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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 02/06/2025 16:37
Los textos que dejó la mujer que mató a su hijo en Florencio Varela Los forenses encontraron dos papeles de fondo liso, del tamaño de un anotador, cuando revisaron a la mujer que mató a su hijo de 6 años y se suicidó en Florencio Varela. En la foto a la que pudo acceder Infobae, se ve que están algo arrugados y pareciera que se mojaron, porque hay alguna que otra parte borroneada de la carta que dejó la filicida. Tienen su firma y van dirigidos al padre de la víctima, pareja de la asesina. “Ya podés disfrutar la vida”, es una de las frases que le escribió al padre de su hijo M.A.L., la ama de casa de 47 años, que baleó al niño con un trastorno del espectro autista y después se quitó la vida: un tiro le rozó el cráneo y luego se dio un disparo mortal en el tórax. El chico agonizó por varias horas. Su padre lo halló aún con vida el viernes pasado cuando llegó a su casa de Florencio Varela a las 18.30 después del trabajo, pero cuando arribó la ambulancia ya no respiraba. La data de muerte de ella era de cuatro horas antes, el tiempo que peleó por su vida el chiquito. Los textos muestran recriminaciones de la mujer, un reflejo de la depresión que sufría y que era una patología que tenía múltiples antecedentes en su familia. M.A.L. ya había intentado suicidarse hace algunas décadas, según pudo saber este medio. La mujer y su hijo Además, desde la familia indicaron que la situación emocional de la mujer se había agravado por la dificultad de cuidar a su hijo, diagnosticado con un trastorno del espectro autista. Las cartas parecen escritas en tiempos diferentes: uno con birome, de letra menuda y de corrido. El otro con fibra y caligrafía más grande. Hay dos pequeñas manchas de sangre en uno de los papeles. Aquí la transcripción del primero de los textos: "Mundo de hipocresía. Ya podés volver con tu compu, tus instrumentos y tu vida, donde todos te idolatran creyendo que sos una gran persona. Ya no tendrás que esconder tu celu, ni borrar los mensajes. Me cansé que seamos invisibles, de callar para que no explotes, de no poder opinar nada porque vos querés otra cosa. Pero ya está, ya no hay nada más que decir... Antes de juzgarme, perdoname por haberte sacado de nuestras vidas y dejarte libre. “Ya podés disfrutar la vida” no tendrás que viajar más...“. El otro texto, el que está escrito con fibra azul, dice: “Y ya no te molestaremos más. Ya nada que decir. Por amor te dejo libre... Y te perdono: no porque lo merezcas, sino para irme en paz conmigo misma”. Las datas de muerte primero generaron confusión entre los investigadores, que en la escena del hecho hallaron dos armas: un revólver calibre .22, hallado sobre la cama, con dos vainas servidas y un proyectil intacto; y un revólver calibre .38 Colt, sin municiones, que estaba guardado en un ropero. Ante esto, el fiscal Darío Provisionato, titular de la Unidad Funcional de Instrucción Nº1 de Florencio Varela, había pedido rastrear los movimientos de la tarjeta SUBE del padre del niño asesinado. También tomarle declaración a su empleador de la localidad de Munro, para que confirmara si -tal como explicó- se había presentado a su puesto como tornero ese viernes de la tragedia. Con la información chequeada y la mecánica del hecho resuelta por los peritos, las cartas fueron la clave para establecer que había sido la mujer quien había matado a su propio hijo: primero le disparó al niño y luego se suicidó, sin darse cuenta de que el chiquito aún tenía signos vitales.
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