01/06/2025 15:08
01/06/2025 15:08
01/06/2025 15:08
01/06/2025 15:07
01/06/2025 15:07
01/06/2025 15:07
01/06/2025 15:06
01/06/2025 15:06
01/06/2025 15:06
01/06/2025 15:05
Parana » ViaParana
Fecha: 31/05/2025 04:10
Una antigua casona situada en la Avenida Congreso al 3700, en el barrio de Coghlan, fue demolida para dar inicio a la construcción de un moderno edificio. Sin embargo, un sorprendente hallazgo se llevó toda la atención. Pero, cabe aclarar, no se trata de una casona más. Su última propietaria -antes de los actuales inversores- fue Marina Olmi, la artista plástica hermana de Boy, el querido actor. Justamente fue ella quien le alquiló la propiedad a Gustavo Cerati entre 2001 y 2003. Recientemente, la artista vendió la propiedad y fue entonces cuando comenzó la obra. Estremecedor hallazgo en una casona que alquiló Gustavo Cerati Sin embargo, mientras trabajaban, los obreros debieron dar aviso a la policía, luego de que encontraran restos óseos. Más tarde, la policía confirmó que eran humanos. Además de los huesos encontraron objetos, como por ejemplo, relojes. Según cosigna TN, el parte policial señala: “En un momento dado, se desprendió un trozo de tierra de la casa lindera y quedaron a la vista lo que aparentarían ser restos óseos humanos“. Queda determinar el tiempo del que datan dichos restos y en la investigación trabaja la Fiscalía Nacional en lo Criminal y Correccional Nro. 61, a cargo del Dr. Martín López Perrando. Dependiendo de los resultados, el caso podría pasar a la Justicia Federal. El origen de la casona que alquiló Gustavo Cerati Marina Olmi dialogó con TN para repasar la historia de la propiedad. Ella se la compró hace 30 años a una alemana, Olga Schuddekopf, pero en ese terreno había funcionado anteriormente un geriátrico y, 150 años atrás, hubo una capilla y un establo, justo antes que la familia alemana adquiriera el lote. “Era una casa bien hecha, pero cuando yo la compré ya estaba viejísima. La había hecho el padre de la señora que me la vendió. Hace por lo menos 100 años”, contó. Además reconoció que había una zona del terreno que le generaba cierta desconfianza y le transmitía una “energía oscura”. “Donde hice la pileta había una casilla de madera y cosas raras (de los anteriores dueños). De hecho se incendió un árbol ahí”, dijo.
Ver noticia original