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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 01/06/2025 02:39
Operadores del mercado apuntaron a la oferta del agro como un factor clave en la estabilización que tuvo el tipo de cambio hasta mitad de semana (Foto: Bloomberg) Cada vez que el precio del dólar supera o rompe un número redondo, las cuentas mentales de los argentinos registran un leve cambio y aparece una buena excusa para pensar posturas a la hora de ahorrar o invertir. La suba de la cotización minorista en el Banco Nación sobre el cierre de mayo, que alcanzó a $1.215, despertó ese tipo de razonamientos entre operadores, estrategas y economistas del mercado local. En este nivel, las posturas quedaron divididas. La mayoría de los especialistas consultados por Infobae no eligió comprar como primera opción, mientras que varias voces se inclinaron por la venta o, al menos, por esperar. Gustavo Ber, economista, analizó el comportamiento del mercado y explicó: “En el actual contexto económico-financiero, creo que podría haber más inclinación por la venta hacia los $1.200”. Según su visión, los movimientos de las últimas ruedas se mantuvieron dentro de los márgenes definidos por el esquema de flotación. Ber consideró que el dólar podría ubicarse entre los $1.100 y $1.200, y que a partir de ese rango “puede acelerarse la oferta privada por ‘carry’ a raíz de las favorables señales del proceso de desinflación”. El especialista también remarcó que el Gobierno buscaría acumular reservas por otras vías distintas de intervención directa: “Se apuntaría a acumular reservas por otras vías, por ejemplo, financiamiento corporativo, inversiones privadas, ahorros en dólares, REPO, organismos internacionales”. Pablo Repetto, jefe de Research de Aurum Valores, destacó el comportamiento de la demanda y el accionar más reciente del Tesoro: “Da la impresión que a estos precios sigue habiendo demanda genuina, sumado a la señal que dio el Tesoro al comprar USD vía deuda pagando $1.148, lo que podría indicar que ese es un piso”. Para Repetto, una suba adicional hasta $1.200 resulta “lógica pensando en el dólar exportador previo al cambio de esquema cambiario más la inflación de mitad de abril más mayo”. Sin embargo, su posición no fue de acción inmediata: “Creo que es un buen valor para decidir no tomar decisión”. Fernando Baer, de Quantum Finanzas, puso en contexto el nuevo esquema cambiario dentro de un cambio cultural en la interpretación del mercado: “Uno tiene que empezar a acostumbrarse a que el tipo de cambio se mueve libremente”. Baer recordó que durante años el Banco Central definió la paridad a través de diversos regímenes, y que ahora se trabaja bajo un esquema en el cual el tipo de cambio responde a la oferta y la demanda, sin intervención directa. Para que este nuevo funcionamiento no se traslade directamente a precios, Baer explicó que existen anclas fiscales y monetarias. “Factores de oferta y demanda lo pueden mover en una dirección u otra al dólar, pero lo cierto es que la tasa de interés sigue siendo atractiva en mi opinión”, afirmó. Y resumió su posición: “No estoy del lado comprador ni vendedor, me ubico del lado de los tenedores de pesos”. Federico Domínguez, consultor financiero, expresó con claridad su inclinación: “En $1.200 soy vendedor, porque creo que las condiciones monetarias están dadas para que el dólar esté más cerca del piso que del techo de las bandas”. Destacó elementos como el superávit fiscal, el equilibrio cuasi fiscal y el impacto de las exportaciones del sector hidrocarburífero. Según Domínguez, “la baja de la inflación genera condiciones para que el dólar se mantenga por debajo de estos valores”. En la misma línea se manifestó Salvador Di Stéfano, analista financiero: “Buen momento para vender, hay pocos pesos y la tasa está muy elevada”. Di Stéfano remarcó la escasez de emisión monetaria y la contención del gasto como fundamentos que quitan presión sobre el tipo de cambio: “La emisión no existe y