeres buscando verdad, memoria y justicia. Tan importante fue la política pública que llegaron respuestas a situaciones complejas y diversas, tantas como existen cuando se vive en contexto de violencia de género. Programas que hoy el presidente Milei elimina y lo cuenta con orgullo, con “engaña pichanga” de que este ajuste significa un bien para la sociedad, cuando la realidad muestra que estamos cada día peor y no justamente por el escaso presupuesto a las políticas de género. El Estado hoy retirado sólo promueve odio y busca desacreditar una lucha que la mismísima realidad nos muestra. Según las estadísticas del Observatorio de Género los femicidios entre el 3 de junio de 2015 y el 25 de mayo de 2025 son: 2.827 femicidios (2.543 directos y 284 vinculados) 1 femicidio cada 31 horas. En el 85% de los casos el femicida pertenecía al círculo íntimo o era conocido de la víctima. El 64% de los casos tuvieron lugar en la vivienda de las víctimas. El 17% (2 de cada 10) de las víctimas de femicidio habían realizado al menos una denuncia y el 10% (1 de cada 10) tenían una medida de protección judicial. Al menos 2.507 niños y niñas quedaron huérfanos. El 23% de las jóvenes asesinadas fueron desaparecidas con anterioridad, y el 21% de ellas sufrió ataques contra su integridad sexual. En lo que va del 2025 hubo 108 femicidios en Argentina. Y ante esto, recorte y ajuste, odio y negligencia. Ni Una Menos encierra un grito y un llanto, una mirada de complicidad, un mensaje preguntando a mi amiga si llegó bien a su casa por el miedo que conocemos. Ni Una Menos seguirá siendo nuestra voz, aunque crean que nos callan quienes se sienten omnipotentes en tiempos de cortos registros, en tiempos veloces. 10 años construyendo sentido, buscando la libertad de caminar sin miedo cuando vamos solas. Porque libertad es caminar sin miedo, libertad es dejar de contarnos muertas para cantarnos vivas. La libertad es la política pública pensada desde la base desigual en la que vivimos. Es la idea de dejar un mundo mejor a nuestras infancias, mejor que el que nos tocó habitar. Es salir de la zona de confort para no ser indiferente a las violencias y tender redes para que ninguna de nosotras sienta la soledad de la indiferencia. Seguimos en marcha, no crean que nos han detenido. Vivas y libres nos queremos.

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