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  • Franco Colapinto: apenas una tardía y pequeña alegría en un fin de semana problemático en el Gran Premio de España

    » TN corrientes

    Fecha: 02/06/2025 02:40

    Fórmula 1 Franco Colapinto: apenas una tardía y pequeña alegría en un fin de semana problemático en el Gran Premio de España Domingo, 1 de junio de 2025 El pilarense finalizó 15° y ya pone el foco en la cita de Canadá, dentro de dos semanas BARCELONA.- De repente, el auto de seguridad propiciado por el abandono y la detención en la leca de “Kimi” Antonelli (Mercedes) revitalizó la carrera de Franco Colapinto. Era la vuelta 55 del Gran Premio de España y estaba 18º, a unos 20 segundos por detrás de su rival más próximo. El reagrupamiento que se produjo en las cinco vueltas que duró el “safety car” terminó por darle sentido a una tarde que, hasta ese entonces, parecía perdida para él. Cuando se relanzó el pelotón en la vuelta 60, Franco, que había aprovechado esas rondas a velocidades moderadas para entrar a boxes y recibir un juego de neumáticos blandos, salió con todo ímpetu hacia el final. Y ese final fue de aceleración a fondo. A todo o nada. A espaldas del Williams de Carlos Sainz mantuvo diferencias, pero el español se alejó después de pasar a Esteban Ocon, que estaba con neumáticos medios. En la última vuelta, saliendo mucho más rápido de la curva que da a la recta principal de Montmeló, Franco superó al Haas de Ocon. Una tardía y pequeña alegría. Hasta ese momento, el Gran Premio tenía todo el colorido que se espera de una fiesta “a la española”: 300.000 espectadores durante todo el fin de semana y 126.000 el domingo. VIPs que nadie conoce entran y salen de los “hospitalities” como Pedro por su casa, porque son quienes ponen el dinero; deportistas llegan para admirar a otros deportistas. Entre ellos, futbolistas como Harry Kane, del Bayern de Múnich, Jude Bellingham, del Real Madrid y, como invitada especial de Alpine, la embajadora de Renault, Gabriela Sabatini. La extenista argentina se fotografió junto a Franco Colapinto y le dejó un consejo: “No olvides jamás por qué estás aquí y no dejes de hacer aquello que te gusta”. Unas tres horas más tarde, tras una carrera en solitario que lo dejó en la 15ª posición, el pilarense, a pesar de un resultado modesto, mostraba que puede ser rápido cuando es necesario. Con gomas blandas nuevas, marcó su mejor tiempo, 1m18,343, en la vuelta 41. Su compañero Pierre Gasly, ya casi sin nafta en el coche, marcó 1m17,896 en la vuelta 63, con 23 giros menos de combustible. La estadística dirá que esta carrera la acabó 15º, tercer Gran Premio consecutivo que termina como piloto de Alpine. No dirá que la desfavorable posición de largada se debió a un fallo en la transmisión de su Alpine el sábado en la Q1. Solo adelantó a Ocon en la carrera, y tanto el abandono de Kimi Antonelli y Alex Albon (Williams) como el recargo de 10 segundos a Oliver Bearman (Haas) por no respetar límites de pista lo ascendieron a esa posición final. En la habitual ceremonia del “corralito”, Colapinto, como es su costumbre, miraba a la pantalla de TV y no a los periodistas que le preguntaban. Y haciendo gestos de querer irse, hizo su balance: “No entiendo bien lo que pasó, obviamente no fue lo que queríamos... Se gastaban mucho las gomas delanteras y traseras. No pudimos controlar bien esa degradación. Fue una carrera larga... Hay que trabajar, entender lo que pasó... A veces íbamos más rápido, cerca de Pierre (Gasly), y en otros momentos perdíamos más tiempo”. Y agregó: “Llego mucho más cómodo a un circuito que no conozco (Canadá), conociendo el auto es un pasito más adelante. Queda trabajo por hacer y un fin de semana para entender”. En Barcelona había una hinchada argentina ruidosa en la tribuna frente a boxes que no dejó de vitorear a Franco y a Sabatini cuando se hicieron la sesión de fotos y una entrevista para TV frente al garage del argentino. Franco atrae a una entusiasta juventud que se ha acercado a la