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» Elterritorio
Fecha: 01/06/2025 11:40
Desde el sector lamentan que el tema no esté en la agenda de la dirigencia como tampoco de la sociedad, que está angustiada para resolver necesidades básicas domingo 01 de junio de 2025 | 6:05hs. Turjanski dirigió el estudio para descifrar la secuencia de genoma de yerba. “La inversión en ciencia del actual gobierno nacional es nula. La ciencia argentina está pasando un momento muy grave. Hace 30 años que soy investigador del Conicet y nunca estuvimos tan desamparados como ahora. Los científicos se van a otros países para seguir trabajando. Esta problemática no está en la agenda de la clase dirigente y tampoco de la sociedad que está sobrepasada por la angustia de cubrir las necesidades básicas”, expresó a El Territorio el doctor en Química Adrián Turjanski. El científico, que dirigió la investigación que logró descifrar la secuencia constitutiva del genoma de la yerba mate y que actualmente forma parte del equipo que desarrolló un test genético para prevenir enfermedades, se mostró preocupado por el estado de la actividad de investigación científica de nuestro país que según dijo “tiene una historia de excelencia académica pero actualmente atraviesa un momento terminal”. ¿Trabajaste en el proyecto del genoma de la yerba mate? Sí. Este año se publicó la investigación que hicimos sobre el genoma de la yerba mate, después de más de diez años de trabajo. Analizamos la evolución a lo largo del tiempo de este cultivo y en especial la biosíntesis de la cafeína, que es uno de sus componentes. Esa investigación es útil para el mejoramiento genético de la planta Ilex paraguariensis y para su aprovechamiento en la industria alimentaria, farmacéutica y biotecnológica. Ese hallazgo científico ya fue publicado y está en base de datos públicas para el acceso a esa información de quien lo requiera como por ejemplo los productores de yerba de Misiones. ¿También trabajaste en la investigación que permitió crear un test genético que detecta las posibles enfermedades que puede desarrollar una persona? Venimos trabajando hace muchos años en el genoma humano donde está toda la información de cada individuo. Por eso desarrollamos un test genético, que se hace a través de una extracción de sangre y que sirve para prevenir enfermedades y lograr una longevidad saludable. Se trata de una herramienta que ya está disponible en nuestro país y que cualquier persona puede solicitar en un laboratorio para saber a través de una extracción de sangre una información detallada sobre su genética y sobre la predisposición que puede tener a determinadas patologías. Identifica celiaquía, riesgo cardiovascular, glaucoma, cáncer y cerca de 300 enfermedades antes de que se manifiesten. Porque la idea es prevenir para evitarlas. No está cubierta por obras sociales ni prepagas. ¿Cuál es la situación actual de la investigación científica en Argentina? Hoy la inversión del Estado en ciencia es nula. Para que se entienda lo que significa eso en términos de dinero: el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet) cortó todos los subsidios que estaban destinados a fomentar la labor científica. Y por eso, sólo nos queda un subsidio de la Universidad de Buenos Aires (UBA) de $100.000 anuales. Contame qué te imaginas que se puede investigar con ese dinero. Sencillamente nada. No tenemos ni para comprar hojas para un informe. Ni hablar de invertir en equipamiento. Es una situación tan lamentable como inédita en nuestro país, que tiene una trayectoria de científicos ganadores de Premios Nobel. ¿Cuántos años tenés de trayectoria como investigador del Conicet? Tengo 33 años de experiencia como investigador. Trabajé en nuestro país y también en distintos lugares del mundo. Acá siempre tuvimos idas y vueltas con políticas oscilantes, donde en algún momento se financia a la ciencia y después viene otro gobierno y dice ‘no tenemos un peso para los científicos’. Recuerdo la crisis del 2001. Estaba como becario en Italia y tuve todos los problemas que te puedas imaginar para lograr el financiamiento. Pero lo que estamos viviendo ahora es distinto y no tiene comparación con ninguna época de crisis, porque nada supera a la actual política de ajuste y de cero inversiones