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Parana » APF
Fecha: 31/05/2025 11:30
La empresa, que en 2017 realizó un blanqueo de capitales millonario, hoy enfrenta una crisis salarial que tiene a 700 trabajadores reclamando el pago completo de sus sueldos. sábado 31 de mayo de 2025 | 11:12hs. El conflicto en Lácteos Verónica se agrava. Tras una reunión sin avances en la Secretaría de Trabajo de la Nación, la paralización de actividades sigue firme en las tres plantas que la firma tiene en Santa Fe: Clason, Lehmann y Suardi. La audiencia entre la empresa y la Asociación de Trabajadores de la Industria Lechera (Atilra) terminó sin acuerdo ni propuestas concretas para regularizar el pago de salarios. Mientras tanto, los trabajadores profundizan las medidas de fuerza. El eje del reclamo es el pago incompleto de los sueldos de abril, que se abonaron en cuotas y en forma parcial. Según fuentes gremiales, hasta el momento los 700 empleados de la compañía cobraron solo un 54% del salario correspondiente a ese mes, en tramos que incluyeron porcentajes mínimos del 5%. La empresa, en la audiencia, dejó abierta la posibilidad de completar ese pago entre el 2 y el 11 de junio, pero no brindó precisiones sobre el pago de mayo ni el aguinaldo. "Los empresarios no dan la cara, es indignante", resumió Rodolfo Rodríguez, delegado de la planta de Clason. El dirigente apuntó contra la familia Espiñeira, dueña de la firma, por proponer “trabajar para ver si se junta el dinero” en vez de plantear una solución real. La respuesta de los trabajadores fue tajante: exigieron que la empresa tome un crédito para afrontar salarios, deudas con proveedores y adquisición de insumos. Siete años de crisis y un colapso en cadena La situación crítica no es nueva. Según explicaron referentes gremiales, la crisis de Verónica comenzó en 2017 y tras la muerte del fundador de la empresa, se profundizó con una conducción confusa y sin rumbo. Durante la pandemia, la firma llegó a procesar un millón de litros diarios de leche y logró ponerse al día con los sueldos, pero luego volvió a caer. Desde hace dos años, la producción y la compra de insumos se redujeron drásticamente. A esto se suma el endurecimiento de los tambos remitentes, que enfrentan serias demoras en los pagos. Mientras el plazo habitual de cobro era de 45 días, ahora la compañía estira los pagos por la leche cruda a más de 90 días. En paralelo, se acumulan cheques rechazados que, según estimaciones privadas, rondan los $800 millones. A partir de la crisis de la empresa, el dato que vuelve a estar en relieve es que en 2017, la familia Espiñeira, dueños de Lácteos Verónica, realizó un blanqueo de activos que alcanzó montos estimados entre u$s40 y u$s420 millones, según fuentes del régimen de sinceramiento fiscal de ese año. Este proceso incluyó la regularización de bienes en el exterior y el pago de una multa millonaria que rondó los $63 millones. Fuentes del sector lácteo indican que parte de esos fondos provenían de maniobras vinculadas a la subfacturación en exportaciones de leche en polvo durante los años previos, en especial entre 2010 y 2012, publicó Ámbito. Asistencia del gremio y nula respuesta política Frente a la falta de ingresos, Atilra habilitó un crédito de emergencia de $100.000 para que los trabajadores puedan acceder a alimentos en puntos de venta conveniados en sus localidades. También se realizan gestiones para garantizar prestaciones médicas, en medio de múltiples casos sensibles, incluyendo trabajadores y familiares con enfermedades graves que necesitan tratamientos continuos. Desde el sindicato reclaman intervención política. "Somos 700 familias en Santa Fe y nadie se acercó. Solo un concejal de Totoras vino a ver qué pasa", advirtió Rodríguez, que pidió al gobernador Maximiliano Pullaro que tome cartas en el asunto. El conflicto también arrastra impactos sobre las economías locales, ya que buena parte del consumo de esas comunidades depende de la actividad de las plantas. Lo cierto es que, tras siete años de crisis, los trabajadores enfrentan otra vez un escenario límite, con deudas salariales, desconfianza hacia la empresa y una producción estancada. Las asambleas en las plantas definirán los próximos pasos. Por ahora, la retención de tareas continúa sin interrupciones y no hay perspectivas de solución inmediata. (APFDigital)
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