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» Nova Entre Rios
Fecha: 01/06/2025 20:45
Al menos 40 aviones de combate rusos han sido destruidos. Una operación sin precedentes de las fuerzas especiales ucranianas parece desmentir la famosa frase de Donald Trump al presidente Volodimir Zelenski, en la que afirmó que el líder ucraniano “no tiene cartas” para influir en el curso de la guerra. Tras la negativa de Rusia a cesar sus ataques contra Ucrania, la aviación estratégica rusa, parte de su “escudo nuclear”, sufrió un duro golpe el domingo en una operación del Servicio de Seguridad de Ucrania (SBU), denominada “Telaraña”. Más de 40 valiosos aviones militares rusos fueron destruidos o dañados por enjambres de drones que atacaron simultáneamente al menos cuatro aeropuertos estratégicos en Rusia. Videos y fotos de residentes locales mostraron aviones en llamas y columnas de humo elevándose desde las bases aereas de Olenya, Belaya, Diagilevo e Ivanovo. Con el más lejano, Belaya, ubicado a unos 4.700 kilómetros de Ucrania, en la región de Irkutsk en Siberia, quedó claro de inmediato que en esta ocasión Ucrania no empleó drones de largo alcance. En su lugar, empleó drones FPV, utilizados por miles en el frente y generalmente operados por soldados en tierra mediante la señal de vídeo transmitida de sus cámaras. Vídeos grabados por testigos rusos mostraron pequeños drones despegando, uno por uno, desde un camión estacionado cerca de una base aérea en Múrmansk. Los videos, grabados por drones que suelen costar menos de 500 euros, mostraron cómo se acercaban a los bombarderos estratégicos rusos antes de explotar al contacto con sus tanques de combustible. Al menos 40 aviones, con un valor total de 7.000 millones de dólares, fueron alcanzados por los drones, según fuentes del Servicio de Seguridad. La operación fue organizada por el jefe del Servicio, Vasyl Malyuk, bajo la supervisión del presidente Volodímir Zelenski. “Gracias a Malyuk, la Federación Rusa ha comprendido ahora el verdadero significado de la palabra ‘desmilitarización’”, afirmó una fuente a los medios ucranianos. Según el coronel Andriy Kovalenko, del Consejo de Seguridad y Defensa Nacional, el ataque tuvo como objetivo los aeropuertos donde Rusia estaba acumulando aviones y misiles para el próximo ataque contra el país invadido. Fuentes en Kiev revelaron que la operación requirió más de un año y medio de preparación. Primero, se introdujeron de contrabando varios drones en Rusia, seguidos de contenedores de madera. Luego, estos contenedores se colocaron en varios camiones, con drones escondidos bajo sus techos. “En el momento preciso, los techos de los camiones se abrieron de forma remota, y los drones volaron para atacar los bombarderos rusos”, informó la agencia de noticias Ukrinform. Las fuentes destacaron que todos los operativos especiales abandonaron Rusia hace tiempo, lo que llevó a especular que los drones podrían haber sido guiados por inteligencia artificial entrenada para reconocer bombarderos estratégicos rusos. Las defensas aéreas de los aeropuertos, desprevenidas, resultaron ineficaces ante esta amenaza. Aunque aún no se dispone de información precisa sobre los aviones destruidos, el ataque reduce la capacidad de Rusia para llevar a cabo ataques contra Ucrania y también merma sus capacidades nucleares, al dañar aviones capaces de lanzar misiles de largo alcance. Según informes preliminares, se vieron afectados bombarderos estratégicos como los Tu-95, Tu-22M3 y al menos dos Tu-160, así como aviones de reconocimiento A-50. El 34% de todos los bombarderos rusos estratégicos, equipados con misiles de crucero, fueron alcanzados, según Ucrania. Crucialmente, Rusia no produce actualmente ninguno de estos modelos, utilizando los que quedan de la era soviética, según el analista militar Oleksandr Kovalenko. Por su parte, las autoridades rusas han reconocido el primer ataque con drones contra una base militar en Siberia. El ataque tuvo como objetivo una guarnición militar en la región de Irkutsk, informó en su canal de Telegram el gobernador regional, Ígor Kobzev. “Es el primero en Siberia”, añadió el gobernador, quien no quiso precisar el número de aparatos no tripulados utilizados, informa Efe. Tampoco acusó directamente a Ucrania, aunque sí desveló que el ataque fue realizado desde camiones que se adentraron en territorio ruso y lanzaron los drones. “La fuente desde la que fueron lanzados los drones ya ha sido bloqueada. Lo importante es no caer presa del pánico. No hay amenaza para la vida y salud de los civiles”, dijo. Kobzev, quien se desplazó al lugar de los hechos, aseguró que efectivos del Servicio Federal de Seguridad, del Ministerio para Situaciones de Emergencia y de la Guardia Nacional participan en la operación policial. Hasta el momento los drones ucranianos únicamente habían golpeado objetivos en la Rusia europea y raramente más al norte de la capital rusa. La vecina región de Buriatia, también bañada como Irkutsk por el lago Baikal, es junto a Tuvá y Altái la que más soldados ha aportado por cada mil habitantes a la campaña militar rusa. La operación precede a la esperada segunda reunión de las delegaciones rusa y ucraniana en Estambul. El ministro de Defensa, Rustem Umerov, partió hacia la ciudad turca por orden del presidente Zelenski, quien expresó escepticismo sobre la apertura de Rusia a un diálogo genuino. “Solo los líderes pueden resolver los temas clave”, afirmó Zelenski, destacando que Ucrania insistirá en un alto el fuego completo e incondicional, la liberación de todos los prisioneros y el retorno de los niños secuestrados por Rusia. La noche anterior, Rusia lanzó un ataque récord contra Ucrania, empleando al menos 472 drones de largo alcance y siete misiles. Un misil Iskander mató a 12 soldados ucranianos e hirió a 60 en un campo de entrenamiento, lo que llevó al comandante de las Fuerzas Terrestres, Mijailo Drapati, a presentar su dimisión. Esa misma noche, dos puentes colapsaron en las regiones rusas de Briansk y Kursk, cercanas a Ucrania. En Briansk, el puente cayó sobre las vías férreas, causando una colisión con un tren que dejó siete muertos y 69 heridos. Las autoridades locales atribuyeron el daño a “una explosión”.
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