para la investigación científica. Directamente cortaron todo. Hoy lo único que se está haciendo es en el plano de la inversión privada o con colaboraciones del extranjero. Porque el Estado argentino en materia de inversión para la investigación científica no existe. Por ejemplo, la investigación sobre el genoma de la yerba mate la terminamos de hacer en Estados Unidos, porque en nuestro país ya no teníamos ni un peso, ni para pagar el envío de la muestra de ADN al exterior. ¿Y cuál es la consecuencia del ajuste sobre la ciencia local? Creo que todavía no hay dimensión del daño que esta política de ajuste extremo a la investigación científica nacional está generando. Porque la labor de la investigación científica necesita políticas a largo plazo, que se sostengan en el tiempo porque es una tarea que trasciende a los gobiernos de turno. Es erróneo asociar a la ciencia con un partido de gobierno o con una ideología. El gobierno actual carece de esa mirada estratégica tan necesaria para el futuro. ¿Y qué pasa con los investigadores argentinos? Hay un creciente número de investigadores que se están yendo a otros países y los que estaban afuera ya no vuelven. Antes se había dado una ola de muchos regresos. Durante muchos años fui miembro del Programa Raíces, desde el que ayudamos a los colegas a retornar a nuestro país. Muchos de los investigadores que se quedan están migrando hacia universidades privadas donde trabajan como docentes. Hay que destacar que en general se trata de investigadores fuertemente formados con especialización en carreras de postgrados en distintas universidades y por lo tanto un recurso humano muy buscado desde muchos ámbitos de trabajo. ¿Por la descripción que hacés es algo así como rifar el futuro? Ni siquiera rifar. Es dilapidar el trabajo de muchos años y regalar recursos. Es como si vos tenés un equipo de futbol de primera división, tipo un River o un Boca con cancha propia y que gana campeonatos con jugadores profesionales, y de repente decís ‘ahora vamos a jugar en una cantera de barro, los jugadores los vamos a regalar a los equipos del extranjero a donde se quieran ir’. A los dos años de eso arruinaste el club. Esa misma locura se está haciendo en la ciencia argentina. Tenemos un equipo de investigadores formados en nuestras universidades, donde se hizo gran inversión para tener ese nivel de profesionales, y de repente viene un gobierno y dice ‘los regalamos a todos para que se vayan a donde quieran a investigar’. Es una locura. Pero eso es lo que está pasando. ¿Y cuánto creés que preocupa esta situación en la población argentina? La mayoría de la gente tiene otros problemas en su vida diaria y esta realidad de la ciencia le parece muy lejana. Imaginate que a una persona que está preocupada porque no tiene seguridad en su barrio y tiene miedo que le pase algo a sus hijos. O no le alcanza el dinero para comer todos los días del mes. O perdió el trabajo porque cerró la fábrica. Esas personas sobreviven el día a día como pueden. Entonces, pedirle a esa población que encima piense que cuando clausuran una investigación sobre una enfermedad es algo que también lo va a afectar es muy difícil. Porque la mayoría de la población tiene una urgencia de cubrir sus necesidades básicas insatisfechas y la ciencia en su radar es algo alejado de su vida cotidiana. Perfil Adrián Turjanski Máster en Química y Doctor en Biofísica Realizó estudios postdoctorales en modelado molecular y bioinformática en la Universidad de Buenos Aires (UBA) y en el National Institute of Dental and Craniofacial Research de Estados Unidos. Es Profesor Titular de Bioinformática y dirige el Laboratorio de Bioinformática Estructural en la Facultad de Ciencias de la Universidad de Buenos Aires además de ser Investigador Principal del Conicet. Fue director de la Plataforma Argentina de Bioinformática y del Centro de Ciencias Interdisciplinarias del Ministerio de Ciencias. Su especialización se centra en el desarrollo y aplicación de herramientas de bioinformática e Inteligencia Artificial para genómica, desde el genoma hasta la caracterización estructural de proteínas. Publicó más de 100 artículos en revistas científicas. Es director de la empresa Bitgenia. Compartí esta nota:
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