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» Misionesparatodos
Fecha: 01/06/2025 10:33
CFK, el mapa electoral bonaerense y el show de las novedades políticas: tanta información anestesia. Tuvimos una semana variopinta entre empanadas, documentos secretos de inteligencia, una jueza documentalista, novedades del Libragate, negociaciones de amarillos y violetas, un Paka Paka libertario y CFK con definiciones importantes. No importa tanto el eventual efecto distracción de la opinión pública –ya que varios de estos hechos tienen dinámicas propias– sino que la saturación de “novedades” opera de manera protectora hacia los cerebros de los votantes. Todo queda al final del día tamizado por la realidad cotidiana de cada uno. La gran mayoría ve todo, pero no le impacta todo, ni por lejos. Cuánto más políticas son las noticias, menos incidencia. Y si no, pregúntenles a los sufridos conductores de programas televisivos de noticias que viven mirando el rating segundo a segundo, para decidir si estiran el tratamiento de un hecho, o lo cortan de cuajo. Pero claro, el punto es que algo de lo que pasa en la política puede afectar a la vida cotidiana del común de los mortales a la corta o la larga. Aunque parezca muy extemporáneo, la reaparición de Cristina el 25 de mayo tiene bastante tela para cortar. Más allá de las críticas al Gobierno y las chicanas políticas hacia Axel Kicillof, dio dos definiciones trascendentes. Una es sociológica –los que se fueron con Milei y están defraudados no estarían volviendo al peronismo– y otra conceptual: una nueva “estatalidad”, pasando del “Estado presente” al “Estado eficiente”. El primer tema alumbra las dificultades que, en general, está teniendo el peronismo de ella para captar los desencantados con todo. ¿Se quedarán en la casa?, ¿o irán aunque más no sea para manifestar su enfado con la LLA? Pero más allá de expresar un voto castigo en octubre, ¿hay una nueva propuesta política, más contemporánea, no nostálgica y realista sobre lo que debería ser el modelo económico alternativo al de Milei? Aquí entra el segundo tema, que es un giro significativo desde un sector político que siempre auspició un modelo “estadocéntrico”, desconfiando de la capacidad de la iniciativa privada para generar riqueza y distribuir bienestar. En ese punto, ¿se pone a la derecha de Kicillof, cuyo entorno se reconoce marxista en la intimidad?, ¿qué significaría para el sistema de alianzas políticas, económicas y sociales que cultivó el cristinismo en los últimos 15 años?, ¿se lo bancarán?, ¿adherirán públicamente?, ¿o les hará ruido?, ¿será algo como el giro desarrollista que ensayó Perón pos-1952, advertido de las limitaciones que había tenido la primera etapa? Eso lleva a un tercer punto, políticamente muy relevante para la puja intrakirchnerista: ¿será Cristina la que finalmente componga la “nueva canción” que pidió Kicillof en 2023 y que recibió duras críticas por parte de La Cámpora? Porque el gobernador planteó ese título hace dos años y no pudo, no supo o no quiso componerla. Un aspirante a líder no enuncia la necesidad: la satisface directamente, dando a luz un nuevo relato, una nueva propuesta política, que no solo marque diferencias metodológicas o sea la expresión de un debate sobre espacios de poder y candidaturas. Por eso la jefa repitió el 25 de mayo que había que dejar de ser militantes electorales, para volver a ser militantes políticos. Es decir: pensar estratégicamente y ejercer la conducción política. A partir de eso, se leerá con lupa todo lo que haya dicho y hecho Axel en el lanzamiento de su corriente “Movimiento Derecho al Futuro”. ¿Esa será su nueva canción? ¿Tendrá algún correlato sobre la orientación de la gestión? ¿O marcharán por carriles distintos? Aunque hay muchas cosas para comentar, detengámonos en la estratégica provincia de Buenos Aires, ya que ahí están pasando muchas cosas. Primero, Cris inició una ofensiva para tumbar la idea del desdoblamiento. Suena difícil, pero no imposible a esta altura del enfrentamiento interno. ¿A quién le convendría volver a fojas cero? Por ejemplo, al radicalismo no, porque si se mantiene la separación, tiene margen de negociación con PRO y LLA (esta semana dieron un gesto de independencia frente a las operaciones mediáticas libertarias que ya los daban por entregados). A los peronismos locales tampoco les conviene porque temen a la ola violeta en octubre. O sea, cuando hay muchos actores en el juego con intereses contrapuestos, todo se vuelve naturalmente más complejo. Mucho se habla que la elección del 7 de septiembre no habrá una sola campaña, sino ocho porque ese es el número de secciones en las que se divide el territorio. Eso lleva a que se barajen nombres descollantes en cada distrito para ser competitivos. Ejemplos, Montenegro en la 5° o Santilli en la 1°. Tener buenos candidatos siempre da ventaja, pero ¿qué mirará el electorado? ¿a las cabezas? ¿o terminará influido por el clivaje “libertad o kirchnerismo”? ¿Milei no se meterá en el debate, para nacionalizar a su favor? ¿Cristina –si no compite en esa fecha– se quedará pancha en su casa? ¿O acaso no ven a la adelantada como un gran termómetro, en donde el que gana llega al 26 de octubre ganando 1 a 0? Los teóricos de la municipalización o provincialización de las campañas aducen que lo diferente es que acá los intendentes arrastrarán para arriba, y no al revés como ocurría siempre al ser pegadas a las nacionales. ¿De verdad se va a provincializar el debate, discutiendo sobre el estado de la seguridad y otros temas bonaerenses, y no será un pre plebiscito sobre el modelo libertario? Nadie lo sabe, y el/la que afirme algo ahora, será un/a temerario/a. El índice de confianza en el gobierno de la Universidad Di Tella subió después de cinco meses consecutivos de caída. También ya se había recuperado el de confianza del consumidor. El Gobierno, que respira con el aliciente de un mayo con inflación a punto de quebrar el piso del 2%, festejó el haber vuelto a los mercados de capitales con un bono en pesos. Todo va tan bien que hasta una isla africana –Annobón– quiere ser un estado asociado de Argentina, tipo Puerto Rico. ¿La felicidad no tiene fin? Por Carlos Fara
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