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  • REVIEW | The Precinct - El crimen no paga suficiente

    Buenos Aires » Infobae

    Fecha: 02/06/2025 14:49

    The Precinct, de Fallen Tree Games. Sé que voy a sonar increíblemente viejo al decir esto, pero gran parte de mi infancia está marcada por las clásicas series policiales de finales de los ‘80 y principios de los ‘90. Kojak, Las Calles de San Francisco o División Miami, solían ocupar los ‘prime time’ en la televisión, manteniendo a grandes y chicos pegados a la pantalla durante horas. A decir verdad, no entendía mucho lo que pasaba, pero las persecuciones a toda velocidad por estrechos callejones y los tiroteos se quedaron grabados a fuego en mi memoria. The Precinct, el nuevo trabajo de Fallen Tree Games, es un videojuego que justamente pretende homenajear todo eso, con el aliciente de que en lugar de jugar como un criminal, nos pone del lado del duro brazo de la ley. The Precinct es como un GTA al revés, o dicho de otro modo, la antítesis de American Fugitive, el anterior trabajo del estudio. El título nos pone en los zapatos de Nick Cordell Jr. un joven cadete que ingresa al cuerpo de policía de Averno City, una ciudad sumida en el caos, la corrupción y el crimen. Nuestro protagonista, además de llevar ante la ley a cuanto criminal se cruce en su camino también tiene una motivación extra: descubrir el misterio detrás del asesinato de su padre. Resulta que el Señor Cordell es considerado una institución por lo que su muerte no pasó por alto, pero a nadie parece interesarle demasiado ahondar en ello, por lo que nos tocará arremangarnos y ponernos manos a la obra. A golpe de vista, el juego remite al título de Rockstar Games, pero después de unas horas esa comparación comienza a desvanecerse. Sucede que estamos frente a una suerte de ‘simulador’ con un importante toque arcade, que representa la rutinaria vida de un policía en Estados Unidos a principios de los ‘80, con todo lo que conlleva. Los primeros compases de la propuesta se sienten como un extenso tutorial donde se nos enseñan los conceptos básicos. Estoy hablando de poner multas a vehículos mal estacionados, detener a los vándalos que pintan grafitis, arrestar a criminales peligrosos y conducir el patrullero a toda velocidad pero evitando matar a los habitantes de Averno en el proceso. The Precinct, de Fallen Tree Games. El juego está estructurado en turnos donde durante una determinada cantidad de horas debemos llevar a cabo estas diferentes tareas, una y otra vez en zonas específicas de la ciudad. Ahora, si bien podemos atenernos a las órdenes recibidas, también podemos dedicarnos a realizar algunas actividades secundarias como por ejemplo participar de carreras clandestinas, realizar saltos acrobáticos a bordo de vehículos o buscar diferentes coleccionables. Todo lo que hagamos durante la jornada laboral -o incluso fuera de ella- se traduce en puntos de experiencia para nuestro protagonista que subirá de nivel y podrá adquirir nuevas habilidades y equipo, como si de un RPG se tratase. Cuando digo que The Precinct es un ‘simulador’ me refiero a que por cada acción realizada recibimos una calificación que depende de qué tan bien sigamos los procedimientos. Es importante leer los derechos de la persona arrestada, no hacer uso de la violencia a menos que sea estrictamente necesario, revisar siempre los bolsillos del sospechoso en busca de evidencias y en caso de que alguien muera, meterlo en una bonita bolsa de plástico negra. Algo similar sucede con las multas de tránsito, donde la mecánica involucra identificar el tipo de infracción cometida. No es lo mismo dejar una multa por que se agotó el tiempo del parquímetro a la de un vehículo mal estacionado o que circula a toda velocidad. Estos detalles confieren al juego cierta profundidad, aunque conforme pasan las horas, se vuelve extremadamente mecánico y rutinario. De hecho, Nick Cordell Jr. lleva consigo una libreta que representa una suerte de pequeño vademécum de cómo comportarse ante cada infracción. Ahí se detalla qué procedimientos se deben seguir, a quién registrar, cuándo revisar documentos o realizar una prueba de alcohol, entre otras tantas cosas. También cuenta con un apartado acerca de no abusar del uso de la violencia, un punto interesante que nos recuerda que estamos del lado de los buenos, al menos en teoría. En este sentido, nuestro protagonista puede disuadir a los criminales mediante la voz, aunque si hace falta también puede hacer uso de una porra o una pistola taser. The Precinct, de Fallen Tree Games. Eventualmente, la trama avanza hasta un punto donde la ciudad de Averno se abre por completo. A partir de entonces, el objetivo principal consistirá en desarticular a dos bandas criminales, comenzando por los matones de poca monta, hasta llegar a los jefes. Sin embargo, esto no será tan simple como coser y cantar, sino que será necesario conseguir evidencias arrestando a los secuaces que infestan las calles. El problema es que se necesitan varias pruebas para iniciar un caso y la aparición de las mismas es demasiado aleatoria. Esto evidencia un claro desequilibrio en la progresión en términos de estructura lo que deriva en un loop increíblemente repetitivo. Al volante las cosas cambian, ya que las persecuciones son realmente emocionantes. Los sospechosos suelen meterse por pequeñas calles y callejones que por algún motivo están llenos de tachos de basura y cajas de cartón que estallan a nuestro paso. Si las cosas se complican, podemos pedir patrulleros de refuerzo, apoyo aéreo para no perder el rastro de los