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Parana » Informe Digital
Fecha: 03/06/2025 03:33
SAN CARLOS DE BARILOCHE.- La monensina es un aditivo de amplio espectro ampliamente utilizado en el sector ganadero para el engorde del ganado vacuno. Sin embargo, trata de un tema delicado, dado que la dosis letal se aproxima a la terapéutica. Esto motivó un desarrollo científico en el que participaron expertos del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet), lo que permitirá prevenir la mortalidad de las vacas y mejorar notablemente el rendimiento productivo. Como explican los responsables del estudio, la monensina se administra principalmente a las vacas por diversas razones: evita, por ejemplo, que sufran de acidez (un problema común debido al tipo de alimentación basada en granos), previene el empaste al pastorear alfalfa y les permite alcanzar su máximo potencial en la producción de leche y carne. Para su administración, se añade al alimento balanceado. Aunque es uno de los aditivos más utilizados a nivel global, su uso conlleva riesgos: un leve error de cálculo puede resultar en la muerte de cientos de animales y provocar pérdidas económicas millonarias para el sector agropecuario. “Lo que hacemos es un poco detectivesco. Buscamos asegurar que la dosis de monensina sea la adecuada, que haya ausencia en los casos necesarios y que no haya sobredosificación en las muestras de alimento balanceado que nos llegan, de modo que ningún animal sufra consecuencias fatales”, afirma Lorena Rossini, científica del Conicet en el Instituto de Desarrollo Tecnológico para la Industria Química (Intec). A fines de 2024, Rossini fue consultada por Leandro Mohamad, responsable en Argentina de Rock River, un laboratorio de análisis agropecuarios que forma parte de una red global con sede en Estados Unidos. Mohamad le explicó que existía una demanda insatisfecha en su área: cuando recibía muestras de alimento balanceado para verificar el contenido de monensina, las enviaba al único laboratorio de análisis clínicos en Argentina que realizaba dicho estudio. Los resultados tardaban al menos un mes. Dado que Rossini forma parte de la Carrera del Personal de Apoyo (CPA) del Conicet y se especializa en cromatografía, Mohamad quiso saber si era posible obtener resultados confiables en un tiempo menor. Muestras de alimento balanceado para vacas con las que trabajan en el IntecGentileza La cromatografía es una técnica que permite separar los componentes de una muestra e identificar si están presentes en alta, baja o nula concentración. “Usar un cromatógrafo es un verdadero arte. En este caso, empleamos un cromatógrafo conocido como HLPC (High Performance Liquid Chromatography). Para analizar las muestras sólidas de alimentos, fue necesario extraer el principio activo con un líquido compatible con el sistema de cromatografía. Esto lo logramos mediante un tratamiento previo de la muestra, que incluyó extracción con solvente, seguida de centrifugación y filtración. Así, la muestra pudo ser inyectada al cromatógrafo. Logramos separar, identificar y cuantificar la monensina en 15 minutos”, subrayó Rossini. El Intec cuenta con varios equipos de cromatografía en su sede y los utiliza desde hace años para caracterizar muestras relacionadas con cuestiones ambientales, agua, plaguicidas y otros usos. Actualmente, la técnica relacionada con la monensina está perfeccionada y el Intec ofrece el Servicio Tecnológico de Alta Complejidad (STAN), proporcionando resultados confiables del nivel de monensina en una muestra mediante comparación con estándares, en un plazo de entre uno y tres días. “Gracias a la colaboración con el Intec, logramos satisfacer una necesidad que no estaba cubierta en tiempo y forma en Argentina, brindando un servicio de alta calidad que, en casos urgentes, puede ofrecer resultados en un solo día. Hace unas semanas, por ejemplo, recibimos muestras de dos caballos de carrera que habían fallecido en Misiones, por presunta contaminación del alimento. A través de esta técnica, pudimos determinar que el alimento no fue la causa de su muerte. Esto permite esclarecer incluso casos así”, relató Mohamad, destacando que la respuesta de los expertos del Intec ha sido fundamental para atender las necesidades de los productores agropecuarios y la industria. Lorena Rossini, responsable del servicio brindado a Rock River Laboratorygentileza Por su parte, Rossini enfatizó: “Logramos resolver esta necesidad y brindar seguridad a la industria. La dinámica fue muy positiva y enriquecedora para todos, científicos y empresarios. Cada semana recibimos al menos tres muestras de plantas de alimento balanceado. A raíz de los resultados exitosos, incluso una empresa privada se ha puesto en contacto para realizar ensayos de estabilidad a largo plazo de un antibiótico llamado salinomicina, para su uso en fórmulas veterinarias. Esto significa que tenemos trabajo por delante durante al menos dos años. Todo esto me reconforta como científica, ya que siento que estoy contribuyendo y cumpliendo un rol valioso en una industria de gran importancia.”
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