hay pocos pesos en la economía. Por otro lado, cuando el dólar pasa el ecuador de las bandas, generalmente retrocede o, mejor dicho, se terminan los guapos”. Con el dólar en torno a $1.200, varios analistas coincidieron en que es un nivel para pensar en ventas, más que en compras (Reuters) Con un enfoque más táctico, Belisario Álvarez de Toledo, head trader de True Grit, afirmó: “La verdad es que no tengo una posición clara en este momento. El sesgo es que estoy más para vender en este nivel”. Su razonamiento partió del análisis del comportamiento estacional de la oferta de divisas: “Creo que la liquidación del agro va a arrancar bastante fuerte en junio, porque se termina la baja de retenciones. Te va a aflojar además la demanda, sobre todo por el pago de deuda de provincias”. También dijo que algunas jurisdicciones podrían volver a colocar deuda en moneda extranjera, lo que reforzaría la oferta de dólares: “Santa Fe, Buenos Aires y Córdoba está previsto que vuelvan a emitir, por lo que esencialmente vuelven a vender dólares”. Para el futuro inmediato, consideró que el Gobierno continuará usando las colocaciones de deuda como herramienta de acumulación de reservas sin interferir en el tipo de cambio. Juan Manuel Pazos, Chief Economist de one618, fue tajante: “Este mes, a este tipo de cambio, no sería comprador. Preferiría posicionarme en tasa en pesos”. Su razonamiento también descartó una venta directa: “No sería vendedor, pero porque me duele vender a este tipo de cambio, pero no compro”. Pazos argumentó que sigue vigente la temporada de liquidación agrícola, lo que reduce la volatilidad del tipo de cambio, y que las tasas en pesos permanecen elevadas en relación con la inflación de mayo. Una de las posturas más categóricas provino de Francisco Díaz Mayer, de ABC Mercado de Cambios: “Arriba de $1.200 yo soy vendedor nato”. Recordó que en ocasiones anteriores el dólar encontró techos en niveles similares y que los exportadores aprovecharon esas oportunidades para liquidar: “Entre eso y hasta $1.200–$1.190, los exportadores te llenan de dólares. Estaban consiguiendo 50 mangos arriba de lo que les daba el bien”. Díaz Mayer explicó que la reciente demanda estuvo ligada a vencimientos financieros de corto plazo: “Se está hablando de las ON, de los vencimientos de capital, de deuda, de intereses, de amortizaciones, de cosas que están pagando empresas, bancos. Eso te generó una demanda extra y va a seguir hasta varios días más”. Sin embargo, remarcó que ese comportamiento tiene límites: “En cuanto los exportadores aceleren a estos precios, para mí no va a ser mucho, va a tirar mucho más la oferta que la demanda”. Milagros Gismondi, estratega de Cohen Aliados Financieros, también se inclinó por la cautela: “Obviamente depende del plazo, pero en el corto plazo no compraría”. En su opinión, el momento actual favorece una posición neutral. “Si hay un momento en el que el tipo de cambio puede mantenerse entre el centro y el piso de la banda, es ahora: con la liquidación del agro en marcha y una prioridad clara del Gobierno en estabilizar y bajar la inflación”. En ese marco, recomendó alternativas como bonos en dólares: “Algo neutro también podría ser una buena alternativa, especialmente considerando que los bonos en USD todavía tienen recorrido”. Gustavo Quintana, de PR Corredores de Cambio, se refirió a una regla básica del mercado: “Hay un viejo axioma que dice: ‘comprar cuando está barato, vender cuando está caro’. La decisión tiene que ver con qué diagnóstico nos enfrentamos”. Quintana explicó que junio presenta estacionalidad típica: “Hay demanda de pesos en la primera quincena y un reflujo en la segunda, lo cual habitualmente impacta en las cotizaciones”. Su decisión personal fue no operar: “Estoy más cerca de vender que de comprar, pero bueno, Argentina sigue siendo un país imprevisible y dificulta cualquier toma de decisión. Yo por ahora, me quedo con lo que tengo, no compro ni vendo”.
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