criminales, o solicitar el despliegue de barricadas o bandas de clavos con las que reventar los neumáticos de los coches. Por supuesto, en caso de que nuestra patrulla se deteriore a causa de las embestidas, es posible requisar vehículos civiles para continuar con la cacería. De más está decir que todo esto podría funcionar mucho mejor si el modelo de conducción resultase un poco más agradable y sólido. En mi experiencia, hubo momentos de muchísima frustración, en especial con los coches más rápidos, ya que se siente como si se deslizan sobre el asfalto. El control tampoco es bueno y las físicas -por momentos- parecen inexistentes. Tampoco es que los vehículos sean inmanejables, pero se nota una clara falta de pulido que se hace evidente cuando se toma en cuenta que estoy hablando de un videojuego donde la mayor parte del tiempo nos la pasamos conduciendo. The Precinct, de Fallen Tree Games. Todo esto provocó que durante las persecuciones terminé provocando más daño que el criminal al que estaba persiguiendo. Con suma frecuencia estrellaba mi patrulla contra vehículos estacionados, derribando postes de luz, semáforos, e incluso atentando contra la vida de los peatones. Se trata de una cuestión discordante porque, como organismos encargados de hacer cumplir la ley, la seguridad de los civiles y de la ciudad es nuestro principal objetivo, pero no siempre es así. Lo que es un alivio, es que la inteligencia artificial transforma a los habitantes de Averno en campeones olímpicos de acrobacias lo que les permite esquivar los autos que pasan a toda velocidad. No obstante, terminé enviando a mucha gente al más allá ya que no siempre eran lo suficientemente rápidos para saltar. La primera vez que esto sucedió, tenía mucha curiosidad por saber cómo reaccionaría el videojuego ante estas situaciones, pero la respuesta fue algo lamentable. The Precinct sólo se limitó a darme un tirón de orejas y a descontar una pequeña cantidad de puntos de experiencia al final de la persecución. De hecho, prácticamente no hay penalizaciones, salvo cuando me empeñaba en hacer que Cordell actuase de forma estúpida, disparando deliberadamente a transeúntes o a los criminales que se habían rendido. En este sentido, la inmersión se rompe de forma inmediata y no hay mucha diferencia entre estar de una lado de la ley u otro. En cuanto a las secuencias de tiroteo, también dejan un poco que desear. El sistema de apuntado y cobertura resultan poco efectivos y se sienten como una carga más que un disfrute. En particular, sólo recurrí a la violencia extrema cuando el juego así lo determinaba o cuando una situación se salía de control y las armas de fuego eran la única forma de manejar las cosas. En este sentido, también se rompe un poco la inmersión, ya que conforme sube de nivel, el protagonista gana acceso a un arsenal de guerra que incluye rifles de francotirador, fusiles de asalto, una AK-47 y un pistolón que haría palidecer al propio Harry el Sucio. De todos modos, debo reconocer que esto añade un poco de variedad a las balaceras y hacer volar a un criminal de un escopetazo en el pecho es algo que no pasa de moda. The Precinct, de Fallen Tree Games. Técnicamente, The Precinct funciona bien. El apartado visual está muy bien logrado, con una ciudad pequeña, pero llena de detalles. Los callejones y los oscuros rincones de Averno crean una atmósfera muy evocadora, sobre todo de noche, cuando la luz de la luna brilla sobre el pavimento. En cuanto a lo auditivo, hay algunos matices. Por un lado, la musicalización es interesante, con melodías muy propias de los ‘80 que se enriquecen de los sonidos propios de un entorno urbano y de las conversaciones que se escuchan por la radio de la policía. Por el otro, las actuaciones de voz son muy irregulares y confieren a los diferentes NPC con los que interactuamos personalidades muy estereotipadas. Al margen de ello, lo cierto es que se trata de un videojuego interesante, aunque ofrece una experiencia fluctuante. Está claro que el objetivo de Fallen Tree Games consistía en dar vida a un sentido homenaje a las películas y series policíacas de los años ‘80 y ‘90, algo que por momentos logran con creces. Al fin y al cabo, el juego está impregnado de guiños y referencias, con una trama detectivesca que actúa como el telón de fondo para una sucesión de misiones variadas que involucran persecuciones y tiroteos, que inevitablemente tienden a volverse repetitivas. Luego de haber pasado unas 20 horas con The Precinct y de hacer todo lo que el juego tiene para ofrecer, me fue inevitable pensar de lo pequeño en números que es el proyecto. Está claro que al equipo de Fallen Tree Games no le falta ambición, algo que se hace evidente cuando se trazan paralelismos con las primeras entregas de la saga GTA. Es cierto que adolece de algunos problemas técnicos y de una jugabilidad que se vuelve increíblemente mecánica con el paso de las horas. Aún así, recorrer las calles de la ciudad tiene su encanto y tomar parte de persecuciones a toda velocidad resulta caótico, pero también espectacular y divertido. Pero lo más importante es que si logramos poner a ese criminal que huye tras las rejas, habremos hecho de la ciudad de Averno un lugar mejor para vivir. 7 El brazo duro de la ley The Precinct es una propuesta que homenajea a las series y películas policiales de los años ‘80, con una experiencia fluctuante y algo repetitiva, una ciudad con una atmósfera muy bien lograda y persecuciones a toda velocidad. Revisado en PC Plataformas: PC PlayStation 5 Xbox Series S Xbox Series X

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