Fórmula 1, atraída por esa extraña combinación magnética de mate, humor canchero y velocidad vertiginosa. Ellos lo interpretan, lo disfrutan y quieren verlo ganar. “¡Vamos, nene!”, decía un cartel desde la tribuna frente a los boxes. Quizás sea la pancarta más acertada para darle ánimo, porque lo necesitaba y necesita. Este domingo, su carrera se complicó cuando en la vuelta 14, en su primera parada, le montaron un juego de neumáticos medios, banda amarilla, que muy pronto sufrieron lo que se denomina “graining” (granulado). Se trata de una formación de numerosos rollitos de goma en la banda de apoyo que quitan adherencia. Esos rollitos se forman por recalentamiento, pero luego se limpian si se reduce la temperatura, y así sucesivamente con cada aumento indebido de temperatura. Había casi 50ºC en pista y ese juego en particular de Colapinto resultaba muy sensible. De allí que durante toda esa segunda parte de la competencia, de repente podía copiar ocasionalmente los tiempos de su compañero Pierre Gasly, pero tenía que moderar el ritmo en cuanto retornaba el “graining”. Tampoco con sus mejores tiempos podía atacar a quienes le precedían: Carlos Sainz, Gabriel Bortoleto o Esteban Ocon. Y así se iba retrasando. El francés Gasly luchaba por conservar la octava posición desde la que había arrancado. El Alpine A525 no estaba en condiciones de desafiar a los cuatro grandes de la F1 actual: McLaren, cuyos pilotos luchaban contra el Red Bull de Max Verstappen, Ferrari y Mercedes. Con los vaivenes de las estrategias, Gasly fluctuaba entre la octava y la 13ª posición, para luego avanzar hacia el final. Después del coche de seguridad, entre el abandono de Antonelli y la sanción a Max Verstappen por chocar a George Russell, Gasly lograba cuatro puntos valiosos. La carrera había terminado. Franco se extrajo del habitáculo de su Alpine y tardó unos segundos en quitarse el casco. Se dirigió a la parte trasera del box, donde se quitó los guantes y las rodilleras. Con una toalla, se secó el abundante sudor producto del esfuerzo. Ya no había ruido de motores, pero sí llegaba al garage la música de jazz del sector de relajación o “chill out” que los organizadores habían instalado en medio del paddock, separando en dos la línea de hospitalities de equipos y autoridades. Allí, sentados a la sombra, algunos VIPs trataban de olvidar el calor sofocante que había hecho sudar al pilarense. Ellos se refrescaban con mojitos —una especie de caipiriña cubana— y analizaban una carrera que, en los últimos minutos, se había calentado demasiado por la acción de Max Verstappen al chocar a George Russell. Por ese sitio habían pasado antes de la carrera Pierre Gasly, con la camiseta del Paris Saint-Germain; Luca De Meo, presidente del grupo Renault, quien le comunicó a este enviado su entusiasmo por Argentina y su admiración por Franco. También apareció un triste Felipe Drugovich, el piloto brasileño reserva de Aston Martin, quien le comentaba a Mick Doohan —padre de Jack Doohan, piloto reserva de Alpine— que no entendía por qué Lance Stroll, piloto titular del equipo, no había renunciado a correr antes de las pruebas de clasificación. Stroll, que sufría terribles dolores en la muñeca derecha, decidió no participar recién el sábado por la tarde, impidiendo que Drugovich pudiera debutar. Y lleva tres años esperando. Doohan lo escuchaba mientras en la pantalla gigante de TV aparecía la imagen de Colapinto explicando otra tarde difícil para él. A lo largo de tres domingos consecutivos, Colapinto ha pasado por la preocupación tras su accidente en Imola, por la última posición de largada en Mónaco, por los inesperados fallos del equipo Alpine el viernes y el sábado, y por un ritmo comprometido por los neumáticos este domingo. Ahora le esperan unos días de descanso y de recargar energías, si fuera posible, mientras la carrera de Canadá en Montreal, el próximo 15 de junio, comienza a perfilarse en el horizonte. Domingo, 1 de junio de 2025

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