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Parana » Informe Digital
Fecha: 02/06/2025 07:30
El maíz fue el protagonista indiscutido. El Congreso de Maizar, realizado el pasado miércoles en Buenos Aires, centró su atención en la necesidad de mejorar la competitividad del cultivo y de toda su cadena de producción. No es casualidad que el lema del encuentro haya sido “Más Valor”. Se hizo hincapié en la importancia de aumentar el grado de elaboración del grano en diversas aplicaciones: proteína animal, biocombustibles, energía, plásticos y otros productos industriales. La propuesta se fundamenta en que, a diferencia de otros grandes productores como Brasil o Estados Unidos, Argentina exporta un 65% de su cosecha en forma de grano. ¿Es equivocado exportar grano? En absoluto: el maíz posee un notable valor agregado gracias al desarrollo genético de los híbridos, así como a la fertilización y al avance de la maquinaria agrícola utilizada durante todo el proceso. Sin embargo, la idea del “agregado de valor” busca estimular el desarrollo en aquellos lugares donde más se necesita: en las comunidades y provincias más alejadas de los grandes centros urbanos. En el marco del Congreso, varios paneles destacaron, entre otros temas, el relacionado con el etanol. Por ejemplo, se mencionó que productores de General Villegas tienen un proyecto listo para construir una planta de biocombustible. Su principal obstáculo es la incertidumbre política respecto al porcentaje de etanol que se mezclaría con las naftas. Actualmente, se establece un corte del 12%, mientras que los proyectos en el Congreso, respaldados por las provincias productoras, buscan elevarlo al menos al 15%. Además, se sugirió que Argentina podría adoptar una postura más audaz llevándolo al 27%, como sucede en Brasil, donde el biocombustible convive y compite eficazmente con la industria petrolera y azucarera, mientras que en nuestro país la poderosa industria automotriz no obstaculiza su desarrollo. A pesar de las dificultades, el futuro del maíz parece prometedor. Según datos de Gustavo López, analista del mercado de granos, actualmente es el único cultivo que presenta márgenes positivos en casi todas las regiones agrícolas del país. Se prevé que el área sembrada aumente en 400.000 hectáreas para la campaña 2025/26. ¿Podría ser aún más? Las indicaciones son positivas, siempre que el Gobierno decida retroceder en su anuncio de que a partir del 1° de julio, los Derechos de Exportación (DEX) del cereal se incrementarán del 9,5% al 12%. Aunque especialistas y muchos productores temen que la administración de Milei aplicará a maíz y soja la misma estrategia que a trigo y cebada, retrasando la baja, los funcionarios que afirman que los DEX volverán a aumentar podrían estar perpetuando un escenario de estancamiento para el cereal. Ramiro Costa, economista jefe de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, alertó sobre la situación del maíz: la producción está estancada. Sin contar los daños causados por la sequía y la chicharrita, la cosecha apenas logra superar los 50 millones de toneladas. También añadió una cifra preocupante: a pesar de que el maíz presenta la mayor proporción de alta tecnología (34%) en comparación con otros cultivos—como girasol (29%) y soja (24%)—este segmento ha ido retrocediendo en los últimos siete ciclos agrícolas. En la campaña 2017/18, el nivel tecnológico alto representaba el 55% de la producción, según el Relevamiento de Tecnología Agrícola Aplicada (Retaa). La evidencia sugiere que este retroceso tecnológico se debe a la persistencia de las retenciones. ¿Qué podría suceder si se optara por un camino opuesto? Según las estimaciones de Costa, sin los DEX, Argentina podría aumentar su producción de maíz en 14 millones de toneladas, alcanzando un total de 64 millones. Además, un análisis realizado con inteligencia artificial indica que podrían generarse 28.000 nuevos puestos de trabajo a partir del impulso al maíz. “El costo fiscal de eliminar las retenciones es apenas del 0,11% de la recaudación, unos 700 millones de dólares”, aclaró Costa. Este costo podría ser fácilmente compensado con un mayor aporte del impuesto a las Ganancias o del IVA, por ejemplo. El Gobierno sostiene que necesita fortalecer el superávit fiscal antes de reducir impuestos, para evitar la necesidad de volver a aumentar las retenciones. Aunque este enfoque puede ser válido en el corto plazo, a mediano y largo plazo, el desarrollo que puede aportar la agricultura se verá limitado.
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